Visitar un belén, ver la nieve, pasear por una calle adornada con mil luces… y eso sí, luego entrar a tomar un caldo calentito a algún lugar, si tiene chimenea mejor. Las posibilidades que ofrece tanto España como Europa son casi infinitas, pero en Escapalandia hemos seleccionado ocho escapadas navideñas perfectas para ir con niños pequeños y en lugares que hemos visitado en estas fechas.
Para los papás con «peques pequeñitos» el invierno tiene la pega de que hay que extremar los cuidados para evitar catarros, otitis, bronquitis y demás problemas de salud. Así que las propuestas de planes al aire libre se reducen bastante. Pero aún así, con lo largos que se hacen los meses de frío, merece la pena buscar planes que puedan gustar a niños y mayores. Unos prefieren senderismo y naturaleza, otros rutas urbanas, lugares de cuento… Pues para los que quieren viajar, o los que tiran más al turismo rural recopilamos ocho lugares muy diversos ¿cuál es tu favorito?
1. Londres: es el destino navideño por excelencia. Tiene una red de metro excelente en la que puedes ir muy calentito y caminar lo justo si vas con niños. A partir de las cinco de la tarde es de noche, pero así verás las luces navideñas que adornan sus calles en todo su esplendor. Además del clásico Big Ben y la London Eye (la noria más grande del mundo), los mercadillos como el de Candem o la visita ineludible a los almacenes de juguetes Hamleys es muy interesante el museo de la Ciencia, a los niños les asombrará ver aviones y coches a tamaño natural. Tienes más información en el post Tres días en Londres con niños pequeños.
3. Heidelberg: una pequeña ciudad ubicada al sur de Frankfurt y que cuenta con el privilegio de tener la universidad más antigua del país. Su centro histórico tiene un castillo, un puente y unas cuantas calles para perderse. Hace mucho frío en esta época, así que entre paseo y paseo conseguirás que los peques se queden atónitos visitando las tiendas de regalos navideños absolutamente plagadas de trenes, figuras, belenes y árboles de navidad, entre todo tipo de adornos y juguetes. Sin duda son un estímulo al escaso espíritu navideño que tenemos a veces en este país. En determinados días más comerciales encontrarás sitios donde tomar salchichas o vino caliente en puestos callejeros o carpas, muchas veces amenizado con música. Más info.
4. Roma: la tradición religiosa católica favorece en Roma que puedas ver todo tipo de belenes impresionantes en casi cualquier Iglesia. La Ciudad Eterna está más bonita en invierno que en verano, desde mi punto de vista. No harás tanta cola en ninguno de los monumentos, ni siquiera en el entorno de la Fontana di Trevi. A los niños les encantan los edificios amplios y no pueden evitar echarse a correr así que tendrás que tenerlos controlados, también para evitar que toquen los monumentos pues es algo que los Carabinieri vigilan con especial atención. El Vaticano, el Coliseo, el Castillo de Sant Angelo o incluso las catacumbas, como las de San Sebastián.
En Roma son muy bonitos los puentes, aunque en ellos proliferan los timadores precisamente vendiendo juguetes y regalos por lo que hay que mirar bien dónde se compra. Otra precaución, que agradecerá el bolsillo familiar, es salir un poco de las zonas más turísticas para tomarte algo, porque una pizza no es cara pero puedes pagar 6 euros por un café si lo tomas en la Vía della Conciliazione, e incluso puedes tener que pagar por ir al baño o por pedir un vaso de agua del grifo, así que mejor ir con mochila y todo lo necesario. En cuanto a hoteles, los Meliá son un valor seguro si viajas en familia, nos gustó mucho el Meliá Roma Aurelia Antica. No es caro, está en las afueras pero tiene traslado gratuito diario al centro.
5. Ávila: un buen destino de invierno si quieres ver nieve en la misma ciudad, ya que los niños suelen asociar la navidad con los paisajes nevados como en los dibujos animados. Les gustará recorrer su muralla, ver las torres de la catedral, o conocer alguno de sus innumerables conventos o monasterios. Las pastelerías tienen solera y en Navidad están llenas de dulces. Hay muchos hoteles en el casco histórico y la ciudad se recorre rápido aunque tiene algunas cuestas y empedrado o escaleras, lo cual no es muy cómodo para carritos, pero merece la pena. Más info en Ávila con niños.
7. As Fragas do Eume: precioso en esta época del año. Puedes recoger hojas secas, piñas o palos del suelo con los niños para los adornos navideños, sin deteriorar nada ya que es un espacio protegido. Bien abrigados, la ruta hasta el monasterio ofrece una visión diferente en invierno, sin la afluencia veraniega de visitantes, y con todo su esplendor cromático de los meses de frío. De vuelta puedes parar a comer en la Cantina del Río Covés. Tiene chimenea y resulta muy agradable parar a tomar unos saquitos de zamburiñas o su riquísima Costrada. Hay cuentos para que los peques se entretengan y no muy lejos, en el paseo hacia Puentedeume hay columpios. Más info.
8. Belén Animado de Begonte: es una auténtica obra de arte que solo puede verse en Navidad. Las figuras son animadas y en el pueblo se hace de día, de noche e incluso caen relámpagos. A los niños les llamará mucho la atención. Tiene una página web en la que puedes ver información y horarios aunque no está muy actualizada. Cerca de allí puedes visitar la Casa Museo de Víctor Corral, y muy cerquita comer en la Casa do Labrego, junto a la Lareira, una taza de caldo gallego. En la plaza del pueblo, junto al Ayuntamiento, hay un parque infantil.
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