Cuando comienzan las lluvias los planes al aire libre con peques se complican. Los parques están mojados, el tiempo no está para estar muchas horas en la calle pero lo cierto es que los peques necesitan correr y jugar. Así que en Escapalandia hemos decidido compartir ocho buenas ideas de escapada para el otoño con niños.
Buscar y reconocer las hojas del castaño y el nogal o su fruto, aprovechar los ratos sin lluvia para jugar en el parque infantil o la cancha deportiva y tener un lugar de referencia para comer caliente. Tres objetivos fundamentales para buscar destinos en esta época del año.
1. Ponte Aranga: es un lugar con encanto especial. En esta época está especialmente bonito y puedes pasear por el área recreativa a orillas del Mandeo, hacer un tramo de ruta de senderismo si el tiempo lo permite y ver el pueblo, la iglesia y el cementerio.
También junto al río, al otro lado del área recreativa que tiene merendero, hay un bonito parque infantil. Para comer estaba el mítico restaurante Casa Platas, pero hace tiempo que cerró por jubilación, así que estamos pendientes de buscar otra opción por la zona, quizá algún lector conozca alguna.
2. O Courel: el reino de las castañas por excelencia. En la zona de Moreda, junto al centro de interpretación de O Courel, parte una ruta que puedes hacer con niños, seleccionando un tramo pequeño, y que transcurre bajo castaños.
A lo largo del camino podrás ver los tradicionales «sequeiros» o casetas para secar las castañas. En esta zona predominan los dulces típicos a base de castañas como las galletas, la tarta o el marrón glacé. Para comer es precioso O Pontón, una cantina tradicional situada en Folgoso.
3. Samos: un lugar que hay que visitar pues es un enclave importante del Camino de Santiago y un precioso valle con un monasterio que impresiona. Junto a él hay un área recreativa, con una peculiar capilla prerrománica.
Merece la pena visitar el monasterio, hay rutas guiadas sobre las que puedes preguntar en la tienda donde se venden productos elaborados por los monjes o también típicos de la zona. El chocolate está buenísimo.
La visita incluye los claustros, la antigua botica, las celdas -que se alquilan como hospedería- los salones, la sacristía y la iglesia. Hay varios restaurantes y bares por la zona donde comer bien.
4. Monfero: uno de nuestros lugares favoritos por su autenticidad. Está en el medio de la naturaleza en pleno Parque Natural de las Fragas do Eume. Se puede visitar la antigua iglesia, la sacristía y los restos del monasterio incluyendo claustros, cocina, celdas, etc.
Están en estado de abandono y en esta parte la visita es libre, aunque en la parte de la iglesia hay un punto informativo. Se come muy bien en Casa Juan, tradicional y buena relación calidad precio. Cerca de allí, en Cabría Nova hay un parque infantil y cancha deportiva. Más info.
5. O Deza: otro de nuestros imprescindibles de otoño en Galicia con niños son las terras do Deza. Lugares como el monasterio de Carboeiro, en la provincia de Pontevedra, y que forman parte de la Red Natura 2000.
Tanto aquí como en la cascada de A Toxa, una de las más altas de Galicia, encontraréis sendas señalizadas con paneles de flora y fauna para aprender a diferenciar las especies vegetales con los más pequeños. Más info.
6. Paradela: una zona muy rural donde puedes cansarte de ver castaños y otra vegetación autóctona. En la zona del río Loio, junto a la piscina municipal, hay un parque infantil muy original con casita y cuentacuentos.
Si bajas un poco por la senda podrás ver la cascada y hacer una miniruta junto al río. Mucha vegetación autóctona donde solo oirás cantar a los pájaros y el ruido del agua.
Si os gusta el arte en Mosteirovello podéis ver la iglesia de Santa María de Castro de Rei, con su ábside, un capitel prerrománico y restos de pinturas medievales en uno de sus laterales. Para comer, está muy bien el restaurante Río Loyo, cerca ya del pueblo de Portomarín. Más info.
7. Arzúa y Portodemouros: a pocos kilómetros de Arzúa, en Dombodán, y junto al embalse de Portodemouros está una casa rural de lo más tradicional que se llama Casa Brandariz.
He ido muchas veces y me encanta sobre todo en el invierno, pues tienen la lareira encendida y es muy agradable sentarse un rato a ver el fuego.
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La comida es muy casera, y conviene reservar pues tienen bastante movimiento de gente. Desde allí puedes visitar la iglesia de Dombodán que está al lado, bajar al pantano y hacer alguna ruta caminando por la zona.
En el centro de Arzúa hay un gran parque infantil en la calle Calvo Sotelo. También, a unos 10 kilómetro de la localidad, junto al embalse de Portodemouros, está el El Museo viviente de la Miel.
Y en la calle Feira Nova, el Centro de Divulgación do Queixo e o Mel o una buena opción para que los niños vean cómo se elaboran estos alimentos tradicionales y conozcan los productos de la denominación de origen Arzúa-Ulloa. Más info.
8. Begonte: este municipio cuenta con varias rutas de senderismo señalizadas muy interesantes. Hemos ido mucho en invierno por su famoso belén electrónico, y es muy agradable parar a comer en la Casa do Labrego (Baamonde) un caldo gallego, junto a la lareira.
Después o antes puedes visitar el Museo de Víctor Corral, un escultor local que tiene numerosas creaciones en su taller, esculturas y pequeñas tallas además de elementos diversos por el jardín. Begonte tiene un parque infantil muy chulo justo detrás del edificio del concello.
