El concello lucense de Palas de Rei con niños es fantástico para una excursión de fin de semana y alberga varios recursos turísticos poco conocidos.
Bellos paisajes, un balneario, casas rurales y uno de los castillos mejor conservados de Galicia. Hoy nos damos un paseo por estas tierras, con niños, para contártelo todo.
El Castillo del Pambre es una fortaleza del siglo XIV considerado bien de interés cultural y patrimonio histórico de España. Se ubica a orillas del río con el mismo nombre y es el mejor ejemplo de arquitectura militar medieval de Galicia.
Por esta zona pasa el Camino de Santiago, y se accede saliendo de Palas de Rei por la carretera C547 siguiendo un desvío señalizado. Acaba de ser reformado y ya se puede visitar de nuevo.
Pero en esta comarca hay otra joya si eres amante del románico y el patrimonio cultural gallego: la iglesia de Vilar de Donas.
Formó parte del antiguo monasterio con el mismo nombre y que data del siglo XIII. Solo se puede visitar la iglesia y si tienes suerte, puesto que suelen enseñarla a los peregrinos que pasan en grupo por el Camino de Santiago en esta localidad. Está a pocos kilómetros de Palas de Rei en la carretera que va a Guntín.
Te llamará la atención la fachada principal, protegida por un pórtico, los herrajes de la puerta y el baldaquino gótico exento del interior. Se conservan también en el interior pinturas murales góticas de gran belleza en el ábside de la iglesia.
El secreto es un restaurante rural de renombre a nivel gastronómico aunque quizá no tan conocido fuera de la zona: La Parada das Bestas.
Además de cocinar con productos de la zona y de manera tradicional, es un lugar con mucho encanto, tiene casa rural y un comedor o mesas exteriores donde conviene reservar, pues está muy demandado.
Es perfecto para ir con niños porque tienen zonas para jugar y también piscina para los huéspedes. También es muy recomendable el balneario río Pambre, que además tiene un bonito parque infantil.
No hace mucho, tuvimos oportunidad de probar un menú con productos de cercanía y kilómetro 0, servido en el jardín de este restaurante que es un lugar de referencia en la zona.
Una ensalada de pechuga de pollo en escabeche oscuro de higo, capuchino de caldo, cebolla con huevo y patata frita, jarrete de ternera estofado en cerveza, leche frita envuelta en hojas de manzana y queso de nabiza con membrillo fueron los platos que pudimos degustar y que nos dejaron realmente impresionados.
