De la Ribeira Sacra a las Rías Baixas. Una de las experiencias turísticas más impactantes que puedes vivir si te interesa la orografía del curso bajo de este río y sus paisajes es hacer este tramo en ferrocarril. Y es que una ruta en tren por el río Miño os puede regalar paisajes difícilmente conocibles por carretera. Además, y como tantas rutas tiene detrás una apasionante historia.
No sé a vosotros si este tramo os trae alguna canción a la cabeza, pero es ineludible escuchar el chucu chucu del tren mientras ves el río Miño, sin oír en tu cabeza el característico sonido del éxito en lengua gallega de Andrés do Barro: «O tren que me leva pola beira do Miño, me leva me leva polo meu camiño…».
El ferrocarril lleva muchos años vertebrando las comunicaciones en estas tierras tan inaccesibles como bellas. Desde que en 1885 entrara en funcionamiento esta línea entre Monforte de Lemos y Redondela, fueron muchas las personas de estas tierras de la Ribeira Sacra del Miño o del Sil que lo usaban como medio de transporte. Aunque hoy es más habitual el desplazamiento por carretera, más rápido y más efectivo debido a la mejora de las comunicaciones viales.
Con sus 56 kilómetros de recorrido y sus numerosos afluentes, este río aporta un importante caudal al río Sil, a unos ocho kilómetros de que se junte con el río Miño, y en un lugar denominado A Barca.
Entre Monforte de Lemos y el Cañón del Sil, las aguas del Cabe conforman un paisaje natural protegido, con vegetación de ribera basada en bosques de castaño o roble, y vegetación tipo brezo y retama. En las laderas orientadas al sol verás salpicadas por aquí y allá extensiones de viticultura heroica, terrenos para el cultivo de vid dentro de la denominación Ribeira Sacra.
Y es que este último tramo, el Cabe también forma una suerte de cañón, por el que el río se encajona. Agudizando su relieve por el levantamiento tectónico y luchando contra la dureza de la roca, de su suelo granítico, hasta toparse con las aguas del Sil.
En esta zona y desde el recorrido del tren verás pocos núcleos de población, sobre todo en sus últimos kilómetros de curso fluvial. Desde Canabal y Areas, las estaciones del principio del recorrido, hasta Santo Estevo do Sil o la central de San Pedro 2, operada por Iberdrola.
Uno de los lugares más visitados de la Ribeira Sacra es precisamente este Cañón del Sil, navegable y una ruta que habitualmente suele hacerse en catamaranes operados por diferentes empresas. Todas ellas aportan rutas guiadas con diferentes elementos añadidos, como la visita a bodegas de la zona.
Otra opción maravillosa es hacer este tramo en ferrocarril, pues tanto el tramo anterior a Monforte desde Ponferrada, como este que os contamos hoy de la misma línea, entre Monforte de Lemos y Vigo, comparten buena parte del trayecto con las aguas del río Sil y su abrupto recorrido de entrada en Galicia desde Enciña da Lastra.
A Barca fue un paso tradicional entre territorios de ambos lados del río Cabe, uniendo los municipios de Sober y Pantón. Así nos lo cuentan Carlos Rueda y Francisco Albo, en sus apasionantes relatos publicados en La Voz de Galicia y muy centrados en la historia de estos concellos de la Ribeira Sacra. Según estos estudiosos, por la zona pasaba un antiguo Camino Real que comunicaba Santo Estevo de Ribas de Sil con esta localidad de A Barca, donde además se conserva una capilla y un mirador.
Tras recorrer los últimos kilómetros por el cañón del Sil, el ferrocarril discurre paralelo al río Miño hasta llegar a Os Peares, un nudo ferroviario de gran importancia tiempo atrás, y que cuenta con la peculiaridad de tener su casco urbano dividido entre cuatro municipios y dos provincias. El tren cruza sobre el río Miño justo en la desembocadura del Sil, donde podéis ver cómo se funden ambas aguas.
El puente azul de hierro por el que accede a la antigua estación fue erróneamente atribuido a Eiffel, y comparte paso de personas con la vía del tren. En este entorno se pueden ver las cicatrices de su pasado ferroviario, que se magina bullicioso a principios del siglo XX.
La estación de Barra de Miño, con ventanas pintadas de luminoso rojo, nos saluda al pasar en esta ruta en tren por el río Miño recordándonos que hemos abandonado definitivamente los dominios de la denominada Ribeira Sacra, para abrazar por igual otros geodestinos como Terras de Ourense y Allariz o el mítico O Ribeiro. Por este territorio continuaremos ruta pasando por la estación de Barbantes.
Nos acercamos a la localidad de Ribadavia, donde dedica unos cuantos kilómetros a recorrer el río Avia y llega a la estación recorriendo buena parte de su casco urbano. La belleza de localidades como Ribadavia, el balneario centenario de Cortegada, o diferentes enclaves de la orilla portuguesa como las Termas de Monçao son algunos de los puntos que verás por el camino.
Este río es también un afluente del Miño, nacido en la Serra do Suido, y que desemboca en O Coto do Frade. Etimológicamente da nombre a esta localidad ourensana, famosa por su castillo, por su casco antiguo y la judería que conserva, y una celebración declarada de interés turístico nacional como es la Festa da Istoria.
El tramo de la ruta en tren por el río Miño que sigue mira ya a tierras portuguesas, donde el Miño sirve de frontera. A partir de Frieira, veremos el país luso a un tiro de piedra. Pasando por Arbo y su fantástica playa fluvial, por la de Selas, también en aguas del río Miño, por As Neves y por el área de recreo de Parque da Canuda, en Arbo, junto al río y también digno de mención. En el trayecto vemos otra de las centrales, la de Frieira, gestionada por Gas Natural.
Después vemos Caldelas, y perdemos de vista este fantástico compañero de viaje que ha sido el río Miño para adentrarnos en otras zonas de la provincia de Pontevedra como Guillarei, O Porriño, Redondela y Vigo. El trayecto aún nos guarda otra sorpresa, cuando olvidado el río vemos asomar la ría de Vigo. Pasaremos muy cerca del Museo Meirande, del puente de Rande, y entraremos en Vigo por la zona de Chapela, sin perder de vista la belleza de la ría.
Pero no solo naturaleza, patrimonio o historia se juntan en esta ruta, sino que hay detrás de ella una historia apasionante que no queremos dejar de traer a colación. Y está relacionada con el estraperlo y concretamente con esta línea ferroviaria.
No era solo café lo que circulaba en los años de la dictadura franquista entre Portugal y Galicia, además de otras comunidades. Tabaco, azúcar o aceite eran algunos de los productos que aquí escaseaban y sin embargo en el país vecino se podían obtener con facilidad.
En los años 50, según testimonios orales recogidos, no era infrecuente ver el trasiego de personas que vivían del estraperlo y utilizaban el tren para esconder los fardos o pasarlos. Empleaban para ello unos ganchos y escondían mercancías en los radiadores de la calefacción. Y es que esta línea, que pasaba en algunos puntos muy cerca de la frontera portuguesa, era por tanto sensible a este tipo de negocios. Salvaterra do Miño o la estación de Frieira, eran algunos de estos lugares.
Algunos miembros de una generación de gallegos residentes en territorios fronterizos vivieron en aquellos años de esto. Así puede leerse en Traviesas y Contrabandistas. Los riesgos eran importantes, pues se exponían a la cárcel o incluso a perder la vida en algún encontronazo con las fuerzas del orden donde podían desde recibir algún disparo hasta perder la vida.
El trayecto se hace en algo más de tres horas y hay en torno a 9 frecuencias al día. No es mucha su ocupación y actualmente solo lo cubre la empresa estatal Renfe, con trenes ya algo desfasados y billetes que oscilan entre los 30-35 euros el trayecto de ida y vuelta.
Puedes sacar el billete en la estación de Monforte de Lemos o en Vigo, donde aún hay oficina física, o bien comprarlo por internet. No lleva cafetería pero sí aseos y en algunos horarios vagones de tren-hotel.
La verdad es que esta línea, por los paisajes que atraviesa, es un atractivo turístico que ganaría con más promoción, trenes más confortables y cristaleras amplias que permitan disfrutar del paisaje.
Las estaciones por las que pasarás en esta ruta, no todas tienen parada, son Canabal, Areas, Santo Estevo do Sil, San Pedro de Sil, Os Peares, Barra de Miño, Ourense, Barbantes, Ribadavia, Filgueira, Frieira, Pousa Crecente, Arbo, Sela, As Neves, Salvaterra, Caldelas, Guillarei, O Porriño, Redondela, Louredo Valos, Redondela, Chapela y Vigo,
Parte de esta zona que hoy os contamos, en tren por el río Miño, se puede ver a través de los trenes turísticos de Galicia, un producto de la compañía ferroviaria que funciona por temporadas e incorpora visitas teatralizadas y otros elementos de interés dentro de un paquete turístico.
Booking.com