Las riberas del Mandeo son una escuela de naturaleza en toda su extensión. Al fondo de un cañón bastante escarpado en algunos tramos, el río discurre entre carballos y castaños, entre otras especies autóctonas y que en otoño e invierno alfombran los caminos. Quienes gestionan sus recursos están haciendo un magnífico trabajo que entre otros sitios se recoge en la web www.riomandeo.com y en su apartado de rutas están perfectamente detalladas. Las dos de las que hablamos hoy son la de Paderne y la Zarzo Chelo.
No son para ir con niños pequeños, pero sí de ocho años en adelante y con mucho cuidado si está mojado. La bajada desde Paderne (Consistorio) hasta el río, es empinada y está señalizado con postes como la ruta número 13, pero hay buen camino. Una vez abajo, el camino se difumina y se pierden las señales, pero la vista merece la pena y siempre tienes la opción de regresar por el mismo camino monte arriba. Las cataratas son espectaculares en invierno y se pueden ver los molinos de Teixeiro, aún en pie, aunque sin tejado. Son unos 4 kilómetros, unas dos horas debido a algunos tramos y las pendientes.
Se come bien en el café Bar A Gurita, con un menú casero y muy agradable. Está en Obre, donde hay una iglesia románica del siglo XII-XIII, reconstruida en el XIX. Tras el ayuntamiento hay un parque.
Para más opciones siempre está Betanzos, a pocos kilómetros y con buenos bares y restaurantes. Si te acercas a esta localidad hay un parque infantil enorme en O Pasatempo y otro más pequeño junto al río, en la entrada desde As Angustias. El patrimonio cultural de Betanzos daría para otro artículo porque es inmenso. Tienes más info aquí.
El inicio desde la minicentral de Zarzo para la ruta número 11 es junto a las señales y la marquesina de la parada de bus. El camino es muy amplio y cómodo al principio pero se va estrechando y en algunos tramos bajan afluentes en cascada que cortan el sendero. Son tres kilómetros hasta Chelo, en los que puedes ver las ruinas del antiguo balneario de Bocelo, del siglo XX, y que funcionó hasta la década de los 40.
Las rutas están bien señalizadas aunque es posible que con el tiempo requieran un mantenimiento ya que los caminos se van cerrando y a veces la vegetación tapa los postes con las señales. Hay un parque infantil en Vilamourel, al lado de la iglesia y el cementerio.
Otra opción para caminar pero tampoco para niños muy pequeños es el coto de Chelo, donde también hay un centro de interpretación. El camino va pegado al río y en invierno es resbaladizo, en cualquiera de los tres casos se requiere buena equipación, calzado adecuado y no es apto para carritos pero sí da juego para unas cuantas «investigaciones» con un público más juvenil.
El río Mandeo es un paraíso insondable. Decenas de sendas, áreas recreativas, molinos y cascadas. En Escapalandia nos encanta el Mandeo hemos ido haciendo muchas de sus rutas y recorridos, así que aquí te ponemos una recopilación para que no te pierdas nada.
La ciudad de Betanzos
Área Recreativa de Barranco da Loba
El Centro Etnográfico del Mandeo (Teixeiro)
Las cascadas de A Rexidoira
Parque romano de Grixalba
Ruta en Reboredo y parque de naturaleza
El balneario de Bocelo
Parque de la Playa del Pedrido
El Mandeo en Paderne, con niños
Un lugar llamado Ponte Aranga
La laguna de Sobrado, con niños
La realidad sobre el proyecto Mandeo
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