El fin de semana pasado conocimos casi por casualidad un hotelito en Campañó, a diez kilómetros de Pontevedra, que resultó maravilloso para una escapada con los niños. Tiene todas las habitaciones con terraza, la nuestra era pequeña pero rodeada de un muro alto por lo que los niños la usaron de habitación de juegos.
La comida es excelente y con buena relación calidad precio, tiene un comedor y una terraza a ras de jardin donde los peques pueden explayarse mientras comes. Pero lo mejor es que tiene piscina con agua semiclimatizada, de adultos y de niños, un pequeño jacuzzi con sauna y justo enfrente un parque infantil y un campo de fútbol.
El personal del hotel es muy amable, especialmente con los niños cosa que se agradece ya que en muchos sitios parece que molestan. Es una buena opción para descansar con ellos, algo que de entrada nunca es fácil.
El valle de Campañó es una zona tranquila y excelente para acercarse a visitar Pontevedra, que los sábados por la mañana por su casco histórico tiene un encanto especial. Esas tiendas tan tradicionales, las calles empedradas, el parque, las terrazas, la verdad es que merece la pena visitarla y revisitarla.