Seguro que guardáis en la retina alguna imagen de las casas con rayas de colores de Costa Nova, en el distrito de Aveiro. O del faro más alto de Portugal, ubicado en la playa de A Barra. Pues bien estas instantáneas tan presentes en redes sociales corresponden al municipio portugués del que hoy os hablamos. Os contamos qué hacer en Ílhavo con niños: paisaje, playa, museos, visitas y actividades de interés y alguna que otra propuesta sorprendente.
La iniciativa Gastronomía a Bordo nace dentro del proyecto «Territorios con Historia», financiado por la Unión Europea, y que se centra en el mar, la pesca y las comunidades. Su razón de ser es dar a conocer la ingente tradición en torno al bacalao que conservan territorios como este.
El propio alcalde de Ílhavo, Fernando Caçoilo, rememoraba estos días con motivo de la presentación del libro “Chora e Feijão Assado”, recuerdos familiares en torno a este producto. Y es que los hombres del mar de estas costas pasaban largas campañas en el Atlántico Norte, durante las cuales los cocineros de a bordo preparaban diferentes platos de bacalao, con recetas tradicionales que ahora se quieren difundir y poner en valor.
Este saber a lo largo de las generaciones y la cultura de las gentes de mar, está muy presente en Ílhavo, y es sin duda un patrimonio gastronómico que hay que conocer y preservar para que llegue a futuras generaciones.
Nuno Costa, director del Museu Marítimo de Ílhavo; Fátima Teles, concejala de Ílhavo; e Hugo Pequeno, coordinador de la publicación, a partir de recetas recogidas de la tradición oral con ayuda de la chef Patricia Borges, fueron quienes acompañaron al alcalde de este municipio en la presentación celebrada estos días en la ciudad portuguesa.
Durante los meses de octubre y noviembre de 2020, el festival Gastronomía a Bordo propicia que podamos degustar recetas de bacalao de inspiración ilhavense en más de 20 restaurantes de este territorio. Un programa que podéis ver y descargar en este enlace de la web municipal de turismo.
Algunos platos típicos promovidos por esta iniciativa son las choras, una sopa con la cabeza del bacalao, el feijão assado con peixe frito, o de repostería de a bordo el queque dos domingos, entre otras muchas recetas que se están recuperando y promoviendo, en un territorio difícil de entender sin el trasiego de los barcos de pesca, la actividad portuaria de las empresas dedicadas a la pesca y la cultura de los oficios del mar.
Desde aquí podemos recomendaros de primera mano algunos de estos platos como otra de las cosas que hacer en Ílhavo, como probar mini-tortillas de bacalao, Sames de Bacalhau ao tomate o bacalhau frito con feijão frade, del restaurante Salsus, en Costa Nova, o también el Aveludado de Bacalhau com suas Línguas, mini Brás de Bacalhau o Feijoada de Samos reinventada, del restaurante Vista Alegre, en el hotel Montebelo Ílhavo al pie de la Ría de Aveiro.
Una visita guiada por productos de empresas locales es posible en Ílhavo a través de iniciativas como «Hortas do mar e da ría». En ella podemos visitar una plantación de aromáticas para surtir a la hostelería, aprender a diferenciarlas y distinguir su sabor con los más pequeños de la casa.
Terra d’avó está ubicado en la Gafanha de Aquém y es una de las propuestas para comprender la importancia de productos desde su origen, cultivadas en tierras atlánticas en la costa, hasta la mesa, pues con ellas se condimentan numerosos platos. Albahaca, guisantes o cilantro son ejemplo de las muchas plantas aquí cultivadas y que conforman la propuesta de cosas que hacer en Ilhavo con niños.
Un paseo por el puerto, donde amarran los barcos que durante campañas de hasta seis meses pescan el bacalao en aguas del Atlántico Norte, por sus fábricas y empresas allí ubicadas, o a pie de playa ver trabajar a productores también de la Colónia Agrícola da Gafanha como es el caso del cultivo de ostras, que además de pueden degustar en su propio entorno, a orillas de la ría.
Si hay algo que puede encantar a los más pequeños es subir a un barco y entender la experiencia de vivir y trabajar a bordo. Lo más parecido a esto es otra las actividades que hacer en Ílhavo como es la visita al Museu Marítimo de Ílhavo. Aquí podemos recorrer varias salas aprendiendo todo sobre esta pesca del bacalao a través de muchos elementos históricos recuperados de las navieras, su modo de vida y trabajo, y ver de cerca una auténtica cocina del barco recreada.
Diferentes tipos de embarcaciones de estas costas, una interesante colección de conchas de moluscos, algas o diferentes elementos históricos de navegación, conforman el recorrido por las salas de este museo que además organiza actividades para pequeños y mayores y es un dinamizador cultural de la zona.
La parte más «instagram» de esta comarca está también en Ilhavo, y muchos visitantes se desplazan desde Aveiro y otros lugares de este territorio para fotografiarse ante estas coloridas casitas.
Hoy son viviendas turísticas o casas de veraneo, pero antiguamente formaban parte del día a día del trabajo de pescadores que trabajaban en la zona.
Si buscais información sobre qué hacer en Ilhavo no dejéis de programar una visita a Costa Nova, pasear por la playa de A Barra y conocer el faro más alto de Portugal, con su estilizada columna roja y blanca, decorando el skyline de este territorio de mar y ría.
Un recorrido por Ílhavo no estaría completo sin un patrimonio que también dinamiza la comarca y supone un foco cultural y turístico de primer orden. Hablamos de la conocida fábrica de cerámica de Vista Alegre.
Esta es otra de las actividades indispensables que hacer en Ilhavo con niños, pues además de visitar el museo y la capilla se puede probar a pintar una pieza en un taller dirigido.
José Ferreira Pinto Basto fue el creador y primer dinamizador de esta fábrica, creada en 1824 en Vista Alegre, Ílhavo, y que ha sido un auténtico referente diseñando y produciendo vajillas conocidas a nivel internacional y que gozan de gran reconocimiento.
Su museo puede visitarse integrado en el poblado donde aún residen empleados, y que llegó a tener teatro, escuela y diferentes elementos para contribuir a la fidelización y desarrollo social y profesional de los trabajadores.
Los antiguos hornos, los elementos que componen esta cerámica como el caolín, los dibujos y estudios de diferentes proyectos, y las muestras de vajillas personalizadas para personajes como la princesa Gracia de Mónaco, pues la monarquía portuguesa era cliente habitual de esta empresa ubicada en su territorio.
Si buscáis un alojamiento con mucho valor añadido en Ílhavo seguro que os gustará el Montebello Vista Alegre Ílhavo Hotel. Su titular, el grupo Visabeira, un holding multisectorial con 40 años de trayectoria, ha creado aquí uno de los hoteles más exclusivos y completos de Portugal.
La vinculación con la fábrica de cerámica, aporta un elemento histórico visitable a pie desde el mismo hotel, que está íntegramente ambientado en su entorno. Todas las habitaciones están decoradas con cerámicas e incluyen tanto estancias en el moderno edificio como suites con mucha historia en el propio palacio.
La capilla comunicada con el propio hotel y donde se celebran bodas, está declarada monumento nacional y fue construida a finales del XVII por mediación del obispo Manuel de Moura Manuel, cuya sepultura bellísima se puede ver junto al altar de la iglesia.
La policromía de los techos, los azulejos de Gabriel del Barco o la sacristía, forman parte de lo que en su día compró el fundador de esta fábrica de cerámicas y se está recuperando gracias al grupo Visabeira, que une así la conservación del patrimonio a este hotel de cinco estrellas.
Piscina interior y exterior, habitaciones con terraza a pie de la ría de Aveiro, a orillas del río Boco, Spa y oferta de bienestar, restaurante y dos bares ubicados en el propio hotel y la fábrica, hasta tres tiendas de cerámica de la firma, campo de golf, actividades culturales perfectas para hacer con niños como las organizadas en el museo en la antigua escuela, y un largo elenco de motivos y elementos que no podíamos dejar de mostraros si buscáis planes que hacer en Ílhavo con niños.