Seguro que si eres gallego tienes muy interiorizado el nombre de este pueblo de la provincia de Pontevedra, Agolada, vinculado a sus pendellos tradicionales. Y es que los mercados, las ferias, el pulpo y estas construcciones tradicionales van un poco de la mano en diferentes lugares de nuestra comunidad.
Pero hay un lugar donde se conserva uno de los conjuntos más singulares de esta arquitectura popular destinado a dar cobijo a tratantes, compradores, vendedores y curiosos. Su presencia no es única, pues en nuestra comunidad encontramos vestigios en otras poblaciones como Baíñas, Ponte do Porto, Quintáns o Baio.
Aunque hay constancia de ferias en esta zona, al pie del monte Farelo, desde el final de la Edad Media, no será hasta el siglo XVIII cuando se levante este conjunto de casetas, almacenes y puestos de venta de mampostería con madera y cubiertas de teja.
La aldea de Agolada fue creciendo en torno a este mercado, que aún se celebra cada día 12 aunque ya en recinto moderno. Quedaron así para el recuerdo las casetas que resguardaban las actividades mercantiles de una de las encrucijadas de Galicia como es Agolada, centro geográfico de la comunidad gallega.
Si queréis visitar este conjunto arquitectónico rehabilitado, de gran valor etnográfico, podéis aparcar en torno a la Alameda o el Campo da Feira actual. En un paseo de unos pocos metros, llegaréis al entramado de calles denominado paseo de la Parranda, algo que nos llamó bastante la atención.
Existen diferentes mapas en varios puntos del recinto, escondido entre las casas del pueblo y a un paso del concello de Agolada y su plaza, donde tenéis varios locales de hostelería también.
Lugares como a Praza do Mel, el Adro da Capela, las casetas y otros espacios como comedores, almacenes, etc. están señalizados en los mismos. Lo cierto es que además del interés por su carácter de arquitectura popular, también es interesante el contenido etnográfico, que hace referencia a las costumbres sociales y culturales de un espacio en el que se materializaba la principal actividad del municipio.
En las fotos aéreas del vuelo américano que encontramos en el GEAMAP, de los años 50, vemos cómo ha cambiado su fisonomía el concello de Agolada. Además tenéis mucha información en la web Arquitectura Popular.
En una población con un alto índice de pluviosidad era importante disponer de un resguardo para las mercancías y sus productores o compradores. Muchas de las construcciones cuentan con mostradores para exponer alimentos o productos del campo que se vendían en el mercado, y también para cocinar o elaborar otras materias.
Construido hace poco más de dos siglos, este espacio en el corazón de Agolada daba soporte a mercados que ya se venían realizando desde la etapa medieval en otros puntos del municipio.
Se calcula que desde los años 70 se han perdido en torno a una veintena de estos pendellos. En 1985 fue declarado conjunto histórico artístico, y en los primeros años del siglo XXI se rehabilitó este espacio.
Si os gusta tomar perspectivas, por aquí os habíamos hablado ya del mirador de Monte Farelo, otro de los puntos de interés que ver en Agolada. Os dejamos por aquí la ruta para subir y algunas fotografías.
Además, en la web de Galicia Máxica tenéis recopilados algunos puntos de interés del municipio como el Ponte dos Cabalos o la Iglesia de Santo André.