Si también sois de llevar a vuestros peques a conocer cualquier rincón del patrimonio artístico o cultural os encantará esta visita al monasterio de Poio con niños que os contamos.

En algún lugar de las Rías Baixas, junto a la ría de Pontevedra, hoy enmarcado en el geodestino Terras de Pontevedra Morrazo, encontramos un antiguo convento benedictino que dio siglos de prosperidad a este territorio. Sus orígenes están en el siglo VII y hoy está habitado aún por unos pocos monjes mercedarios.

Un poco de historia

Este centro religioso fue fundado por San Fructuoso de Braga y se conservan testimonios documentales desde el siglo X, en el testamento de doña Urraca Fernández.

En 1548 pasó a formar parte de la congregación de San Benito de Valladolid y llegó a ser sede de un Colegio Mayor de Teología, instruyendo en esta materia con gran prestigio en tiempos de Carlos V.

En el centro enseñó una figura que conocemos bien los gallegos como fue el padre Feijoo, un intelectual de ideas ilustradas. Es en este tiempo cuando se va culminando una renovación del edificio que sustituyó el antiguo monasterio medieval por otro renacentista barroco, gracias a las rentas agrarias y marinas recibidas.

En 1835 los monjes benedictinos abandonan el cenobio y pocos años después los mercedarios de Conxo (Santiago) se hacen cargo del mismo y lo reforman ampliándolo.

Monumento histórico artístico

Visitar el monasterio de Poio con niños es una experiencia perfecta de turismo cultural. Está declarado monumento histórico – artístico y permite ver diferentes estilos arquitectónicos religiosos de los siglos XVI a XVIII, clasicismo tardío y barroco.

Fue construido por Mateo López con planos de Juan Ruiz de Pamames, y en su fachada podemos a San Andrés y San Juan Bautista, además de a Santiago. Este centro religioso está incluido dentro de la variante espiritual del Camino Portugués por la costa a Santiago.</p>

Si queréis visitarlo debéis tener en cuenta que las horas de visita en verano son de 10 a 13 horas y de 16:30 a 19:30 h de lunes a sábado, y de 16:30  a 19:30 h los domingos. La tarifa es de 3,50 euros por persona.

Cómo es la visita

Visitar el monasterio de Poio con niños es perfecto para familias amantes del patrimonio artístico y cultural. Es un recorrido libre, apoyado por paneles informativos, y algunas orientaciones de la persona que encontraréis en portería, donde hay que timbrar para realizar este paseo.

El acceso se realiza por una puerta a la izquierda de la fachada principal de la iglesia, y la salida por la parte trasera, donde aparcan los autobuses y junto al enorme hórreo de 33 metros de largo y del siglo XVIII. Pasamos por debajo de la escalera de honor, también del siglo XVIII, donde hay una pequeña tienda de recuerdos.

De aquí accedemos al claustro de las procesiones tras abonar la tarifa. Se trata de un patio porticado renacentista con 24 arcos peraltados y fuente barroca en el centro. Este espacio es el centro en torno al que se articulan las dependencias monásticas, tanto la sala capitular, como el comedor, la iglesia o las celdas.

En este punto están señalizados 3 relojes de sol, y el enlosado es del 1612, en el que vemos algunas lápidas en nuestro tránsito hasta la iglesia. El conjunto se data en diferentes momentos del siglo XVI y está cubierto con bóveda de crucería y podrás jugar con los peques a encontrar diferentes efigies de santos, obispos y mascarones.

San Xoán de Poio

Es de planta basilical con nave central y naves laterales más estrechas apoyadas en 4 columnas en cada lado. La cabecera es cuadrada e incluye capilla mayor y, detrás, la sacristía. Las cubertas son con bóvedas de cañón y bóvedas de arista.

Se comienza a construir en el siglo XVI y se finaliza en 1703 «reinando Felipe V», fecha que podemos ver en la bóveda central. En el suelo hay sepulturas numeradas de adultos y niños.

Los tesoros del monasterio

El retablo de la capilla mayor es una de las joyas del monasterio, que fue elaborado en el siglo XVIII y cuenta con impresionantes columnas salomónicas. En el centro el Padre Eterno, Cristo en la cruz, y de izquierda a derecha y de arriba abajo San Serapio (mártir mercedario), San Juan Bautista, San Pedro Armengol (también mercedario), Santiago Apóstol, Santa María de la Merced y San Andrés.

Otro de los tesoros de esta iglesia, por antigüedad, es la capilla del Cristo, del siglo XVI y que fue la antigua sacristía. En ella vemos un retablo dorado con un calvario que incluye las imágenes de Cristo en la cruz, María y San Juan Evangelista, también escenas de la pasión de Jesús como la Oración en el Huerto, la Coronación de Espinas o la Última Cena.

Otras curiosidades

A la izquierda un curioso sagrario pelícano, a Santa Trahamunda (cuya mirada impacta, la verdad) y su sepulcro visigótico (s. VIII). Y a la derecha nuestra señora de la Valvanera (s. XVII).

El altar del Rosario, el de San Miguel Arcángel, el de la Virgen del Carmen, el dedicado a San Pedro Nolasco y el púlpito pétreo o el coro son algunos de los puntos destacados de una iglesia que impresiona.

Claustro de los Naranjos o la portería es contiguo al otro y se comunica precisamente por la portería. Es barroco, de dos pisos, con arcos tipo carpanel. En él podemos ver un impresionante mosaico con un millón de teselas y obra del artista checo Antoine Machourek, que fundó la Escuela del Mosaicos del convento. Representa el Camino Francés y en él se representan puntos de este itinerario como Roncesvalles, Estella, Astorga, etc.

Biblioteca y museo

Otro de los elementos destacados que ver en vuestra visita al monasterio de Poio con niños es la impresionante biblioteca, de la que solo se puede ver una pequeña parte a través de una ventana.

Cuenta con 140.000 volúmenes, 3.600 documentos cartográficos, 215 manuscritos y documentos, y entre ellos se encuentran incunables (libros de la primera imprenta) del siglo XVI.

En el museo, lo que vemos es un centro de interpretación de la orden mercedaria, con sus principales símbolos y la iconografía (santos o imágenes) asociada a ella, los escudos, libros cantorales, su filosofía y misiones y algunos relicarios o esculturas, entre otras curiosidades como su característico hábito blanco.

Por último, deciros que hay unos aseos al final de la visita, y un aula cultural con exposiciones temporales. En la salida, podéis ver el hórreo y diferentes puntos del jardín que rodea el monasterio, donde también se sitúa el concello de Poio, justo frente a su fachada principal.</p>

Más que ver en Poio y entorno

Por

Carmen Delia Díaz

, 21 de abril de 2025

Carmen Delia Díaz

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Carmen Delia Díaz

Filóloga, periodista y guía turística oficial de Galicia, especializada en comunicación empresarial, recursos turísticos y turismo familiar y cultural

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