Pedrafita y el conjunto monumental de O Cebreiro, así como todo su entorno, son poblaciones que merece la pena conocer en cualquier época del año, pero tienen algo especial en invierno. En la frontera entre Galicia y Castilla-León, O Cebreiro es primera aldea gallega que conocían los peregrinos del Camino de Santiago.
Está muy accesible, en la A-6, kilómetro 432, está señalizado y muy cerca de la Autovía. Si se va en invierno hay que tener la precaución de consultar el tiempo antes, puesto que las nevadas son importantes y puede ser necesario ir bien acondicionado, tanto en materia de ropa y calzado, como llevar cadenas para el coche. En la webcam de la RTVG puedes ver qué tiempo hace. Y para planificar el viaje hay mucha información en la web municipal.
En Pedrafita hay un aparcamiento muy amplio, con zona de merendero, parque infantil y desde el que fácilmente accedes a tiendas o restaurantes. Está muy bien «Parrillada Suso», en esos días en que todos los forasteros invadimos el pueblo para jugar en la nieve se afanan en atenderte haciendo tres y cuatro turnos de comidas si hace falta. El menú es variado, está muy bueno y son muy rápidos atendiendo. A los niños les encantó el lomo adobado y los platos de puchero también se agradecen después de pasar frío durante horas.
Para subir a la aldea de O Cebreiro hay que tomar la LU-633, en dirección a Samos y a pocos kilómetros está indicada como Conjunto Monumental, debe recorrerse a pie. Aparcar no es fácil y menos en días de nieve, parece que todos nos ponemos de acuerdo para ir allí, así que hay que tener paciencia.
La Iglesia es prerrománica y merece la pena entrar a verla. Hay un panel explicativo de un milagro que tuvo gran repercusión en la edad media en toda Europa, conocido como milagro eucarístico o del Santo Grial, cuando durante una misa en invierno se convirtió el pan en carne y el vino en sangre. Las reliquias se guardan en este santuario.
Y en su entorno están las tradicionales pallozas, hoy convertidas en tiendas de souvenirs, alimentos u objetos para los peregrinos y recuerdos. También hay varias casas rurales donde alojarse y restaurantes para comer. Lo normal cuando la nieve hace su aparición es que su altura sea considerable así que hay que andar con precaución y llevar ropa y calzado adecuados, pues los adoquines del suelo son de piedra y bastante irregulares.
Si el tiempo lo permite y tienes ganas de andar hay múltiples posibilidades de rutas de senderismo por la zona. Desde una aldea cercana, As Ferrerías, en la ruta del wolframio, parte una senda hasta San Julián, hay más info aquí. Hay un puente de tradición romana, del siglo XV, una casa rural «El Capricho de Josana» y un restaurante «Casa Polín».
Muy cerca están los Ancares, reserva de la Biosfera, pero esto lo dejamos para otra escapada porque cuando está bonito es en primavera. No para el invierno, pero en O Corgo, 483 dirección A Coruña, junto a la A6, hay un área recreativa impresionante, con un río, merendero, zonas de descanso, columpios y muy cerquita está el área de servicio con gasolinera y tienda.