Una auténtica trinchera de la Primera Guerra Mundial, un carro de combate o un helicóptero al que puedes subirte, diferentes elementos de la época de la Guerra Fría, e incluso un camarote del Titanic. Hablamos de un plan de turismo bélico en Belorado en el que puedes vivir una auténtica experiencia y que es muy interesante para ir con niños.
En nuestro último viaje por Castilla León adelante se nos ocurrió parar en Belorado, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, al pie de la carretera nacional 120, entre esta capital y Logroño. Además de tomar algo a la sombra de los árboles en el Bar El Paso, recorrimos un poco el casco histórico de esta pequeña población de unos 1.700 habitantes y descubrimos un original museo que trasciende sus fronteras, sobre todo en materia de turismo bélico.
Lo primero que hay que contar si hablamos de este museo es que existe gracias a este empresario burgalés. Además de su actividad profesional, Bocanegra dedicó un buen número de años de su vida a comprar y poner a punto diferentes equipos de radiocomunicación, sobre todo del ámbito militar y de diferentes momentos históricos.
Radioaficionado, inventor, y apasionado de diferentes ámbitos como el tema bélico y su historia, la carrera aeroespacial, las comunicaciones náuticas, y en general lo relacionado con las radiocomunicaciones a lo largo del siglo XX.
En nuestro país no hay grandes ejemplos de turismo bélico ni elementos históricos puestos en valor en este sentido. Por eso, los aficionados a las recreaciones históricas y al turismo bélico en Belorado y otras zonas a nivel internacional tienen aquí un referente, organizando eventos y concentraciones en la sede de este museo.
El espacio está ubicado junto a la plaza de toros de Belorado, y fue inaugurado en febrero 2013 con la asistencia y respaldo de diferentes instituciones a nivel local, autonómico o el Ejército de Tierra. Se instala en un antiguo silo de cereal restaurado íntegramente, el único en España, y ha ido incorporando diferentes espacios que se pueden visitar en una ruta guiada absolutamente apasionante y en la que se puede ver, fotografiar y tocar.
Además de turismo bélico, podemos hablar de turismo experiencial, pues en la visita guiada se puede vivir la sensación de estar dentro de un carro de combate, un helicóptero en la recreación de un campamento en Vietnam, o un paseo por la mayor recreación de trincheras de la Primera Guerra Mundial. Aquí podemos ver las zonas destinadas a descanso de las tropas, zonas de mando, hospital de guerra, avituallamiento y diferentes curiosidades.
Sería complicado enumerar aquí los diferentes elementos que podemos ver en las salas del museo a lo largo de la visita. Así que resumiendo mucho podemos contaros que encontraréis equipos de radiotransmisión como los utilizados en el ataque de Pearl Harbor, los empleados en el día D del Desembarco de Normandía, o un receptor como el que llevaba el Enola Gay el día que lanzó la bomba sobre Hiroshima.
También se han reunido, y se visitan en las dependencias del museo de turismo bélico de Belorado, diferentes equipos de espionaje de la Guerra Fría o receptores de la NASA en su programa Apolo en el viaje a la luna de 1969. Trajes espaciales como el cosmonauta ruso, banderas y uniformes, teléfonos, equipos de radio aún en funcionamiento y un largo elenco de elementos para los amantes de estas curiosidades de la historia.
Sin duda uno de los platos fuertes del museo es la recreación del Titanic. A través de maquetas, y la recreación de un camarote de primera clase, podemos entrar en este barco y su sala de generación eléctrica, baño o pasillos. Algunos de los objetos que allí vemos son de la época y recrean una cuna, vestuarios, baúles y diferentes joyas o elementos de uso común.
En este punto es muy interesante escuchar cómo se generalizó la petición de ayuda utilizando un SOS, empleada en esta tragedia y a partir de la misma, para pedir auxilio a nivel internacional.
Esta visita podéis hacerla con niños ya un poco mayores, pues es en grupo y la guía es muy dinámica y se adapta al público. El grupo mínimo es de 5 personas pero podéis contactar con ellos, pues es fácil que se forme grupo en verano o los fines de semana. Realizan una por la mañana y otra por la tarde, y dura en torno a una hora y media.
Booking.comEl inicio se hace en la recreación del Checkpoint Charlie, el puesto de mando fronterizo de acceso al antiguo Berlín Oeste, a imagen del que aún podemos ver en la capital de Alemania. A su alrededor, se reproducen las tiendas y establecimientos reales que había en su entorno, según las antiguas fotografías. Junto a este, hay un carro de combate al que puedes subirte y entrar, al igual que en el helicóptero.
La primera parte que se visita es el silo de cereal, un elemento de turismo industrial recuperado, habitual en la zona de Castilla, y de ahí se pasa al Titanic, en un apasionante salto en el tiempo. Salas dedicadas a diferentes elementos militares de la historia, se suceden en este espacio de turismo bélico en Belorado, y nos permiten una maravillosa transición entre unas salas y otras a través de la bodega de un avión militar, refugios antiaéreos o pasarelas entre trincheras.
De la trinchera salimos a la luz pero aún podemos quedarnos un momento viendo con calma algunos de los espacios expositivos y haciendonos fotografías. Os recomendamos la visita a este museo así como muchos otros puntos de la carretera nacional 120 en un viaje slow para descubrir todos sus tesoros.
En la web municipal tenéis más info sobre este museo y qué ver en esta localidad
