Si te gustan los espacios naturales y las playas más salvajes acércate a Penarronda. Además del arenal, con sus dunas y juncos, y las pasarelas de madera para acceder, te gustará la amplísima área recreativa y cualquiera de sus chiringuitos.
Está en la parte más occidental de Asturias. Poco después de cruzar el Puente de los Santos desde Ribadeo, debes desviarte a la derecha donde pone «Castropol-Vegadeo». Desde aquí ya hay letreros que llevan hasta la playa, que está declarado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de protección de Aves (ZEPA).
El aparcamiento es más que amplio y junto a él hay varias zonas verdes muy amplias con multitud de mesas para comer y un río con varios puentes. Es un lugar bastante cómodo para ir con bebés porque tiene primero camino y luego pasarela de madera hasta la playa, donde también hay unas duchas. Una vez aquí tienes un tramo de arena blanda, pero es poca distancia.
La playa mide 600 metros de lado a lado, y justo en el medio tiene un gran peñón con una cueva al que debe su nombre. Hay varios accesos, el oriental es más frecuentado por surfistas puesto que es algo más venteado incluso más movido para bañarse. La parte occidental es más tranquila puesto que está a resguardo de las rocas.
Hay dos chiringuitos, uno en el acceso central, por el camino de tierra. Allí también encontrarás vestuarios, aseos, duchas exteriores y la escuela de surf, además de algunos puestos de venta de objetos de artesanía. El otro está junto al camping, en la parte occidental. Muy soleado y menos ventilado, pero muy agradable.
La playa es algo peligrosa para bañarse, tiene grandes olas y cuando sube la marea suelen acotar la zona del peñón porque la corriente puede arrastrar contra las rocas a algún bañista. Al bajar la marea se forma una laguna muy divertida para los niños pequeñitos que apenas cubre.
Es una playa excelente para volar una cometa, pues la zona más alejada del agua suele estar bastante despejada y sopla fuerte la brisa, o para jugar al fútbol o volley playa. También para caminar por las sendas que hay y subir a la capilla de Santa Gadea, que está a uno de los lados. Las vistas desde aquí son muy agradables.