Una de las rutas de senderismo más bonitas, sobre todo por el patrimonio etnográfico, que podemos hacer en el entorno del río Sil es precisamente la de los Molinos del Xabrega. Una senda de gran belleza especialmente en el otoño que discurre sorteando una serie de molinos y algún batán. Hoy os llevamos de excursión por esta ruta de senderismo que podéis hacer con niños, a ver molinos junto al río Sil
Seguramente el Sil os de para unas cuantas excursiones como nos pasa a nosotros. Cascadas, miradores, bodegas y también un interesante patrimonio etnográfico. Es el caso de la senda de los Muiños do Xabrega, bien señalizada desde el concello de Sober.
El regato de Camilo o de Xabrega, entre otros nombres que podéis encontrar para este cauce fluvial, nace en el entorno del concello de Sober, y desemboca frente al embarcadero de Santo Estevo, en el lado lucense del río Sil.
Para llegar a estos molinos junto al río Sil solo tenéis que ir hasta Sober, y tomar la LU-P-5903 que se dirige a los cañones del Sil. Un poco antes de llegar al embarcadero de Os Chancís, uno de los puertos para hacer la ruta del catamarán de la Ribeira Sacra, veremos estos molinos a mano derecha.
Hay varias opciones para hacerla. Partir del aparcamiento del propio embarcadero, donde hay paneles de señalización, y hacerla en sentido contrario a su desembocadura. O bien hacerla justo al revés, llegando hasta la cascada.
Si preferís dejar la vista del Sil para el final, como hicimos nosotros, encontraréis varios puntos donde dejar el coche a un lado de la carretera. La distancia total es de apenas unos 2 kilómetros, un pequeño paseo, bastante llano.
El camino va discurriendo de forma un poco salvaje, al menos en otoño, con el suelo plagado de hojas, entre los diferentes molinos. En esta zona hubo hasta 28 molinos y 2 batanes, entre A Boca, la zona donde arranca y el río Sil, a donde se descuelga el regato en forma de cascada.
Canalizaciones, escaleras, puentes de madera o piedra, antigua maquinaria expuesta, y sobre todo bonitos rincones bajo un bosque autóctono con el atractivo de finalizar la ruta descubriendo una vista increíble sobre el Cañón del Sil, en el propio mirador.