Una ruta por el turismo industrial en Galicia con niños nos puede aportar unas cuantas enseñanzas, además del conocimiento de la propia zona. Hablamos de una tipología que abarca tanto la visita al patrimonio de un determinado lugar como conocer empresas o fábricas en funcionamiento, que de algún modo estén vinculadas la historia, cultura y tradición de un territorio.
Es apenas un diez por ciento del turismo total, donde llevan la delantera países como Francia, Inglaterra o Alemania. En España, las zonas más destacadas de turismo industrial están en el norte: Asturias, Cantabria, País Vasco o Cataluña. Este turismo nació tras las exposiciones universales y para poner en valor exponentes de la revolución industrial. Así, tecnologías que se fueron quedando obsoletas, sobre todo si en su momento supusieron un hito importante, se fueron quedando como piezas de museo.
Viajar es acumular experiencias y los nuevos turistas ya nos nos conformamos con ver sin tocar, o con rutas solo vinculadas a los monumentos más antiguos de cada zona sino que queremos ver, palpar, sentir y fotografiar cómo se vivía en determinada zona. Cómo se conservaban los alimentos del mar a principios de siglo, cómo se realiza una pieza de alfarería, cómo trabaja un canteiro auténtico o cómo se construía un barco de manera tradicional.
Titulada «Massó: o sentir dun pobo» este recorrido nos lleva por diferentes localizaciones de la antigua industria conservera y ballenera en el casco urbano de Cangas Do Morrazo. Lleva el diseño y la inspiración de A Illa dos Ratos, una asociación sociocultural que se ha preocupado de indagar en este pasado reciente a través de quienes lo vivieron en primera persona.
Como puedes ver en el blog de esta asociación, que cuenta con el apoyo del concello, la ruta pasa por la antigua fábrica Massó ubicada en el muelle junto a la Praia do Salgueirón, pero también nos lleva en un maravilloso viaje en el tiempo por lo que fue su guardería, el economato, el comedor, las viviendas sociales, la ballenera, etc. Más info.
El Ferrol naval y su museoEn una escapada a Ferrol una de las rutas de turismo industrial que podemos visitar es la muestra Exponav. Está en el antiguo edificio Herrerías, donde se ubicaba la fundición y las forjas, en el Arsenal de los Diques. Maquetas de antiguos barcos, cómo se consigue la flotación, o la recreación de un barco por dentro son algunas de las cosas que puedes ver en esta fundación recopiladas en una ciudad con gran trayectoria naval.
Un viaje en el tiempo que nos lleva desde el siglo XVIII hasta el XXI, descubriendo numerosos elementos donde también tiene cabida la exposición de lo relativo a lo que fue la fundición, emplazada en el edificio. Pero también una buena muestra artística dedicada al mar o una sección centrada en el astillero Astano. Más info.
En un rincón de la península de O Grove denominada Punta Moreiras, se ha recuperado una ruta relacionada con la antigua industria de salazón de pescado en el siglo XVIII-XIX. Los antiguos píos de salazón, donde se salaba el pescado durante 10 ó 20 días para curarlo, y otros elementos para enlatar o preparar este producto para su distribución y venta.
La ruta que puedes realizar pasa por el Museo da Salga, donde además podrás ver una parte dedicada a cómo se construían las embarcaciones de pesca más tradicionales, y una construcción cercana señalizada con paneles que explican cómo era el proceso de tratamiento de esta industria en los almacenes y pilones, fundamentalmente con sardina, y llevada a cabo según el método catalán. Más info.
Pequeños alfareros en BuñoEn esta localidad de A Costa da Morte puedes ver aún cómo se elaboran piezas de cerámica con torno tradicional, es decir movido con lo pies. Hablamos del Ecomuseo Forno do Forte, unas casas del siglo XVIII donde vivían y trabajaban artesanos y sus familias. Fueron restauradas por la Diputación de A Coruña y el concello, y en ellas podemos ver un pequeño museo etnográfico, así como las viviendas de la época con unas cuantas curiosidades.
La parte más interesante es el obradoiro, donde un artesano alfarero elabora los preciosos objetos cerámicos típicos, decorados en tonos ocre o con cenefas. También el horno donde cocer el barro, una pequeña tienda y en general un espacio de aprendizaje muy orientado a escolares y familias, además de otros grupos. Más info.
Cómo trabaja un canteiro a la manera más tradicional, un obradoiro de títeres y otras profesiones y oficios que se conservan detenidas en el tiempo y de la mano de jóvenes profesionales en un antiguo barrio de Mondoñedo. Se conoce como la Venecia mindoniense por la cantidad de canales de agua que aún discurren por entre las casas.
Junto al río Valiñadares, un puente de origen medieval vinculado a la leyenda de Pardo de Cela, pero también molinos que movían la maquinaria necesaria para que ceramistas, canteiros o ferreiros trabajaran. Aún podemos visitar sus obradoiros, también orientados a visitas escolares, y conocer o adquirir algunas de sus cotizadas creaciones. Más info.
Si ya peináis alguna cana, seguro que habéis escuchado alguna vez el silbido del afilador. Y es que ahora ya no se escucha por las calles como antes, pero esta profesión en Galicia fue un gremio que incluso llegó a tener jerga propia.
Uno de los museos donde puedes aprender algunas cosas sobre este oficio y su patrimonio inmaterial es precisamente el Centro de Interpretación de San Pedro de Rocas. Allí encontraréis representado este oficio, y en otro rincón de la Ribeira Sacra, en Santo Estevo de Ribas de Sil, donde una placa recuerda el «barrallete», o lengua de los afiladores de la zona.
Entre las muchas cosas que podéis ver en Cervo con niños está la fábrica de Sargadelos, exponente del turismo industrial de Galicia, y sobre todo porque es visitable y aún en funcionamiento.
Una visita a la planta os monstrará la historia de esta singular cerámica blanca y cómo se preparan las jarras, vajillas, tazas y objetos decorativos tan característicos de esta industria creada por el Marques de Sargadelos allá por el siglo XVIII.
Una de las rutas más bonitas que podéis hacer por A Mariña Lucense son precisamente las antiguas cetáreas en la costa, en las inmediaciones de Rinlo, en Ribadeo. Hay tres muy cercanas, como son Pena de Cobros, Punta Corbeira y Porto de Rinlo.
Si pasas esta pequeña población famosa por su tradición ballenera en dirección a Barreiros, por la costa, puedes apartar el coche y caminar por sendas litorales para acercarte a estas cetáreas.
A principios del siglo XX se contruyeron aquí estas pequeñas factorías, aprovechando los huecos de los acantilados, para albergar cultivos marinos. Si os acercáis id con precaución con los más pequeños, pues se pueden ver pero encontraréis escaleras sin barandilla, y puntos con bastante caída al acantilado.
Uno de nuestros rincones mágicos en el entorno de Fragas do Eume es precisamente la antigua central hidráulica, en A Capela. Está cerquita de la nueva y puede verse su antiguo edificio, así como numerosas construcciones derivadas de este pasado industrial.
Si os planteais una excursión con peques a la antigua central del Eume podéis leer aquí todas las indicaciones. Sin duda es otro de los exponentes del turismo industrial en Galicia, en este caso conviviendo la nueva con la vieja central.
En el denominado Olimpo Celta, en Ézaro, donde el río Xallas se despeña al mar, encontramos también una antigua central eléctrica. Zonas recreativas, turismo náutico, oficina de turismo y más en este rincón que es de los muy visitados en la temporada de verano en Galicia.
Junto a la cascada, al pie del Monte Pindo, hay un mirador y la central hidráulica, que se complementa con un museo de la electricidad que en determinados días y horas es visitable. Más info.
Desde el siglo XVIII, y hasta bien entrado el siglo XX, muchos rincones de Lugo y Asturias se llenaron de forjas que aprovechaban el agua de los ríos para una industria de elaboración de diferentes utensilios de hierro.
Un buen ejemplo de ello, podemos verlo en Penacoba, en la parte más al norte de la Ribeira Sacra. Aquí un alojamiento rural conserva una antigua forja excavada en la roca y que fue propiedad del señor de Maside.
