Se aproxima un puente y con él la posibilidad de fugarse a vivir el otoño o invierno en cualquier lugar tranquilo, con niños. Así que en Escapalandia hemos preparado seis destinos para escaparse de cercanía fantásticos. Toma nota y ve preparando las mochilas y las botas de montaña. Jerseys gruesos, chimenea, sopita caliente, y manta o nórdico en la cama. ¿Nos vamos?
Cuenca y sus vistas desde cualquier balcón de la ciudad |
Tiene sus defensores y detractores pero, seamos serios, Cuenca es una auténtica joya que en algún momento hay que acercarse a conocer. Las casas colgadas, las vistas sobre los barrancos, los parques de tierra anaranjada y, sobre todo, la Ciudad Encantada. Este paraje ubicado en la serranía se formó hace 90 millones de años en el fondo del mar. Sus piedras modeladas en diferentes formas encantarán a los padres y alimentarán la imaginación de los más pequeños.
Un clásico de cualquier puente pero inmensamente bello. Si no conoces este pueblo marinero al abrigo de la montaña te pierdes una maravilla. Al doblar la esquina del paseo marítimo y ver frente a vosotros esa inmensa pared de casas os entrarán ganas de explorar hasta el último rincón. Eso sí, los carritos es mejor dejarlos en el coche porque las calles están llenas de requiebros y escaleras. Más info.
La muralla de Ávila te enseña la ciudad desde el aire |
Una ciudad acogedora para pasear con calma calle a calle y, sin duda, para recorrer todo el perímetro de su muralla. Ávila ofrece grandes posibilidades para una escapada de varios días con niños. Les encantará jugar a caballeros y princesas, conocer antiguos conventos y correr por sus jardines y parques. La ciudad abarca diferentes culturas que puedes seguir a través de la ruta judía, románica, palaciega, isabelina, etc. La gastronomía es imponente, pero no engorda si luego caminas toda la tarde detrás de los peques. Más info.
Ubicado en la costa cántabra, el modernismo catalán y los ahorros de emigrantes retornados de América, hicieron de esta villa un conjunto arquitectónico que merece la pena recorrer. Al menos fuera de los meses estivales el ambiente es mucho menos turístico que otros de la zona, por lo que parece un pueblo más auténtico y con más vida. La estrella sin duda es el Capricho de Gaudí, para los niños podría ser «el palacio de la bruja» porque realmente tiene una estética de fábula. Más info.
O Barqueiro: pueblo tranquilo y playas espectaculares |
Una ciudad con un casco histórico ganado al tráfico rodado. Con niños de la mano o en sillita te encantará recorrer Pontevedra, una ciudad rehabilitada donde ir de tapas, jugar en los parques, descubrir comercios tradicionales y con solera o esconderse por los soportales. No olvidéis recorrer la alameda y sus jardines, el mercado o la plaza de la leña. Más info.
Un lugar aún no descubierto por el turismo de masas. Acércate a este puerto y verás como la tranquilidad estaba escondida en algún sitio. Puedes visitar las playas de la zona, la punta más al norte de la península ibérica. Altos acantilados, mar bravo y muchos barcos al abrigo. No olvides la cámara de fotos porque la llenarás de mar para el resto del año. Más info.