Llevábamos tiempo queriendo ir a ver el nacimiento del río Miño, que cruza Galicia entera y desemboca en A Guarda. Unos 343 kilómetros de caudal, nada menos, de pura naturaleza que hoy os contamos en detalle con especial foco de atención en el nacimiento del río Miño.
Lo cierto es que todos estudiamos que nace en Fontemiña, y recientemente comencé a escuchar que eso no era del todo cierto. Al parecer el agua que brota en esta laguna viene de más arriba, de un lugar llamado el Pedregal de Irimia. Polémicas aparte, en este post nos desplazamos a estos dos rincones considerados el nacimiento del río Miño para ver y sentir sus primeras aguas de en la superficie.
Una de las visitas que podéis hacer por el casco urbano, donde suele haber ferias dos días al mes, es el monasterio de Santa María de Meira. Este edificio medieval, del que apenas se conserva la iglesia, está en el centro de la localidad y abre en horario de culto.
A su alrededor vemos restos del claustro renacentista, y paneles intepretativos con la historia del edificio que está declarado Bien de Interés Cultural.
Está muy bien señalizado. Se toma la salida de la A6 que pone Ribadeo- Oviedo y, a algo más de 30 kilómetros, entrando en Meira nos desviamos a la derecha en la plaza del Ayuntamiento, hacia la Iglesia Monasterio de Santa María.
Si vamos con tiempo es muy recomendable visitarla, ya que es Monumento Nacional desde 1931. La iglesia es de estilo románico borgoñón, y data del siglo XIII, y el claustro es renacentista.
Tomando la carretera que rodea la iglesia, y siguiendo las excelentes indicaciones, a unos tres kilómetros se llega al Pedregal de Irimia, una masa de piedras que se extienden más de 600 metros montaña abajo en forma de embudo.
La naturaleza hace unos 20.000 a 10.000 años se encargó de colocarlas y bajo las mismas puede escucharse el agua que baja por la ladera. Junto al Pedregal está el Área Recreativa de Porto Da Pena, que cuenta con mesas bajo tejadillo para sentarse a comer en una zona agradable pues no hace demasiado calor debido a la altitud, y también hay viento, de hecho más arriba hay un parque eólico.
Si no has tenido la previsión de llevar unos bocadillos en Meira hay varios restaurantes muy recomendables. Si vais de pícnic, en el Pedregal de Irimia encontrarás mesas para comer, y también en Meira, en el parque diferentes bancos y zonas de descanso. Y en la zona de Fonmiñá, en el otro de los puntos a los que os llevamos hoy, también encontraréis varios puntos de merendero junto a las aguas de este río Miño.
Una buena opción, si vas con niños y en verano es O Muiño, que está en el parque junto al río (calle Grupo Escolar con Avda. del Generalísimo). Se trata de un antiguo molino sobre el río Miño restaurado y que cuenta con un comedor arriba, algunas mesas dentro y cuatro o cinco más por el parque, además de una terraza posterior bajo una carpa.
El entorno es maravilloso, está junto a un parque infantil y una amplia zona verde, la comida es muy buena y a buen precio y el personal amabilísimo. Tiene página de facebook.
Hay menú del día en sábado y de las recomendaciones nos gustaron mucho las piruletas de queso de cabra y nos quedamos con ganas de probar la filloa rellena de marisco, que no les quedaba. La carne también es muy buena, la hacen a la parrilla y tienen gran variedad de postres, algunos caseros.
Después de aprovechar un rato el parque, que está impecable -cosa que no se puede decir de estas áreas en todos los ayuntamientos- no podemos regresar sin bajar a conocer Fontemiña, que sigue señalizado como el nacimiento del río Miño también.
Es una gran área recreativa a la que se llega siguiendo la carretera nacional 640, dirección Lugo, saliendo de Meira hay que desviarse a la derecha. Es una pequeña laguna en medio de una zona verde muy pantanosa, completamente acondicionada como merendero y surcada por muchos riachuelos y caminos, la mayoría sobrepasarelas de madera para sortear las zonas encharcadas.
Además de la tranquilidad que se respira, este entorno natural está muy limpio y acondicionado y cuenta con zonas arboladas. Siguiendo la carretera hacia Villalba el paisaje merece la pena, A Terra Chá (La tierra llana) en su pleno esplendor.
Si contáis con más días, de Meira hacia al Norte (Pontenova-Ribadeo) está la reserva de la Biosfera en torno al río Eo, otra zona indispensable pero que daría para varios artículos más.