La ciudad de A Coruña estuvo amurallada como tantas otras y esta construcción está documentada desde la etapa medieval. Aún podemos rastrear algunos restos de la misma en un paseo por la ciudad, otros aparecen y desaparecen en sucesivas excavaciones y nunca parecen salir definitivamente a la superficie para recuperar esa pequeña parte de la historia. Hoy recorremos las antiguas murallas de A Coruña, con niños.
Corría el año 1208 cuando el rey Alfonso IX concedió privilegios especiales a la ciudad que era desde antiguo un importante puerto de mar. El monarca es considerado refundador de la ciudad, traslandando población de O Burgo a la Ciudad Vieja y permitiendo que la urbe dependiera directamente del rey. Desde la Plaza de María Pita, si salimos por Marqués de Cerralbo, junto a la Oficina de Turismo, recorremos la calle con el nombre del monarca hasta la Plaza de Azcárraga. Su sepulcro se encuentra en la Catedral de Santiago.
La ciudad como recinto fortificado está ya más que acreditado y de ello tenemos testimonios en la puerta de San Miguel, de 1607 y la más antigua que se conserva al pie del actual Hospital Abente y Lago. Sus antecedentes están en el embarcadero de San Miguel y llaman la atención algunos hechos históricos que cita Reiriz Rey en su «A Coruña a través del tiempo» como que en 1554 entró en la ciudad el infante D. Felipe para embarcarse hacia Inglaterra donde contraería matrimonio con María Tudor. Se alojó en la fortaleza vieja del Jardín de San Carlos, y en las primeras horas de la tarde del 12 de julio salió por el embarcadero de San Miguel. Sus escaleras son aún más antiguas que la puerta y a ellas llegaba el mar. Retrocediendo algo más en el tiempo, en 1520, también encontramos que este embarcadero fue escenario del paso de su padre y predecesor, Carlos I, y su séquito para dirigirse a Flandes.
Por el mismo autor tenemos noticia del antiguo Hospital Real, en los terrenos del actual Abente y Lago, que afirma citando a Parrilla Hermida que fue el centro castrense mas antiguo de España. O de la Casa de la Moneda, anexa al convento de Santo Domingo, y con orígenes en el siglo XIII. Podemos recorrer esta zona, justo enfrente al castillo de San Antón, aparcando por las inmediaciones y siguiendo el rastro de la muralla en todo el perímetro del antiguo hospital militar hasta la Maestranza.
Siguiendo hacia el hotel Finisterre debemos pararnos en un pequeño mirador en el Paseo de Sir John Moore, desde el que podemos ver una buena vista de la bahía de A Coruña, unos cañones defensivos y una placa que nos indica que estamos ante otro tramo de las viejas murallas de la ciudad. Aquí se conservan dos puertas, encastradas alrededor de lo que hoy son los terrenos de la Solana, con una pequeña senda y una zona ajardinada y con paneles interpretativos.
La puerta del Clavo y la puerta de la Cruz, a pocos metros, son de 1676 y daban a la playa del Parrote; están declaradas Bien de Interés Cultural, junto con la San Miguel, desde 1944. En esta zona estuvo la antigua cárcel de la ciudad de la que aún podemos ver vestigio en antiguas fotografías de la zona.
Por esta zona el parque infantil de referencia es el de A Marina o la de Campo da Leña o Praza das Atochas. Para tapear o comer algo recomendamos el entorno de María Pita y sus calles adyacentes que son la zona de los vinos.
Por si os preguntáis como nosotros hasta dónde llegaba exáctamente la muralla lo cierto es que es difícil encontrar testimonio histórico de ello. Los cambios sufridos a lo largo de los siglos fueron notables y los rastros hoy en día de ella son inexistentes. Solo hemos encontrado otro punto documentado de esta antigua estructura defensiva, y es precisamente en la Coraza, entre las playas del Orzán y Riazor.
La muralla atravesaba más o menos sobre la actual Juana de Vega, llegando hasta la Rosaleda, junto a la Delegación del Gobierno. Esto nos da una idea de las dimensiones de la ciudad en tiempos antiguos y también de su posición estratégica, su importancia y los ataques que la acuciaban. Si después del recorrido los peques están ya cansados puedes hacer un alto en el parque infantil de la Plaza de Pontevedra, frente al Instituto Eusebio da Guarda.