Sobre la ciudad de Viveiro encontramos un espacio que acoge mirador, área recreativa, capilla, parque infantil y dos restaurantes, además de un parque de aventura y fauna o flora destacada. Este lugar es un punto de romería a la que los viveirenses suben a pie el día de San Roque y muchos deportistas haciendo running o en bicicleta.
También es un lugar de esparcimiento tradicional, sobre todo por la ermita dedicada al santo, con orígenes en el siglo XVI, que está en la cima, la cueva dedicada al santo, y el espectacular mirador que nos deja una panorámica bellísima de la desembocadura del río Landro.
San Roque fue un peregrino canonizado en el siglo XVI por la iglesia y cuyo culto se extendió rápidamente, vinculado sobre todo a la protección frente a la peste y las epidemias. Nuestros antepasados le tenían mucha devoción, dada la importancia de estos temas tiempo atrás. Es patrono de la localidad ubicada en la Mariña Lucense junto con Santo Tomás.
Pero además suele vincularse también a los peregrinos, y su festividad se celebra el 16 de agosto. Tradicionalmente este santo suele representarse junto a un perro con un trozo de pan en la boca, precisamente el animal que según la tradición le alimentó cuando estuvo enfermo, con un sombrero y capa, y con una llaga en la pierna.
Cuenta la leyenda, que bajo la cruz que corona la cima de este monte, en una pequeña gruta, se apareció el santo a un enfermo de peste llamado Gonzalo, y por su intercesión la población fue librada de la peste. Por ello actualmente podemos ver una escultura del mismo tras una reja. Este espacio fue recuperado en 2018 pues había quedado oculto bajo la maleza.
Otra de la curiosidades, es que a este espacio alude la canción tradicional «Boga Boga Mariñeiro», cuando dice que al aproximarse a Viveiro se ve San Roque.
Booking.comLa subida desde el casco urbano de Viveiro se puede realizar en coche por la carretera del cementerio, Antonio Bas, o caminando desde el centro histórico, señalizado junto al Mercado de Pescado.
La distancia es de unos 4 kilómetros hasta la cumbre, y como dijimos antes se asciende hasta una cota de unos 350 metros, lo que permite ver una panorámica de la ciudad, la ría, Covas y las playas del entorno, el puerto de Celeiro, o el estuario del río Landro.
Una de las cosas exóticas que podéis encontrar en este espacio natural es un refugio de animales en el que conviven gamos, ponis, burros y ñandúes, cabras montesas y avestruces según podemos leer en algunos foros de internet.
Está junto a parque de aventura, que abre en horario de mañana y tarde y cuenta con servicios como campamento, animación, etc. bajo la marca https://www.roqsport.com/
Entre las otras atalayas de la ciudad, San Roque destaca por todo lo que podemos encontrar aquí. En su parte más alta, encontramos un amplio aparcamiento, espacios de merendero con mesas y bancos de piedra, sendas y parque para pasear, un espectacular mirador con un banco foto selfie, la capilla de San Roque, que está abierta y con una reja para poder ver al santo en su interior.
Y para los eventos familiares, encontramos aquí dos restaurantes: el primero según subimos es una pulpería, y el segundo una parrillada amplia y donde se puede tomar churrasco y otras especialidades locales.
En la web municipal tenéis otros rincones naturales que ver en las cercanías del centro histórico, como el Souto da Retorta, el paseo junto al río Landro, el Pozo da Ferida o el Parque Etnográfico da Ínsua.
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