La capital de Francia es el destino más popular del mundo y unos 42 millones de personas la visitan cada año. Su centro histórico es bastante extenso y cuenta con una población que ronda los 2,3 millones de habitantes. Pero ¿cuál es el mejor modo de moverse entre sus principales recursos turísticos? Veamos paso a paso cómo es el transporte público en París.
Un conjunto armonioso de estilos arquitectónicos, tendencias artísticas y gastronómicas con una historia de lo más atractivo. París es el destino al que todos queremos ir al menos una vez al año, y no es difícil plantearse una escapada porque tiene muy buenas conexiones con diferentes aeropuertos europeos.
Una vez allí, comprobaremos que es una ciudad con grandes distancias entre los puntos de interés, por lo que es imprescindible hacer uso del transporte público. Todo lo que hay que ver en París en 3 días solo te dará tiempo a visitarlo si haces algunos trayectos en metro o bus.
Además de las distancias, excesivas para ir a pie, y a favor de moverse en transporte público, es la temperatura, que puede ser muy calurosa en verano y bastante fría en invierno, así como la dificultad para usar un vehículo propio o alquilado, pues aparcar tiene bastantes limitaciones.
La Belle Époque parisina supuso una explosión de corrientes artísticas -modernismo, impresionismo o simbolismo- que confluyeron en los últimos años del siglo XIX y principios del XX. En los años previos a la Exposición Universal de París de 1900 se estaba construyendo el Métropolitain, y decidieron instalar unos elegantes letreros para sus principales accesos que hoy son un auténtico icono.
De cualquier modo, el metro es una arteria fundamental para la movilidad de millones de pasajeros, locales o turistas, y puedes usarlo cómodamente para hacer trayectos 2-4 kilómetros que separan por ejemplo el Arco del Triunfo de los pies de Montmartre, o los casi 5 km que hay de la Santa Capilla a la Torre Eiffel.
Además del metro, en París también funcionan trenes regionales como el RER, que conecta el centro con los alrededores de la ciudad y tiene conexión con el aeropuerto Charles de Gaulle o un tranvía que recorre la periferia.
Diferentes clases de autobús surcan cada día las avenidas francesas y son otra de las formas de transporte público en París de la que queremos hablaros. Desplazarse en superficie permite conocer las diferentes atracciones turísticas haciendo fotos y sin perderse detalle, por lo que también son una opción que hay que tener en cuenta.
Además de las casi 300 redes de autobús que surcan la ciudad del sena hay también buses turísticos con zona cubierta o al aire libre que recorren lugares como el entorno de los Campos Elíseos, el Trocadero, la Ópera Garnier o Notre Dame.
Por las noches funciona el Noctilien, un bus nocturno que enlaza el aeropuerto con los diferentes sectores de la ciudad de la luz. Puedes usarlo de 12:30 de la noche a 5:30 de la mañana y es una manera más tranquila de moverse en superficie sin el tráfico de las horas diurnas.
Otro de los atractivos turísticos de la ciudad son los paseos en barco por el Sena, el canal de agua que vertebra la ciudad pasando por lugares como el Parc de Bercy, la Ciudad de la Moda y el Diseño, la isla del Asentamiento (Isla de la Cité) o la de Saint-Louis y sus puentes, el museo d’Orsay y hasta la Torre Eiffel.
También a orillas del Sena, y usando la red de transportes públicos en París, encontramos diferentes museos y lugares curiosos como el Museo du Quai Branly, el centro de interpretación de las cloacas, el centro de Arte Urbano o el Museo de la Orangerie, entre otros.
Estas embarcaciones de diferentes tipos recorren el canal fluvial en el corazón de la capital parisina incluyendo recorridos guiados, degustaciones o comida a bordo y diferentes espectáculos, un plan perfecto para hacer durante el día o al anochecer.
Además del universal taxi, que se puede coger directamente levantando la mano por las calles de París, acudiendo a una parada y a través de la centralita telefónica o app móvil, París cuenta con otros medios de movilidad.
Una de las estampas típicamente parisinas y que podemos ver en películas como Amélie es el funicular que sube al Sacre Coeur, que nos ahorrará los 270 escalones que ascienden a Montmartre por el jardín Louis Michel. A sus pies tenemos el famoso tiovivo que sale en el film y desde arriba una buena panorámica de la ciudad.
Otra opción nada desechada por los parisinos es la bicicleta (vélo) con 1.400 estaciones Vélib’ de punto de alquiler en la capital francesa, y otro de los medios de transporte público en París que debéis tener en cuenta si estáis un poco en forma, pues el centro es bastante llano.