¿Hay algo más bonito en Galicia que nuestras rías? Seguro que si vienes a Galicia o la recorres cada fin de semana o en escapadas una de las cosas que más te gusta son estos rincones de mar metidos dentro de la tierra. Con 1.498 km de costa, esta comunidad es la segunda de España después de Canarias con más litoral. Unas 700 playas, más de medio centenar de pueblos o villas marineras con espectaculares rincones y buena gastronomía, y tres zonas diferenciadas entre Rías Baixas, Rías Altas y Mariña Lucense. Hoy nos vamos de ruta por las rías de Galicia con niños para descubrir punto por punto qué ver en cada lugar.
Cuenta la leyenda que Dios se paró a descansar en este rincón noroeste y dejó la huella de sus dedos formando las rías de Galicia. Lo cierto es que estos pequeños mares integrados en nuestra forma de vida han sido fuente de riqueza y modo de vida. La pesca, la industria conservera, el comercio, el turismo, la gastronomía y mucho más han estimulado desde antiguo este territorio y configurado nuestra peculiar forma de ver la vida. Dicen que los gallegos no sabemos si subimos o bajamos, la verdad es que si hay que decidir en si nos gustan más las Rías Altas o las Rías Baixas a más de uno nos va a costar decidirnos.
Las más turísticas por excelencia. Dicen que el tiempo es mejor y lo cierto es que hay unos cuantos grados más de temperatura. Aunque todos sabemos que esto del buen tiempo tiene un poco de mito pues aquí lo que manda muchas veces es la niebla, el nordeste y otros parámetros que no tienen que ver exclusivamente con las temperaturas o el mapa del tiempo.
La fortaleza de Monte Real ya nos anuncia que estamos ante una localidad con ciertos privilegios. Y es que según reza la historia local este puerto fue el primer puerto de Europa en conocer el descubrimiento de América. La fecha quedó para la historia, 1 de marzo de 1493, cuando arribó a su puerto la carabela Pinta, bajo el mando de Martín Alonso Pinzón. Los vecinos recibieron así el privilegio de los Reyes Católicos de ser Noble y Leal Villa. Pasear por la historia es ver su casco antiguo, lleno de casas de piedra con soportales donde podemos descubrir la gastronomía local en rutas de tapeo. O ver la fachada marítima al borde de la playa, sus seis arenales integrados en el casco urbano, rodear la fortaleza por el Paseo de Monte Boi, acercarse al faro de Cabo Silleiro o a la Virgen de la Roca, entre otras muchas cosas que podemos descubrir en la Ría de Baiona.
La ciudad de Vigo merecería capítulo aparte. Si vais con niños a nosotros nos encantaron lugares como el Museo del Mar de Galicia, en la punta do Muiño. Pero también el Monte do Castro, con su parque infantil, y las vistas desde el mirador del castillo. O el pequeño museo de las salinas romanas Salinae, ubicado en plena zona del Arenal donde además encontraréis restaurantes y bares donde tomar algo. El centro de interpretación de la Batalla de Rande Meirande también está muy orientado a los más pequeños.
Un poco más al norte la península de O Morrazo nos ofrece rincones de gran belleza sin el bullicio de una ciudad grande. Comunicada en barco con Vigo, la ciudad de Cangas es también un lugar de visita obligada, con todo el sabor de una villa marinera, con la playa como centro neurálgico. Pero también la localidad de Moaña o las sendas y miradores de Costa da Vela.
La pequeña Ría de Aldán, ya en la boca de la Ría de Pontevedra, esconde alguno de los secretos mejor guardados de Galicia como es el bosque encantado de Aldán, ubicado en la Finca do Frendoal. Bueu y su museo Massó o su precioso puerto pesquero y deportivo es también una localidad tranquila y con todos los servicios, la ciudad de Marín con otro lugar de visita obligada para los más pequeños como es el Parque de los Sentidos.
De Pontevedra podemos recomendar también una ruta urbana por el casco antiguo peatonal, la visita a la Plaza de Abastos, el Museo de Pontevedra (Sexto Edificio) o la popular capilla de la Peregrina, además de un paseo por la Isla de las Esculturas. Pero la estrella si hablamos de cifras turísticas de esta ría es Sanxenxo, con su enorme playa urbana y sus mil hoteles y alojamientos turísticos.
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La Ría de Arousa y su isla dan nombre también a un geodestino que engloba unos 16 ayuntamientos y es zona de denominación de origen vinícola. Vilanova de Arousa, mirando a su isla o Vilagarcía de Arousa, con su centro peatonal lleno de rutas de tapeo. O bellísimos pueblos pesqueros como Carril. Pero también la pequeña isla de A Toxa, donde podemos explorar con peques la misteriosa aldea Grobbit. El Aula de Naturaleza de A Sirandella, el museo de la salazón de Punta Moreiras, o un paseo litoral viendo las esculturas y saboreando el marisco típico de este rincón de la ría en O Grove.
En lo más profundo de la ría, Catoira, y su tradición vikinga que podemos rastrear en el entorno de las Torres do Oeste. Y en Arousa Norte, localidades como Ribeira, Pobra do Caramiñal, Boiro o Rianxo. La península do Barbanza nos deja aquí uno de los parques naturales de Galicia, el Complexo Dunar de Corrubedo. Pero también si vais con niños el parque de San Roque, con centro de Interpretación, poblado castrexo, área recreativa, bar y ecoparque.
La Ría de Muros e Noia, marca la transición entre las Rías Baixas y la Costa Da Morte, un litoral con un trágico historial de naufragios documentados. Faros, acantilados y el azote del Atlántico en los meses de invierno nos esperan a partir de aquí. Pero podemos hacer una parada en localidades con gran pasado medieval y precioso casco antiguo como la villa de Muros, o visitar uno de los castros emblemáticos de Galicia como es Baroña, con parada obligada en Porto do Son y Portosín. El salvaje arenal de Louro y su entorno es destino para amantes del camping y del turismo slow.
Corcubión y Cee nos ofrecen un descanso al abrigo del Oceáno Atlántico, al albor de Fisterra, y con la cercanía del arenal de Carnota, el más largo de Galicia, con 7 kilómetros de longitud. Un casco antiguo que recuerda un pasado señorial con pazos, plazas y capillas de ambiente marinero en una villa que se funde con la vecina Cee. La fama se la lleva Fisterra, y su faro del fin del mundo, al que peregrinan tantos visitantes al terminar el camino de Santiago.
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La siguiente ría si continuamos hacia el norte nos lleva hasta Muxía y Camariñas otros dos puntos apacibles de la Costa da Morte. En Muxía está el Santuario de A Virxe da Barca, de tradición milagrosa, donde también rematan el camino muchos peregrinos, pero también los antiguos secaderos de congrio y una costa rocosa casi a ras de mar. Y en Camariñas podemos ver los famosos encajes de bolillos y las puntillas típicas de la zona en su museo, además de otros lugares como Camelle y el museo del alemán Man.
Seguimos imparables hasta Corme e Laxe, en la ruta de los naufragios de la Costa da Morte, para descubrir otras dos villas puramente marineras. De camino podemos ver el faro de O Roncudo y la espectacular playa de los cristales, además de recorrer las calles de sus cascos antiguos.
El epicentro de las Rías Altas lo encontramos en la comarca de As Mariñas y Ferrolterra. La Ría de A Coruña nos permite conocer la red de museos de la ciudad, algunos muy chulos para ir con niños como la Domus o la Casa de las Ciencias. Pero también el castillo de San Antón, el paseo marítimo, la Ciudad Vieja y las antiguas murallas, o las zonas de tapeo más céntricas.
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Un paseo por Betanzos nos permitirá recorrer un casco antiguo medieval de la que fue una de las siete capitales del reino de Galicia. El jardín enciclopédico de O Pasatempo, los molinos de Caraña y mucho más en un entorno de ría en donde también encontrarás localidades muy interesantes como Sada, Miño o Bergondo.
La ría de Ares comparte espacio de entrada con la de Betanzos y en ella encontraremos algunas de las poblaciones marineras de mayor belleza de nuestra comunidad como Redes, Ares, o Pontedeume, puerta de entrada de las Fragas do Eume, y otra localidad de gran patrimonio monumental y rincones de gran belleza.
La Ría de Ferrol esconde lugares como Mugardos, villa real, y que cuenta con un museo reciente de interés como es Baños de Caldoval o el Castillo de la Palma. Pero también la ciudad de Ferrol con sus rutas turísticas como la del Modernismo, el recinto Aquaciencia que es interesante si vas con peques y está dentro del Parque Raíña Sofía, o museos como el Naval y Exponav. Cerca de Ferrol también puedes hacer una senda que va por los castillos como el de San Felipe.
La Ría de Cedeira nos aproxima a una costa de altos acantilados como los de la zona de San Andrés de Teixido, y también al entorno tranquilo de Cedeira con su playa urbana de la Magdalena, el Castillo de la Concepción y los rincones en torno a otros arenales urbanos como Arealonga.
Al otro lado de la Serra da Capelada encontramos Ortigueira, en la desembocadura del río Mera y donde está el museo Ortegalia, el castelo do Casón, o el arenal del Morouzos. La Ría de O Barqueiro es otra de nuestras favoritas, lindando ya con la Mariña Lucense. El increíble faro de Estaca de Bares, el puerto fenicio de Bares y el conjunto de casas marineras de O Barqueiro además de bellísimos y salvajes arenales.
Para llegar a la Ría de Viveiro pasamos por Fuciño do Porco una de las rutas de moda de Galicia, y tomamos la Ruta del Cantábrico para llegar a Covas, Viveiro y Celeiro, un núcleo muy poblado y de lo más turístico de la comarca. La localidad conserva calles y puentes medievales con mucho encanto donde tapear y degustar la gastronomía de la zona. El paseo marítimo nos permite recorrer todo su litoral en torno a la ría.
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Tras una parada en Foz, en la desembocadura del río Masma y un paraíso de playas que son el lugar de veraneo de buena parte de la provincia, llegamos a la Ría de Ribadeo, ya en los confines de Galicia. Esta localidad es puerta de entrada de mucho turismo del norte de España y buena parte de Europa. La playa de As Catedrais, el pueblecito de Rinlo, o el Faro de Illa Pancha son algunos de sus rincones de mayor belleza.