Un arenal protegido de las inclemencias del tiempo en plena Costa da Morte, en el triángulo donde acaban el Camino de Santiago tantos peregrinos que, después de pisar Compostela, se van a ver la puesta de sol en Fisterra o a expresar sus peticiones a Muxía. Hoy nos damos un paseo totalmente accesible por el litoral de Langosteira, una playa en la Ría de Corcubión con dos kilómetros de salvaje recorrido entre dunas, juncos, bosque y arena blanca. Si aún vas con carritos o prefieres un entorno urbano con naturaleza para caminar, apúntate esta mini-ruta por Finisterre con niños.
El Castillo de San Carlos, el puerto pesquero o el mítico faro del fin de la tierra. Ya habíamos hablado de este concello en nuestro blog en más de una ocasión. Hoy os traemos una ruta de senderismo urbana perfecta para la primavera, otoño o verano, con varias zonas de merendero a vuestro paso, bonitos rincones junto al mar, y varios restaurantes y cafés de camino.
Para arrancar la ruta puedes aparcar en un extremo u otro de la playa, en la Rúa Calcoba o en San Roque, si quieres hacerla de extremo a extremo de la playa, o bien por cualquiera de las calles perpendiculares a la playa. Todo el paseo es llano y con losas de piedra, y discurre paralelo a la playa. La distancia total de ida y vuelta es de unos 4 km aproximadamente.
A lo largo de todo el recorrido encontrarás zonas de descanso, merendero, parque biosaludable y accesos a la playa pero también a las diferentes calles y urbanizaciones. En uno de los extremos está el célebre restaurante Tira do Cordel, donde puedes tomar pescados y mariscos a pie de playa, y en el otro lado el Restaurante Calcoba y otro que se llama A Ría. En esta última zona hay aparcamiento para minusválidos.
Si te animas a pasar unas horas en la playa encontrarás en este punto un arenal tranquilo y perfecto para una jornada con niños pequeños, sin el peligro de otros a mar abierto como la Praia de Mar de Fora, con orientación oeste y en la parte opuesta de la península de Fisterra. A nosotros nos encantó este paseo que nos descubrieron Toñoco y Cecilia, buenos conocedores de la zona, y que tuvimos la suerte de compartir con amigos.
Para esta escapada nos alojamos en el hotel Mar da Ardora, un pequeño hotel de naturaleza con spa y unas vistas de gran belleza, especialmente para ver la puesta de sol. Su terraza en cada habitación, y también el pequeño jardín de la parte posterior, lo hacen una buena opción si visitas la zona con niños o en grupo. Disponen de 6 habitaciones y camas supletorias, y los desayunos con vistas al mar merecen mucho la pena.
Corcubión con niños
Ézaro y su cascada con niños
Cabo Touriñán con niños
A Costa da Morte en Cabaña de Madera
Caldeiras do Río Castro
Muxía con niños