Seguro que ahora que a estas alturas de año ya estáis pensando en las vacaciones de verano y todas esas rutas y viajes que queréis hacer. Muchas veces son escapadas soñadas, y a veces hay que liarse la manta a la cabeza y empezar a planificar poco a poco, para no pagar más reservando todo a última hora. En coche o autocaravana, de hotel, albergue o camping, lo cierto es que hay mil modos de perseguir ese sueño. Nosotros desde aquí os inspiramos con esta ruta especial Escapalandia atravesando Francia de costa a costa, en cinco etapas, desde Biarritz a la playa de Gruissan pasando por Auch, Toulouse, Carcassone y Narbonne. Una ruta más corta de lo que crees (de 4 a 5 horas) pero que haremos parando en lugares recomendados.
¿Quién no ha soñado con un aperitivo al sol junto a la playa de Biarritz? Esta localidad de la Aquitania francesa, a unos 30 km de la frontera, es un hervidero de gente al llegar el verano. Vascos, italianos, ingleses o alemanes, lo cierto es que miles de turistas han colonizado este antiguo puerto de pescadores y muchos para quedarse. ¿Y quién no desearía recalar en este rincón turístico con tradición desde principios de siglo?
Hoteles, casinos, boutiques y balnearios. Edificios modernistas y rutas llenas de sabor por el antiguo enclave del Port des Pecheurs. También surf, mucho surf, y tiendas de souvenirs, rutas para pasear y un enorme parque en Lac Marion. Tienes más información sobre lo que puedes ver y hacer en esta ciudad en nuestro post Un día en Biarritz.
La ciudad es la capital histórica de Gascuña, en la región de Occitania. En su promoción turística cuentan que aquí nació D’Artañán, y la verdad es que todo el casco histórico destila un aire medieval con mucho encanto. En su centro neurálgico, la Plaza de la República o de Santa María, encontrarás la catedral, del siglo XVI y con unas vidrieras espectaculares. Pero también las dos oficinas de turismo, la municipal y la regional, esta última en una vivienda del siglo XV, con sus tradicionales vigas de madera a la vista.
Por estas calles puedes perderte a comer, eso sí, debes seguir los horarios franceses y sentarte a la mesa de 12 a 14 h si quieres degustar la gastronomía local, aunque hay otros locales como pizzerías o de comida rápida con un horario más ampliado. En la localidad, famosa por el filete de pato, foie gras o frutas y verduras de arquitectura ecológica se celebran mercadillos locales los jueves y sábados. Encontrarás la célebre estatua del mosquetero en la imponente escalinata monumental, de 234 escalones, que une la parte vieja y la nueva de la ciudad.
La ciudad rosa es parada obligada. De corazón medieval y crecimiento industrial gracias al influjo del río Garoña y su trasiego de barcos y gabarras con preciadas mercancías, este centro urbano es apacible y genial para pasear descubriendo cada uno de sus rincones. En esta importante población francesa encontrarás parques temáticos como la Cité de l’ espace o la industria de la aeronáutica como la fábrica de Airbus.
Si vas con niños te encantará el parque infantil que está al pie de la Escuela de Bellas Artes, donde pueden jugar en el chupibarco con toboganes y vosotros podéis tomar algo o hacer pícnic. Si el tiempo no acompaña es fantástico el Museo de Historia Natural, con su sección propia dedicada a los más pequeños. Consulta nuestro post sobre una Escapada a Toulouse con niños para más información.
Caballeros, princesas y estampas medievales es lo que uno espera encontrar en el interior de la fortaleza de Carcassonne. Una pequeña ciudad muy comercial de estética antigua y gran bullicio turístico. Sin duda, lo más espectacular está dentro de su ciudadela, emblema del País Cátaro y espacio históricamente convulso que fue escenario de luchas y saqueos.
Además de la cité está el entorno del Canal Du Midi, un ingenio del siglo XVII que vertebró importantes ciudades francesas como Toulouse y Burdeos, con sus envidiables casas-barco, y donde puedes ver cómo se abren y cierran las esclusas para dar paso a los barcos en los diferentes niveles de agua que hay entre el Mediterráneo y el Atlántico. Más sobre qué ver y hacer en Carcassone.
Y no podríamos llegar a este punto sin resistir la tentación de asomarnos al mediterraneo en la costa Amatista. Humedales, pueblos de tradición marinera y grandes castillos. El casco antiguo de Narbonne conserva a la vista la primera calzada romana de la Galia, Vía Domitia, del 120 a.C. Pero también su imponente catedral a medio construir, el palacio arzobispal, o el escondido pasaje del ancla, son puntos imprescindibles para una ruta por el casco histórico.
De camino a la playa puedes desviarte a Gruissan, una tradicional localidad de veraneo con casas sobre pilotes, humedales protegidos y tradición de wind surf y otros deportes náuticos. Te lo hemos contado todo en detalle en nuestro post sobre Narbonne con niños.