Quienes gustamos de recorrer hasta el último rinconcito del mundo vemos con gran tristeza el nuevo turismo de cupos o museos bajo demanda. Hay joyas que no están al alcance de todos, solo de algunos: quienes viven en la zona, quienes disponen de más tiempo libre o los que viajan en grupo. Así es la vida y así es el nuevo turismo: masas o cupos ¿quién da más?

Nuestra última experiencia ha sido con el Castillo de la Palma, en Mugardos. Desde la oficina de turismo nos informan de que las visitas están ya cubiertas hasta finales de septiembre, así que ya no habrá opción hasta que el verano que viene vuelva a abrir sus puertas, si es que así lo deciden. Si hace semanas aplaudíamos la iniciativa de que este castillo abriera sus puertas ahora ponemos de manifiesto lo escasa que ha resultado su apertura. La pregunta es, si hay tanta demanda ¿por qué no prolongar un poco más la apertura? Supongo que sería muy justo cobrar unos pocos euros por persona para amortizar el trabajo del guía o quien custodie este edificio.

No es el único caso. Este mismo año nos asombrábamos con el sistema de visitas de los búnkeres de la guerra en Santander. Se hace solo presencialmente en la oficina de turismo, donde te indican que hay lista de espera, y te emplazan a reservar semanas después. No sé cuál es la estancia media del turista en la ciudad de Santander pero está claro que nadie podría quedarse un par de semanas más para visitar un búnker. El sistema favorece claramente a los ciudadanos de allí, y hace imposible la visita para los turistas, las cosas como son.

Entiendo que hay monumentos que necesitan cupos de gente para su protección, es el caso de la playa de As Catedrais, pero no sé hasta qué punto es justo limitar la entrada a quien disponga de un ordenador conectado a internet. Aunque es cierto que el sistema usado en As Catedrais favorece al turista, puesto que puedes planificar y sacar el pase de acceso con antelación y garantizado.

Los casos serían innumerables porque por desgracia en las ciudades o destinos turísticos todos nos peleamos por ver las mismas cosas, mientras que magníficos museos permanecen en el olvido. Una visita casi imposible es también la de la cúpula del Reichstag de Berlín. Este imponente edificio requiere registro previo y hay semanas de lista de espera, por lo que también es imposible en la práctica salvo que uno no se dedique a otra cosa que a gestionar sus visitas turísticas.

Museos inaugurados y cerrados al público como el de la minería de Cerceda, inaugurado en 2013 con fondos públicos, y que inexplicablemente solo se puede visitar en grupo previa solicitud al concello. Las ventajas para grupos son muy justas, pero quienes viajan por su cuenta deberían tener acceso también a estas infraestructuras. Problemas de solvencia, gestión o lo que sea hacen que muchos puntos de interés turístico sean insostenibles, los horarios y días de apertura no se cumplan o permanezcan cerrados sin ninguna información al visitante.

España y Galicia tienen un potencial turístico importante que deberíamos ser capaces de explotar. El turismo de cercanía tampoco se debe dejar de lado, pero a menudo falta información y oportunidades. Se hacen grandes inversiones y se olvidan los carteles de señalización, nadie encuentra el lugar ni buscándolo. A veces me he encontrado con que ni siquiera en el propio pueblo saben del museo, área recreativa o ruta en concreto. Otras veces se construye un parque infantil y se deja crecer la hierba y la maleza hasta cubrirlo por completo. De las rutas de senderismo mejor ni hablamos, porque son una auténtica aventura. Muchos monumentos permanecen vandalizados y semidestrozados, tampoco tenemos respeto por lo público… ¿Deberíamos acometer solo las inversiones que vayan a ser sostenibles, o no?

Ahí queda el debate. Cuéntanos tus experiencias y opinión, en Escapalandia nos interesa mucho el punto de vista de cada visitante. Te esperamos.