Más allá de Ares y Chanteiro, enfilando siempre hacia el mar, está Punta Segaño, a los pies de Montefaro. Aunque pertenece al concello de Ares este punto se asoma más a la ría de Ferrol y te ofrece, sobre todo, muchos grados de océano. Pero además, como tantos rincones de la costa gallega, oculta un secreto.
Para llegar a Punta Segaño puedes dejar la AP9 en Pontedeume y seguir hasta Ares por la AC122. Una vez en Ares, está señalizado Chanteiro y el Mosteiro de Santa Catalina, a la entrada del pueblo, después de la glorieta. Te desvías a mano derecha y vas siguiendo las indicaciones. Al pasar Chanteiro un desvío va hacia el monasterio de Santa Catalina de Montefaro y otro hacia Punta Segaño. Los últimos dos kilómetros son por un camino de tierra.
Al final de la carretera hay donde aparcar y verás varios senderos. A tu alrededor estarán los restos de las baterías defensivas militares de costa construidas a principios del siglo XX. Viejos barracones destinados a los soldados y viviendas militares. Cocinas, baños, salas comunes y hasta un pozo al aire libre. A su alrededor las increíbles vistas de la ría de Ferrol a un lado y la de Pontedeume al otro.
Además de las rutas que puedes tomar para subir hasta la roca más alta o las baterías noroeste o sudeste, están los pasadizos. A los peques les impresionaron porque el camino se va internando en la tierra y a medida que se aproxima a la costa va por debajo de la misma. Hay varias escaleras y pasillos que nos van llevando a las posiciones donde estaban los cañones, Krupp de 26 cm, que se instalaron en 1914.
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