Tanto si transitáis por la A6 en las inmediaciones de Lugo, como si vivís relativamente cerca de Outeiro de Rei, os recomendamos de primera mano que llevéis a los peques a ver esta aldea de San Clodio de Aguiar. Un fantástico recorrido entre personajes de cuento que enseguida os contamos.
Hace algún tiempo que escuchamos hablar de este fantástico lugar, una pequeña aldea ubicada a tan solo unos minutos de Lugo y de la Autovía A6. Su fama le precede, pues numerosos medios de comunicación han hablado de este lugar que ya recibe un buen número de visitas.
Después de dejar el coche en el aparcamiento habilitado junto a la carretera podemos iniciar la ruta. “Erase una vez… San Clodio” es el letrero que precede al encuentro con las primeras hormigas.
Si seguimos el cartel de inicio de la senda llegaremos caminando hasta un túnel que esconde una casa frente a un pequeño pantano. La estructura aprovecha materiales de construcción reciclados y elementos naturales.
Más adelante llegamos a un precioso cohete espacial, donde varias hormigas astronautas nos reciben. El viento mece los alerones de esta singular construcción que destaca en medio del campo en la aldea de San Clodio.
Si seguimos camino, los más intrépidos llegarán al bosque, un lugar habitado por animales que ya dan algo más de miedito. Abejas, pulpos, gusanos o arañas habitan esta parte de la ruta donde hay que seguir las advertencias.
Pero la aldea de las hormigas esconde aún más secretos, porque en otra de las construcciones camufladas bajo la tierra encontramos un túnel espeluznante que esconde una preciada joya.
Un aviador hormiga sobrevuela este bosque así que también hemos de tener cuidado con él. Un pájaro carpintero, un cerdito que acepta donativos para perpetuar esta maravilla, o una zona laberíntica llena de túneles para jugar a esconderse.
Aquí puedes caminar, y sentarte a descansar, porque encontrarás a lo largo del recorrido algunos bancos por si la ruta, que se puede hacer en un paseo de una hora, te fatiga.
Solo debéis tener cuidado a la entrada de la aldea con la hormiga radar, que no perdona una, y con la vuelta ciclista de estos insectos que gustan de pedalear en grupo y a los que no les falta detalle.
Esta singular creación en plena naturaleza está vinculada al proyecto Vida de Aldea, creado por Xosé Ramón Rodríguez Iglesias y que está dando “vida”, nunca mejor dicho a esta pequeña población lucense.
Su creador es ingeniero y ganadero, y utiliza materiales reciclados para estas singulares creaciones. Su intención va más allá de crear un bosque de cuento, y busca contagiar el espíritu de la vida en el campo.
Vida de Aldea es un proyecto de desarrollo rural que enseña a trabajar un huerto, alquila espacios, gestiona visitas y colabora con diferentes entidades que se quieran empapar de este espíritu.
Llegar a San Clodio desde cualquier punto de Galicia es fácil, pues hay buenas comunicaciones por carretera cerca.
Tomamos la salida 500 de la Autovía A6 (Madrid – A Coruña), la del polígono do CEAO, en las inmediaciones de la ciudad de Lugo. Tomamos el primer desvío a la derecha, que pone Seivante, por la LU-P-3907.
Después de nuevo a la derecha, siguiendo la dirección de Granja Cortiñas. Pasamos el mesón Los Cabezudos, y seguimos a través de un monte salpicado de piedras mágicas como todas las que hay por el concello de Outeiro de Rei.
El último desvío también es a la derecha y pone parroquia de San Clodio. Unos metros adelante veréis la primera hormiga y enseguida un arcén donde dejar el coche.
Por si os animáis con esta escapada y aún no está tiempo de bocatas, en cuyo caso podéis acercaros al merendero del Monte de las Rocas Mágicas o al Área Recreativa de Santa Isabel, os dejamos aquí algunas recomendaciones de restaurantes cercanos (a 10-15 minutos en coche).
Uno de ellos sería el Mazo de Santa Comba, en el que se ubica un restaurante donde podéis ver un complejo etnográfico de aprovechamiento del agua para moler desde tiempo atrás. A veces hacen visitas guiadas, pero en cualquier caso se come genial y tienen material gráfico específico para los más pequeños.
También nos encantó la Brasería Fonte, tanto por el menú como por la ambientación del local o, ya con zona infantil, El Almacén de Rábade o el hotel Asador Coto Real, que además tiene otro parque y cancha deportiva justo enfrente.
En Begonte os hemos recomendado, también con parque infantil, Casa Varela, y en Lugo, sin entrar en la ciudad, hay un restaurante con mucho encanto que es la Brasería Canedo, con tronas, vistas al río Miño y buenos servicios para familias.
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