Sada resulta un bálsamo tanto en invierno como en verano.
De clima cálido, muy llana y con buenos parques y paseo marítimo. A Sada vas con los peques motorizados o andando. Te haces el paseo hasta donde den sus piernecitas. y donde se cansen, te paras en un parque infantil, que ahí les vuelven las fuerzas.
Se puede aparcar en torno al edificio La Terraza, suele haber sitio menos en verano. Hay un parque en un extremo, junto al chiringuito, otro en la mitad de la playa, y otro en la zona del náutico. Si sopla mucho puedes meterte hacia el interior a otro que hay en la plaza del Eroski, en una zona más moderna.
Para comer hay varios sitios en el puerto, está bien uno que se llama precisamente así «El Puerto», es tipo mesón.
De vuelta a casa por la tarde tienes la siesta asegurada en el coche. La de los niños, claro.