Qué ver en el Museo do Pobo Galego

Nos damos un paseo por Bonaval para contaros qué ver en el Museo do Pobo Galego en familia. Y es que hablamos de uno de los espacios con más trayectoria y más auténtico de Santiago, fundamental para entender la cultura y tradiciones de nuestra comunidad.

Tradiciones, folclore, arquitectura, etnografía, arte, geografía y diferentes cuestiones acerca de Galicia se disponen en las diferentes salas para conformar nuestra visión de la sociedad gallega a través de los siglos y etapas de la historia.

Cómo llegar al Museo do Pobo Galego

Este museo del pueblo gallego está situado al este del casco histórico de Santiago de Compostela, una ciudad que como sabéis está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Su distancia desde la catedral es de apenas 500 metros, y llegaréis fácilmente caminando si os metéis por el arco que está a la izquierda en la plaza del Obradoiro, el de las escaleras, y subís por las calles Acibechería y Casas Reais hasta Porta do Camiño, donde ya veis el convento un poco más arriba a vuestra izquierda.

El edificio

El convento de Santo Domingo de Bonaval es un edificio del siglo XIII con un gran icono del barroco compostelano como es su escalera de caracol, de Domingo de Andrade. Esta es la imagen por excelencia que ver en el Museo do Pobo Galego, pues está entre lo más fotografiado.

En las antiguas dependencias del cenobio se estructuran las salas del museo y en la iglesia anexa (s .XIV), hoy sin culto salvo una de sus capillas y usada para exposiciones, está instalado el panteón de gallegos ilustres.

Horarios y precios

El Museo do Pobo Galego en familia es una opción interesante si recorres Santiago, y está abierto de 11 a 18 horas de martes a sábado y los domingos de 11 a 14 horas.

Hay que abonar una entrada para ver la muestra permanente, no las exposiciones temporales, y el coste es de 5 euros, con reducción a 2 euros en determinadas situaciones como mayores de 65 años o estudiantes de más de 18 años.

Los menores pasan gratis así como los desempleados, pero también hay entrada libre para todo el público los días 18 de mayo (Día de los Museos), 25 de julio (Día de Galicia), los domingos o el 29 de octubre (aniversario del museo).

La famosa escalera de caracol

El icono imprescindible de Bonaval es la escalera barroca que lleva la firma de uno de los grandes del barroco compostelano como es Domingo de Andrade. El también autor de la torre de la Berenguela en la catedral de Santiago de Compostela realizó en torno al año 1700, en los últimos años de su carrera, un auténtico prodigio como es una escalera helicoidal triple.

Es quizá el principal punto de interés que ver en el Museo do Pobo Galego en cuanto a su arquitectura. Y es que tres escaleras se entrecruzan de manera casi mágica y llevan a niveles diferentes sin tocarse y sin apenas puntos aparentes de apoyo. Podrás ponerte en el punto central y sacar tu foto, para después ascender por ella con cuidado, pues da un poco de vértigo.

El secreto, para los investigadores es que se realizó peldaño a peldaño según un proyecto o maqueta, y sin necesidad de apeos, quizá para abaratar y simplificar su realización. Las losas de piedra se encastran como si de un puzle se tratara en el propio muro que sujeta el peso de la escalera.

Cómo es la visita al Museo do Pobo Galego

Cestería, alfarería, tejidos y telares, instrumentos musicales, pero también geografía o arqueología se entremezclan entre los módulos de las salas del museo que se disponen en los diferentes niveles del convento.

Desde nuestros primeros pobladores, los petroglifos y su lectura, a la llegada del imperio romano y las expediciones de Bruto, Julio César o Augusto por nuestras tierras. Asimismo, en las diferentes salas se recogen paneles explicativos sobre el reino suevo, el legado visigodo o el priscilianismo.

Las tipologías de vivienda o hórreos son también otro módulo de interés que ver en el Museo do Pobo Galego en el que podemos ver cómo son las casas gallegas según la zona (costa, interior, etc.) en que estén situadas. También todo el instrumental y herramientas de agricultura, herrería, etc tiene cabida en estas salas estructuradas en torno a esa genial escalera helicoidal.

Exvotos, religiosidad, costumbres, tradiciones o incluso tradiciones como el Carnaval o Entroido son materia también expositiva en este espacio, donde a través de fotografías, maquetas o paneles se explica la realidad gallega recuperada por los fondos del museo a lo largo de nuestra historia contemporánea.

Iglesia y panteón de Bonaval

Para terminar la visita podemos acceder por el interior del museo a la iglesia de San Domingos de Bonaval, un templo de los siglos XIV – XV con una bella cabecera gótica.

La capilla que vemos a la izquierda de la central está dedicada a Santa Catalina de Siena, San Raimundo de Peñafort y San Vicente Ferrer. La mayor, acoge los arcosolios con sepulturas de la familia Moscoso, pues la sufraga la mujer de Fernán Pérez de Andrade «O Boo», Constanza Moscoso.

Y a la derecha vemos otra capilla que está hoy dedicada a Santo Tomás de Aquino y que acoge una imagen de la Virgen de Bonaval.

El templo fue modificado de manera importante en los siglos XVI, XVII y XVIII, por lo que se le suma al conjunto gótico una cabecera renacentista, pórtico y coro, se sustituye el artesonado y se modifica el pavimento también.

A finales del siglo XIX y tras la muerte de Rosalía de Castro, se produce un movimiento popular para erigir un panteón de gallegos ilustres que acaba por ubicarse en este templo. La capilla de la Visitación acoge desde entonces un mausoleo donde se entierra a la insigne escritora y posteriormente los restos de otros grandes de la cultura gallega como son Alfredo Brañas, Francisco Asorey, Ramón Cabanillas, Castelao o Domingo Fontán.

Cementerio y parque

El antiguo cementerio y huerta del convento fue remodelado en los años noventa por Álvaro Siza e Isabel Aguirre para acoger un parque urbano muy singular y un espacio tranquilo y para recorrer con calma.

Entre otras singularidades en el parque encontramos una estatua de Eduardo Chillida, una mina, un lavadero o la memoria de la primera antena de radio de Galicia, además de bonitas vistas a la ciudad de Santiago.

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