¿Conoces todo lo que esconde una visita al pazo de María Pita? Un espacio urbano moderno que tomó forma tras el derribo de las defensas de la antigua ciudad. Y que se dedicó a nuestra heroína en la lucha frente a los ingleses, y alberga un palacio con vocación de capital de Galicia.
El conjunto histórico de A Coruña está declarado Bien de Interés Cultural junto con otros 16 puntos específicamente referenciados. Entre ellos se encuentran las iglesias románicas de la ciudad, el Castro de Elviña, las Casas de Paredes, el Castillo de San Antón y algunos de los museos y biblioteca.
Lo cierto es que esta plaza y el edificio consistorial, ocupa un espacio que une la antigua ciudad medieval, Ciudad Vieja, y el barrio moderno de Pescadería. La transformación de este espacio se fue llevando a cabo durante el siglo XIX y principios del XX, algo que podemos ver en una visita al Pazo de María Pita y entorno.
Hay diferentes nombres con los que se conoce este centro neurálgico de la ciudad. Uno de ellos sería el Campo del Derribo, precisamente porque aquellas estructuras defensivas fueron siendo demolidas para dar pie a la plaza porticada de hoy. Pero también como plaza de San Agustín y Alesón, en referencia al espacio en torno a la iglesia de San Jorge, antes convento agustino, y al General Alesón, capitán general de Galicia allá por mediados del siglo XIX y que fue héroe de la Guerra de la Independencia.
Pero llegar a tener un ayuntamiento como este no fue tarea fácil. Los principales escollos fueron la falta de fondos y los acuerdos políticos. Una batalla en la que surgen nombres que llenan nuestro callejero y que los coruñeses de hoy apenas conocemos.
El primero de ellos podría ser Faustino Domínguez, quien hace el primer proyecto para la reconversión de este espacio urbano. Ilusión no faltaba, el problema es que hacían falta tres millones de reales para levantarlo, y en las arcas municipales había unos trescientos mil.
Y aquí interviene otro hombre, en este caso Daniel Carballo, a quien se le erige una estatua en los Jardines de Méndez Núñez por su apoyo a la ciudad. Este personaje fue periodista y político, diputado en Cortes, y contribuyó a la llegada del ferrocarril o al abastecimiento de aguas, entre otras cuestiones.
El nuevo palacio es diseñado por Faustino Domínguez Coumes – Gay, tomando el relevo del diseño de su padre, y con un proyecto que no se conserva. Y otro de los nombres del momento es Juan de Ciórraga, quien proyectó la plaza, lo que podemos descubrir en una visita al pazo de María Pita y su entorno. Este lugar fue dedicado ya a la heroína de la ciudad a mediados del siglo XIX.
Ante la sucesión de proyectos y presupuestos y la inexistencia de fondos o apoyos estatales para la consecución de esta obra, fue Argudín Bolívar quien al parecer dio con la fórmula para poder llevarlo a cabo, aunque no llegó a ver construido el edificio. Este olvidado alcalde tiene una calle entre la del Socorro y el Orzán, junto a la fuente Luisa, que él financió personalmente.
Antes de la construcción del palacio, los regidores coruñeses se reunían en los atrios de la iglesia de Santiago o La Colegiata. Ocuparon un edificio en la antigua plaza de la Harina (hoy Azcárraga), una casa en la calle de la Franja, y un inmueble en el antiguo convento agustino (junto a San Jorge).
El nuevo edificio en proyecto, estaba destinado en su origen a albergar, además de las dependencias municipales, a la Diputación y Hacienda, pero también la Academia de Medicina o el Juzgado de Paz.
La prensa de la época es un hervidero de noticias referidas al quiero y no puedo de la construcción del pazo de María Pita, que hoy luce flamante, pero fue una obra complicada de llevar a cabo como hemos ido contando y recogen muchos autores.
Uno de los episodios que nos ha llamado más la atención, es el referido a la colocación de la primera piedra. Y es que en 1879, ante la imposibilidad tras años de desvelos de poner en marcha la obra, se celebra por todo lo alto la colocación del primer sillar del edificio.
Es el caso de Xosé Fernández, en Historia del Ayuntamiento Coruñés, que explica que muchos ciudadanos y personalidades de la ciudad planteaban opciones, como pedir apoyo económico a D. Eusebio da Guarda, que había financiado el instituto. Historias y personajes que podemos sacar del cajón en una visita al Pazo de María Pita.
El nuevo diseño del proyecto del palacio, encargado a Pedro Mariño, se construye entre 1904 y 1917. En 1918, bajo el mandato de Abad Conde, se trasladan los enseres del viejo edificio al nuevo. Al final de la jornada, en una cena servida por el hotel Palace, se degusta un consomé, langosta, volován de pichones y pollo; tras el champán se suceden los discursos. En estos últimos años, se van licitando también las estatuas, rejerías, escudos y diferentes detalles que adornan la bella fachada municipal, cargada de simbología. Y en 1927 lo inauguran los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
A mucha gente le sorprende ver en el edificio municipal de A Coruña los escudos de las cuatro provincias gallegas: el propio más Lugo, Ourense y Pontevedra, del escultor Parera Saurina. Están presentes no solo en las cuatro estatuas de la torre principal sino en los detalles de las puertas de la planta baja, o en vidrieras y diferentes detalles.
Y es que hay que pensar, que A Coruña fue sede de la Real Audiencia y de la Capitanía Militar y Gobernación desde tiempos muy antiguos. La organización territorial gallega, que contó con 5 y 7 provincias a lo largo de los últimos siglos y hasta después de la Guerra de la Independencia, tuvo su cabeza administrativa en nuestra ciudad hasta que entre los años 80 y los primeros del siglo XXI, se traspasa oficialmente a Santiago.
Aunque lo sintetizamos en un párrafo, esta lucha fue un proceso doloroso para los coruñeses, que se manifestaron masivamente para impedir este cambio, y que sentenció el futuro de estas dos ciudades en el eje sur de la provincia.
La fachada de María Pita recoge además un lema, sucesión de las declaraciones oficiales de la ciudad: «Muy noble y muy leal ciudad de A Coruña, cabeza, guarda y llave, fuerza y antemural del Reino de Galicia». El escudo con la torre de Hércules, corona real y las 7 conchas representando a las ciudades del antiguo reino, y a sus lados dos matronas que representan a la Paz e Industria.
El diseño del edificio de Mariño está inspirado en la arquitectura francesa y es un edificio modernista ecléctico, con triple cúpula, y estructurado en tres plantas y ático. En la ventana de rejería central, de hierro y bronce, dibujada por el arquitecto y realizada por Severiano Montoto Llera, se pueden ver las letras P M. Aluden a las iniciales de Pedro Mariño, o también a Palacio Municipal, o incluso a María Pita, según diferentes autores.
El pazo de María Pita por dentro también fue equipándose con el paso de los años. Destacan diferentes estancias, como el Salón de Plenos o Sesiones, con una sillería elaboradísima de Cervigón y Carreras, que incorpora escenas a día de hoy de diferentes momentos históricos importantes para la ciudad. En la presidencia, el retrato del rey Felipe VI, las banderas española y gallega, la rosa de los vientos, el escudo municipal y, a ambos lados, representaciones de Trabajo y Sabiduría.
La piedra del Salón de Plenos es de la cantera del Monte de San Pedro, y los muebles de madera de boj. Ladislao Stern, húngaro recalado en A Coruña, y José Juan González describieron en madera con varios cronistas oficiales como Vaamonde Lores y Juan Naya, con ayuda de Rafael Barros Merino y el pintor José Ramón, esta historia de la ciudad, allá por los años 70-80.
Algunos de los temas presentes en diferentes rincones, que recorremos en una visita al pazo de María Pita, hacen referencia a la mitología en torno a la construcción de la Torre de Hércules, nuestro elemento declarado Patrimonio de la Humanidad. Pero también a coruñeses y coruñesas ilustres, que de un modo u otro fueron icono de la ciudad o destacaron por sus actos en relación con ella.
Podéis escuchar la historia de esta sala en el pódcast de Radio Viajera
En torno al Salón de Sesiones encontramos la Alcaldía, que da al balcón central, y que atesora regalos institucionales, los libros de oro o el pendón y bastón de mando, así como banderas históricas.
El Salón Real, en el ala oeste, expone retratos de los reyes, un bargueño del siglo XVII, una pintura de Dióscoro de la Puebla que representa el primer desembarco de Colón en América y algunos de los relojes de la colección municipal que adornan las diferentes estancias.
Al norte, los salones azul, dorado y rojo, y en sus paredes la pinacoteca de autores como Germán Taibo, Román Navarro o Francisco Lloréns, también de María del Villar Mateo de Arenaza. En la galería del salón azul podemos ver una exposición de marcas prefilatélicas gallegas, manuscritas entre los siglos XVI a XIX, o con cuños desde 1717. Es una donación de Evaristo de Cuenca.
Una de las cosas que se pueden visitar en el pazo de María Pita es la galería de pinturas de alcaldes de la ciudad, entre los que a día de hoy se cuenta el retrato de una mujer, Berta Tapia da Fonte.
Entre los más recientes o destacados vemos el de Paco Vázquez, Javier Losada, Carlos Negreira, Manuel Puga y Parga (Picadillo), Suárez Ferrín, Alfonso Molina o Domingos Merino.
Pues además del propio edificio, las tallas del Salón de Sesiones, la galería de alcaldes, la pinacoteca o las vidrieras o mosaicos con motivos históricos, otro de los secretos mejor custodiados del Pazo de María Pita es el Museo de los Relojes.
La colección fue donada por Antonio Ríos Mosquera y se abrió en los años 70, incorporándose otras piezas hasta sumar más de 80. Incluyen relojes de pared, de mesa, de péndulo, etc. datados entre los siglos XVIII y XX y procedentes de Inglaterra, Francia, Alemania y Holanda, además de España.
Entre todos ellos, suelen destacarse el elaborado por Rodríguez Conejero (JR Losada) autor del de la puerta del Sol en Madrid, que toca una melodía diferente cada cuarto de hora; el de Ismael Miyar, elaborado en 1963 para Antonio Ríos Mosquera, por una saga de artesanos de Cangas de Onís; o el Morez (Francia), zona de tradición relojera, del siglo XIX.
El Pazo de María Pita, sede del concello de A Coruña, se puede visitar de forma libre y gratuita de lunes a viernes de 5 a 7. Siempre que no haya eventos o sesiones que lo impidan.
En el edificio disponen de folletos y material divulgativo para guiar la visita, ya que las piezas o estancias en sí no cuentan con ningún panel o placa informativa.
La planta baja es el espacio donde encontramos una sala de exposiciones temporales, un lugar donde se suele situar también el belén municipal durante las navidades.
En la web municipal disponéis de alguna información online y la posibilidad de hacer una visita virtual.