Un rincón fascinante del interior asturiano. Recorremos este pueblo situado al paso de la Autovía A63 para contaros todo lo que ver en Grado en familia o con niños.
Patrimonio, cultura y museos, plazas y rincones, rutas o espacio natural. En especial os hablamos de su museo etnográfico, una joya desconocida, y de su arquitectura indiana.
Este lugar está en el transcurso del Camino Primitivo, una vía de peregrinación declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El itinerario realizado por Alfonso II el Casto, desde Oviedo a la tumba del Apóstol Santiago, cruza el municipio de este a oeste.
Algunos de los lugares por los que pasa son Peñaflor, un puente medieval sobre el río Nalón; San Xuan de Villapañada, donde hubo un hospital de peregrinos; El Freisnu y su templo, el santuario dedicado a la Virgen del mismo nombre, o el propio casco urbano de Grado.
Situado en una encrucijada de caminos, Grado o Grau, esta localidad es perfecta para una escapada de turismo slow o de naturaleza. Peregrinos, algunos visitantes y muchos compradores en sus ferias y mercados donde ofrecen productos los comerciantes y artesanos locales y que cuentan con 700 años de antigüedad.
Entre las cosas que ver en Grado o las actividades que realizar, está por tanto acudir a su feria semanal, cada miércoles y domingo, para comprar su queso Afuega’l pitu, habas de la zona, miel, frutas y verduras, embutidos, etc.
También, en primavera se celebra la primera y segunda flor, en julio la de Santiago y Santana, el Certamen de la Escanda e Indumentaria, el Traxe’l País, o el Mercadón de Otoño. Tenéis más información en su web municipal.
En torno a la plaza del ayuntamiento y la de General Ponte vemos diferentes edificios y lugares con relevancia histórica en la localidad. La casa de los Fernández de Miranda, la Capilla de los Dolores, el palacio de Miranda Valdecarzana, pero también, a poca distancia, el palacio de la Marquesa de Fontela.
Restos de su muralla medieval, o unos jardines con frontón y palco de la música, son parte de los puntos de interés o de referencia entre lo que ver en Grado con niños o en familia. Y es que esta villa creció notablemente a partir de la segunda mitad del siglo XIX gracias a la industria, la carretera nacional 634, el ferrocarril y fue dotada de escuelas, mercado y diferentes edificios e infraestructuras.
Uno de los lugares más fascinantes que ver en Grado con niños o en familia es su museo etnográfico. Está situado en el Palacio de Fontela, donde también encontraréis la oficina de Turismo, y muy centrado en la historia comercial del municipio.
Historia, cultura local, fotografía, instrumentos musicales, objetos de uso cotidiano, oficios e instrumental hoy casi olvidados y un sinfín de curiosidades que nos harán viajar en el tiempo son parte de la colección que allí se expone.
En la planta baja vemos una muestra de trajes típicos, así como lo relacionado con la confección de hilos y prendas. A continuación, podemos ver el mobiliario de una antigua barbería, para entrar después en el espacio mágico de la tienda.
Aquí no falta detalle, estanterías y mostradores, cajas registradoras, productos de la época, piedra de afilar, fotos y hasta libros o albaranes con apuntes. Y es que Grado llegó a tener dos mercados semanales y un mercadín diario, y fue conocido como la despensa de Asturias.
Despacho, comedor, loza, máquinas de coser y escribir, y diversos objetos antiguos se disponen por las salas de este museo y resultan muy curiosas para conocer los detalles de la época de nuestros abuelos.
En plantas superiores vemos una importante muestra de 250 máquinas fotográficas de la colección de más de 100 de Corsino Fernández, donde no faltan diapositivas y la sala de revelado. Y el conjunto se completa con una sala de acordeones históricos, armónicas y otros instrumentos de Felipe Rubial.
En el Palacio de Miranda y Valdecarzana, que acoge la biblioteca y exposiciones temporales, podemos ver un edificio histórico y un antiguo lagar de sidra.
Se trata de un edificio con orígenes en el siglo XV y remodelado en el XVII-XVIII, con escudo de la familia Miranda y una escalera monumental, además de un patio con una fuente y recogida de agua de lluvia.
Curiosa edificación religiosa, la más destada del casco histórico, construida en el 1713 para el tercer Marqués de Valdecarzana y unido a la parte posterior de su palacio.
Es de estilo barroco y piedra caliza rosa y gris, con decoración interior de labrada y decorada formando casetones, cornisas, etc.
Para visitarla puedes acercarte a la oficina de turismo donde organizan grupos para ver esta capilla tan querida por los moscones.
Como sucedió en otras comunidades del norte de España, los asturianos emigraron también a América a mediados del XIX y hasta bien entrado el siglo XX y, a su regreso, construyeron casas al estilo de ultramar o con influencias de la arquitectura modernista y ecléctica.
Es el caso del Palacete Velázquez o chalet del campo, construido por el arquitecto Juan Miguel de la Guardia para D. Manuel Velázquez, emigrante en Santo Domingo, a finales del siglo XIX.
La casa se alza rodeada de un extenso jardín, que en su día incluso contó con una réplica de Las Tres Gracias de Antonio Cánova. Balaustrada, escalinata, pórtico jónico, torre, buhardillas y un sinfín de detalles que sorprenden por su elegancia y exotismo, dentro de la línea de construcciones de la época.
En esta localidad asturiana encontramos un gran parque atravesado por la carretera nacional 634. En la parte alta vemos un palco de la música, parque infantil, mesa de ping-pong, tirolina, un centro juvenil, fuente, etc. Y en la parte baja, con vistas al valle y cerca de la biblioteca, encontramos otro espacio de juegos infantil.
Si queréis tomar algo, a nosotros nos encantó La Churrería, en la plaza de General Ponte, donde tomar un buen chocolate con churros que en un día lluvioso como el que nos salió fue gloria bendita.