Pontedeume y su entorno es una opción excelente para una escapada, sobre todo cuando no hace muy mal tiempo, porque las opciones de estar al aire libre son múltiples. En esta ocasión nos dirigimos a conocer el Castillo de Andrade, del siglo XIV, y del que se conserva poco más que el torreón pero tiene unas vistas impresionantes de toda la ría.

Para llegar hay que salir del pueblo en dirección a Campolongo, es decir, carretera de A Coruña, y a pocos kilómetros está bien señalizado en todos los desvíos como «Castillo de Andrade», pero está en Nogueirosa (San Cosme), a unos 7 kilómetros de Pontedeume. Hay un pequeño aparcamiento en el que no suele haber problema de espacio porque no está tan concurrido, y desde allí a pocos metros está la entrada. El coste es de 1 euro y solo para los adultos. Se sube por una escalera exterior y luego desde dentro el último tramo, que es por una escalera estrecha y de techo muy bajo. Lo mejor es ir en un día despejado.

Por alrededor hay una ruta de senderismo de apenas 2 kilómetros que recomienda Cristóbal Ramírez en su blog, ya que se puede hacer con niños. Nosotros solo hicimos un tramo ya que estaban ampliando el camino con una excavadora y el acceso era algo complicado, quizá para verano esté accesible.

Para comer hay muchos sitios en Pontedeume pero nosotros somos asiduos a la Cantina del Río Covés desde hace muchos años. Forma parte de la red de Cantinas del Eume y tiene un comedor interior con cuentos para los niños y una terraza exterior en el jardín también muy agradable. En el baño hay cambiador para bebés. Personalmente me gusta más en invierno, ya que en vacaciones y verano está ya demasiado concurrida. Está a dos kilómetros de Pontedeume por la carretera de Caaveiro, y tiene un paseo contiguo que va pegado a la ría que es una delicia. Puedes ver un tejo centenario con una escalera de caracol de forja por la que antes se podía subir hasta la copa del árbol. También es una zona excelente para andar en bici con los niños, porque es peatonal y con carril bici, y muy amplio. Hay sombra, bancos y un parque infantil renovado recientemente del que os hemos hablado en nuestro post De Ber a Pontedeume.

Visitar el casco urbano de Pontedeume es siempre una opción obligada. Sus calles ascienden estrechas en la zona antigua, con los característicos soportales, hasta la parte alta, donde está la iglesia. Tiene un encanto especial en cualquier época del año. Los sábados hay mercadillo, pero siempre puedes encontrar de todo: supermercados, farmacias, pastelerías, librerías y tiendas de todo tipo. Hay otro parque infantil junto al torreón (también de Andrade) que hay en el centro del pueblo. Y una heladería muy agradable que se llama Café & Crema donde se puede hacer una parada técnica con los niños, aunque también nos encanta Stollen, en la plaza Real. Además es muy bonito el puerto o, en la parte alta de la montaña sobre la que se asienta la localidad, la iglesia de San Miguel de Breamo, románica, del siglo XII.

En los alrededores hay que destacar, pero merecería capítulo aparte, el Parque Natural de las Fragas del Eume, con los monasterios de Caaveiro y Monfero. También toda la zona de Cabañas, saliendo por la carretera hacia Ferrol y desviándose a la izquierda nada más pasar el puente, donde hay un parque infantil amplio con cancha de baloncesto, circuito de bicicross y un paseo largo bordeando el pinar.