Si anhelas una escapada tranquila, de naturaleza, arte y gastronomía, con niños, apúntate Cantabria, con niños, en tu libreta viajera. Los valles pasiegos están a solo 17 km de Santander, ocupando un territorio que avanza hacia el sur y se distribuye en tres zonas diferenciadas como son el Valle del Pas, Valle del Pisueña y Valle del Miera.
Turísticamente se promociona como el secreto de Cantabria, y no es para menos porque recorrerlos es una auténtica delicia que aún no demasiados visitantes han descubierto. También nosotros nos decidimos a incluirla en el apartado de secretos, donde encontrarás artículos que solo contamos a nuestros más devotos seguidores.
Como ya hemos ido contanto por aquí, una de las escapadas que recordamos con más emoción fue nuestro tour por Cantabria, donde recorrimos la ciudad de Santander y sus museos y rincones, el parque de Cabárceno en invierno y con niños, la increíble cueva del Soplao y otros pueblos con mucho encanto como Santillana del Mar, Comillas y Altamira. Se nos habían quedado pendientes algunos rincones por contaros así que retomamos nuestra serie sobre Cantabria, con niños.
Desde vestigios prehistóricos de gran interés, con el máximo exponente en Altamira, hasta las rutas de románico cántabro, las ermitas rupestres, los castillos medievales y buena gastronomía. Otro elemento de interés si visitas Cantabria es la etnografía, y en los valles pasiegos descubrirás mucho sobre esto.
Seguro que como nosotros, muchos sólo habíais escuchado la etiqueta «pasiego» al comprar una caja de sobaos, ese mantecado tan tierno y rico que es precisamente originario de esta zona. Nuestro recorrido empezó en Puente Viesgo, una pequeña localidad de 2.800 habitantes justo en el centro de esta comunidad, y que es famosa por su balneario junto al río Pas, lugar donde concurre mucha gente en busca de tranquilidad y aguas medicinales. Justamente en esta localidad arranca la Vía Verde del Pas, un espacio recuperado al antiguo ferrocarril Ontaneda Astillero, que pasa por Puente Viesgo.
En este punto encontrarás hoteles y casas rurales, restaurantes, tienda y mucho peregrinar de gente, tanto caminantes como clientes que acuden al balneario. La vía verde en este entorno está asfaltada y es accesible, además de contar con numerosas áreas de descanso con mesas de merendero y parque infantil.
El Centro de Interpretación del románico en Cantabria que pudimos ver está en Socobio, a 2 km de Castañeda, en una antigua escuela y frente a la colegiata románica, una de las cuatro que hay en esta comunidad, y que data del siglo XII. Está en el valle del Pisuerga, en un entorno natural de gran interés y belleza. En el centro se pueden ver maquetas de diferentes iglesias románicas de la región, así como aprender cuestiones básicas del románico como la planta de cruz latina o el arco de medio punto.
Tuvimos la suerte de poder ver la iglesia por dentro, ya que la estaban preparando para una boda, aunque el museo lo encontramos cerrado. Nos encantó recorrer el templo y ver las figuras de sus capiteles, las pinturas murales y los sepulcros. También el nacimiento, pues visitamos esta zona en navidades.