Hace pocos días tuve la ocasión de asistir a Churritines, un salón infantil, de los que ahora parece que están bastante en auge. Fui con los niños, y la verdad es que me gustó mucho la experiencia. Para empezar, el hecho de que entraran con un paquete de comida no perecedera me parece muy educativo, aunque también se podía pagar la entrada. Lo dejamos para el Banco de Alimentos, en el que por cierto hacen una labor extraordinaria y de cercanía, y así se lo explicamos a los niños.
Para mi gusto había una afluencia de gente razonable, teniendo en cuenta que ir con niños a un sitio demasiado lleno es bastante agobiante, ya que es fácil perderlos. Había bastante gente, pero no demasiada. Un plan de sábado tranquilo. Les encantaron los hinchables, en los que había monitores controlando y esto es necesario, el stand de Nintendo, cómo no, los juegos del de Coca -Cola, los churros de Bonilla y los bollos de pan con pepitas de chocolate de San Brandán, y el stand de Decathlon, entre otros muchos en los que había chuches, el de Bibliotecas, el del Aquarium, etc.
Los niños necesitan mil actividades cada día y a los padres se nos acaba la inventiva así que un salón de estos me parece una idea excelente. Siempre y cuando el contenido sea enriquecedor, porque también les vuelve locos la sala de juegos del centro comercial de turno, en la que cada maquinita vale una pasta, y personalmente no lo veo un plan apto ni para ellos ni para mí.
Escapalandia apoya este tipo de iniciativas de ocio infantil y espera que el año que viene vuelva a organizarse.