A veces la historia de una comarca entera está muy ligada a antiguas factorias conocidas en el mundo entero como es el caso de la cerámica de Vista Alegre. Y es que este rincón de casas coloridas que eran antiguas viviendas de pescadores vivió del mar pero también de las vajillas. ¿Nos acompañáis en esta apasionante visita?
Dos siglos de historia es lo que atesoran estas paredes que fueron además de un oficio y un centro de trabajo el hogar de varias generaciones. De este lugar han salido piezas de porcelana que habréis visto en casa de vuestras abuelas, pero también en exclusivos palacios de toda la realeza europea.
Pero Vista Alegre es hoy más que nunca un centro vivo, porque la cadena Visabeira invirtió recientemente en el conjunto para construir junto a esta tradicional fábrica uno de sus hoteles más exclusivos, el Montebello Vista Alegre Ílhavo Hotel. Capilla, fábrica, tiendas, teatro, antigua escuela, museo y establecimiento hotelero con su restaurante conforman un todo que puede visitarse a pocos kilómetros de Aveiro.
La fábrica fue fundada en 1824 por José Ferreira Pinto Basto, comerciante y empresario, que recibió un encargo real para poner en marcha esta industria. Los primeros trabajos se centraron en el vidrio y cristal de alta calidad, pero se hacían pruebas ya con la porcelana hasta ir perfeccionando poco a poco el producto.
En 1852 Fernando II visitó la fábrica, y ese año se produjo una vajilla entera para la casa real. Serán muchas las vajillas que la realeza encargaría a esta fábrica que aún a día de hoy personaliza cada una de ellas con las iniciales o escudos de la familia, según el modelo elegido.
En el siglo XX vendrá un resurgimiento de esta industria, con estilos modernistas como el Art Decó o el funcionalismo como nuevos gustos de la época que también tuvieron su huella en estas piezas. Entre los años 47 y 68 se llevaron a cabo exportaciones y se vivió otro fuerte desarrollo.
La guía que nos dio a conocer cada rincón de este apasionante museo nos contó que su familia trabajó en la fábrica y que aún a día de hoy ella reside en la misma. Y es que esta empresa aplicó el modelo de otras industrias creando viviendas de trabajadores junto a la fábrica, escuela, consultorio médico, teatro y todos los servicios para favorecer su desarrollo profesional y personal.
El museo fue abierto en 1964 y se basó en la recuperación de elementos ya en desuso como los antiguos hornos de carbón y madera y numerosos objetos o maquinaria de trabajo antigua. Pero hay otro elemento que hace que se pueda contar con esta interesante muestra y es que la fábrica conservó una réplica de cada una de las piezas creadas hasta llegar a una colección de unas 30.000 piezas.
La visita a este interesante centro industrial y cultural ubicado en Ílhavo arranca en la propia recepción, donde nos dan un folleto con un plan y algunas explicaciones y se puede acceder a una visita guiada. Lo primero que se ven son estos antiguos hornos teñidos de esmalte en su interior tras décadas de funcionamiento para cocer las piezas. Después pasamos por algunos paneles con un busto del fundador y fotos históricas de la plantilla.
Las primeras vitrinas están dedicadas al vidrio, primeras piezas que se vendían por catálogo y bajo petición, que comercializó la compañía. El polvo y las diferentes mezclas hasta conseguir esta cerámica blanca y fina, nos acompañan en este recorrido hasta la modernidad, con piezas de Art Noveau y Art Decó.
Las vajillas con escudos familiares o las compradas por la casa real para cada visita de otras monarquías, personalizadas con sus emblemas, llenan la sala de conmemoración. Después nos internamos en el influjo oriental, la litofanía y su juego de transparencias o la animalística y el mundo de esculturas figurativas que también se realizó y conserva en esta fábrica.
En la sala Contemporáneos, los guías nos enseñan la obra diseñada por artistas nacionales y extranjeros. Con ella cerramos un recorrido en el que no han faltado una buena muestra de objetos de la vida cotidiana de quienes hicieron posible esta industria, como placas de identificación, zuecos de trabajo y hasta un camión de bomberos que es de los más antiguos del país.
En la antigua escuela donde se educaron los hijos de los trabajadores de Vista Alegre encontramos un aula de pintura en el que podemos probar a decorar nuestra propia pieza. Es el broche final de un recorrido de lo más inspirador.
Solos o acompañados por sus padres, los más pequeños decoran su propio plato que después es embalado cuidadosamente en una caja para llevarlo de recuerdo. También se puede dejar para su tratamiento en el horno y recogerlo más tarde o recibirlo en casa.
El recinto posee además del museo, la fábrica, la escuela o el teatro hasta 3 tiendas de productos elaborados en la propia factoría. Vajillas, cristalería, regalos y hasta objetos de decoración como esculturas o lámparas, son algunos de los productos que podremos encontrar en ellas.
Aquí encontramos además una cafetería, gestionada por el hotel, donde tomar algo en el transcurso de nuestra visita a este emblemático lugar.
La capilla que hoy vemos en el lugar fue construida por el obispo D. Manuel de Moura, que está enterrado en un elaborado sepulcro junto al altar. Es del siglo XVII y está dedicado a la advocación Nossa Señora da Penha de França.
Fue comprada en 1816 por José Ferreira Pinto Basto y fue declarada monumento nacional en 1910. En el lugar se celebran diferentes ceremonias y eventos para los que se puede disponer del templo, que además tiene acceso desde algunas de las habitaciones del hotel.
El alojamiento aquí levantado completa y da sentido a esta histórica factoría, fundiéndose con ella. Toda la decoración de este hotel de 5 estrellas está inspirada en la cerámica, e incluso se puede tomar una infusión o café en vajillas que también están a la venta en las habitaciones.
El hotel cuenta con habitaciones familiares, restaurante, piscina interior y exterior, centro de bienestar y spa, diferentes salas para reuniones de empresa o eventos, salas comunes, bar y utiliza parte del antiguo palacio como alojamiento más exclusivo.
Dónde está: Lugar da Vista Alegre, 3830-292 Ílhavo, Portugal
Servicios: restaurante, spa, piscina exterior e interior, centro de bienestar
Qué hacer: visitar el Museu de Vista Alegre y realizar un taller de pintura
Información y reservas: consulta aquí ofertas para este alojamiento
Otras actividades: paseo en barco típico