El otro día se nos ocurrió hacer nuestra propia recopilación de pequeñas localidades con encanto y no fue tarea fácil. Aunque ya teníamos nuestra propia lista escrita, decidimos consultar en el grupo de Facebook Galicia Miña Terra, que suma nada menos que 44.000 miembros, cuál era el favorito. Las respuestas más populares fueron Combarro y Allariz además de una retahila de casi medio centenar de lugares más o menos conocidos. Después de este análisis, y el de otras tantas listas de internautas, nos hemos decidido a contar la nuestra propia. Os hablamos de los pueblos más bonitos de Galicia para ir con niños… ¿Cuántos conoces ya?
Para hacer un reparto más equitativo lo hemos dividido en cinco de costa y cinco de interior. Igual echáis de menos algunas localidades grandes o ciudades como Santiago, Ferrol, Mondoñedo, Betanzos o Monforte. Y es que nos hemos ceñido a núcleos de población más pequeños, evidentemente dejando fuera también las capitales de provincia.
Patrimonio religioso, entorno natural, museos, casco histórico, fiestas, relevancia turística, impronta histórica… serían miles los factores que podríamos valorar a la hora de justificar nuestras decisiones. Evidentemente a la mayoría nos pueden parecer más bellos nuestros lugares de nacimiento o conocidos, así que por autocensura hemos huído también de estos.
Esta pequeña localidad perteneciente al concello de Ares, en la comarca de Ferrolterra, conserva intacta su esencia marinera. Las calles principales confluyen en el puerto pesquero, junto a la playa donde hay una rampa y unas cuantas lanchas amarradas, y las casas tienen su fachada principal a la calle y la trasera directamente al mar. Sorprende ver la cantidad de casas de inspiración indiana, con bellas fachadas pintadas de diferentes colores y balcones de madera.
Su entorno es la tranquila ría de Ares y muy cerca hay playas de gran belleza como la playa del Río Sandeo o de Coido, pero también el enorme arenal del Raso. La mayoría de las calles más céntricas se han peatonalizado y pasear descubriendo cada casa es una delicia. Podemos caminar hasta las ruinas de la batería militar del siglo XVIII en la Punta de Modias. Más info.
LaxeNuestra segunda parada en los pueblos más bonitos de Galicia en la costa sería en Laxe, en plena Costa da Morte. Dos kilómetros de playa de arena blanca y fina con algunas formaciones dunares y un paseo litoral de gran belleza. La vida en esta localidad de unos tres mil habitantes es muy tranquila en los meses de invierno y algo más bulliciosa durante la etapa estival.
Nos encanta pasear hasta su faro atravesando la Casa Do Arco, y perdernos por las calles de su casco antiguo o tomar algo en alguno de los restaurantes y cafeterías que están frente a la playa. Está resultando una revelación turística la original Playa de los Cristales, pero también recomendamos recorrer sus miradores, parques y áreas recreativas. Más info.
O BarqueiroEn el norte de la provincia de A Coruña está el concello de Mañón y sus bellos puertos entre el río Sor y Estaca de Bares, como son Porto de Bares y éste de O Barqueiro. Lo incluimos por la estampa que deja su casco urbano en la ladera de la montaña y en torno al refugio de su puerto pesquero.
Nos encanta recorrer todo el paseo hasta la punta del espigón, y observar de frente el tapiz de las modernas casas pintadas de colores. Al pie un montón de barcas y barcos de pesca también en diferentes gamas cromáticas. Si te gusta la observación de aves en esta punta de Estaca de Bares, el punto más al norte de la península ibérica, puedes refugiarte en la caseta y tratar de avistarlas. Más info.
MurosCorazón medieval y comercial con soportales destinados a antiguos oficios relacionados con la pesca y la salazón. El casco antiguo de Muros lo convierte en una de las villas con más encanto de Galicia. Arenales y parajes como Louro y su faro, pero también su puerto pesquero y paseo marítimo que no pasan desapercibidos para los turistas que cada año veranean en la zona.
Una localidad bulliciosa, de unos nueve mil habitantes, que marca la transición entre la Costa da Morte y las Rías Baixas. Edificios modernistas, la antigua lonja, tradicionales plazas o la capilla del Carmen y su pasado relacionado con la emigración. Muros se saborea despacio y también degustando su gastronomía. Más info.
CombarroEl referente turístico de las Rías Baixas es esta parroquia de Poio, declarada conjunto histórico. Y es que su núcleo urbano concentra casas de piedra con elementos típicamente marineros, pero también sus hórreos y calles asentadas sobre las rocas. Las casas dan al mar por la parte de atrás y muchas calles terminan directamente en el agua.
Es el nombre que prácticamente todos mencionarán si preguntas por uno de los pueblos más bonito de Galicia. Y de hecho es de los puntos más turísticos de nuestra comunidad. Junto a la playa encontraréis el parque infantil, al lado del puerto y el centro neurálgico de la vida en esta localidad de apenas 1.700 habitantes. Más info.
Si hablamos de localidades de interior, la cosa ya no está tan igualada como los pueblos costeros o marineros de Galicia, donde hay más consenso. Uno de los más nombrados va a ser Allariz, eso sin duda, que es conjunto histórico – artístico desde el año 1971, pero luego la cosa ya va estando más repartida.
Nos hemos exprimido un poco el cerebro para aportar nuestros propios cinco pueblos candidatos de la Galicia interior, después os invitamos a que comentéis qué os parecen, o si habríais incluido algún otro.
Un puntito más auténtico que O Cebreiro, aunque menos turístico. Desde aquí hemos defendido ya en varias ocasiones esta pequeña aldea de las montañas de Lugo, en Cervantes, en plenos ancares y ya lindando con la provincia de León. Nos encanta porque además de ver las tradicionales pallozas podemos visitar su interior, y conocer los usos y costumbres de varios siglos atrás.
El entorno de esta población, a más de mil metros de altitud, es de gran belleza y permite algunos paseos y rutas por la zona. Miradores, restaurantes tradicionales o alojamientos rurales, y un escenario que cobra más encanto en invierno, bajo el manto de nieve, pero se puede explorar mejor en la primavera o verano. Más info.
Un lugar para pasear, soñar y quedarse a vivir. Su casco histórico tiene un reconocimiento que atrae el numeroso turismo, pero además han sabido revitalizar el comercio tradicional con la creación de los outlet de moda en pequeñas tiendas del casco antiguo. Marcas conocidas liquidan aquí sus restos de colección, y puedes ir de compras con todo el encanto de un entorno monumental único.
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Más abajo, el río conforma un espacio natural que también está declarado protegido por la UNESCO. Dos parques infantiles, el tradicional Museo do Coiro o alguno de los otros como el del juguete o la moda ofrecen también buenas opciones para conocer la ciudad. Más info.
Caldas de ReisUn termalismo de origen romano que atrae aún hoy a muchos peregrinos y visitantes. Recorrer el casco antiguo de Caldas por su carballeira, la Fuente de las Burgas o el puente Bermaña es un auténtico privilegio. Recuerdo de niña la magia de descubrir algunos de sus rincones o haber descubierto alguna que otra delicia gastronómica gallega en este entorno.
Dos balnearios de principios de siglo continúan siendo un referente de esta población, Dávila y Acuña, de los siglos XVIII y XIX respectivamente. Por aquí, no lejos de su parque infantil, pasaba una antigua vía romana. Más info.
PortomarínOtra importante puerta de entrada de peregrinos, en este caso por el Camino Francés, atraviesa la localidad de Portomarín. Este enclave al norte de la Ribeira Sacra, y que fue reconstruido en la ladera tras anegarse sus casas bajo las aguas con la construcción del embalse de Belesar.
En temporadas de sequía, hemos podido pasear bajo sus aguas y pisar los antiguos adoquines del malecón de su casco antiguo medieval. Las nuevas calles conservaron los soportales y la estructura lineal hacia la iglesia de San Nicolás, antiguamente San Juan. Su entorno es igualmente de gran belleza natural y un relevante pasado histórico. Más info.
Castro CaldelasLa Ribeira Sacra tenía que tener necesariamente dos poblaciones en nuestro ranking porque es una cicatriz que recorre un enorme espacio de nuestra comunidad. Del Miño al Sil para recalar ahora en Castro Caldelas, una villa medieval a 782 metros sobre el nivel del mar y con buenas perspectivas sobre el cañón del Sil.
Desde lo alto de su torre, una fortaleza de la época de los Trastámara y Pedro I El Cruel, se puede ver todo su entorno montañoso. El casco antiguo merece la pena, con casas de piedra y una arquitectura cuidada. Más info.
