Unas antiguas minas, un pueblo nacido en torno al oro negro y un pasado sorprendente que aún puedes rastrear paseando por este rincón de Vila de Cruces, en Pontevedra. Lo cierto es que hay muchas infraestructuras industriales hoy en desuso que hablan de un pasado relevante históricamente y que podemos recorrer con niños. Algunas de ellas se han empezado a recuperar: su historia, sus curiosidades o las rutas por el entorno. Hoy nos vamos a investigar las antiguas Minas de Fontao con niños. ¿Nos acompañas?
En una de nuestras incursiones por la Comarca do Deza, nos llamó la atención sobre el mapa el poblado minero de Fontao. Llegamos a media tarde pero casi anochecía, y el pueblo en sí tenía un aspecto bastante fantasmagórico, con aquel pequeño barrio de casas enclavado en el fondo de un valle, y los letreros que vas encontrando a tu paso que rezan: «Atención. Labores mineras abandonadas. Peligro de Muerte».
Simplemente nos acercamos siguiendo alguna senda, sin traspasar ninguno de los carteles como es lógico, pues además íbamos con dos peques a los que los carteles y la noche cayendo sobre aquel lugar no les gustaba demasiado. En un recorrido en coche, por la carretera, ya vas viendo edificios abandonados, zonas valladas y con carteles y antiguas señalizaciones. Pero ¿qué fue aquel lugar a lo largo de la historia?
No es este el único lugar donde nos hemos encontrado un pasado en la historia de la extracción de wolframio en Galicia. Hemos hablado ya aquí de una ruta del Wolframio en As Ferrerías, cerca de Pedrafita do Cebreiro, pero también hemos ido conociendo otros puntos de Galicia con tradición en la extracción de este mineral como San Finx en Lousame, Varilongo en Santa Comba, o el Monte Neme en Carballo.
En la comarca do Deza, hay referencias documentadas a esta industria desde mediados del siglo XIX. Y en los años 1928-29 había dos centenares de operarios trabajando, que llegarían a los tres mil en los años 40. Hasta 1932 la actividad minera en la zona fue en auge, y a partir del 34 sirvió para alimentar de estaño y wolframio contiendas como la guerra civil. Posteriormente, toma un nuevo impulso con la segunda guerra mundial, los precios que alimentan esta industria oscilan aún durante algunos años más, hasta que en 1963 la mina se cierra. La explotación continuó a cielo abierto hasta 1974. Tienes acceso a su historia muy detalladamente en la web del Museo de la Minería de Fontao, apartado de historia.
Lo que puedes ver hoy si recorres el entorno es el antiguo poblado minero de Fontao, lo que fueron barracones y oficinas, viviendas de los obreros y servicios asociados, levantados en torno a los años 40-50 del siglo XX, se rehabilitaron entre 2001 y 2013 y muchos vecinos apostaron por la zona, donde se restauró un edificio para el museo, se arregló el parque infantil y las zonas del entorno, la iglesia, etc. Recientemente os hemos contado algunas experiencias similares en minas musealizadas, como las Minas de Riotinto en Huelva.
El Museo está cerrado en la actualidad, aunque la web da la posibilidad de reservar para una visita en grupo, y en el lugar hay un cartel para contactar con el concello de Vila de Cruces (986 582017). Encontrarás algo de información en las webs Minas de Fontao y Museo de la Minería, y documentales bastante interesantes como este titulado A Luz do Negro. O volframio da Brea e o poboado do Fontao, publicado por el Consello da Cultura Galega.
Para llegar a Fontao debes desviarte de la PO-205, que va de Silleda a Vila de Cruces, donde se indica Fontao 3 Km. El lugar no está lejos del Mosteiro de Carboeiro. Pasarás por algunas infraestructuras cerradas de la mina y luego se llega al poblado.
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