Hay rincones de Europa que no se conocen en un día y ciudades que merecen la pena pararse un poco, con un viaje bien planificado. ¿Qué tal si nos montamos una larga escapada a Hungría? De los países europeos que hemos visitado quizá uno de los más impactantes fue Budapest y y la curva del Danubio. Historia, arquitectura y contrastes en una ciudad que también tiene bien marcada la huella del telón de acero.
Aunque Budapest cuenta cada vez con más adeptos entre los viajeros, no cabe duda de que no es la ciudad más agobiante en cuanto a afluencia turística. Esta bulliciosa y cosmopolita capital cuenta con casi 2 millones de habitantes y se asienta a ambas orillas del Danubio, fusionando a través de sus numerosos puentes el carácter medieval y fortificado de Buda, construido sobre una colina que se alza a más de 200 metros sobre el nivel del mar.
La mejor perspectiva de la ciudad si os animáis a caminar montaña arriba, la tendréis desde el Monte Gellert. Está justo frente al balneario del mismo nombre, un imponente edificio construido en 1911 y que es el emblema termal de la ciudad. Cruzando la calle, el parque Jubilemi tiene mil rincones para asomarse al Danubio y ver tanto la colina de Buda como la llanura en la que se asienta la zona de Pest.
La diversidad y riqueza de Budapest no se abarca en un día, así que os recomendamos llevar este viaje bien preparado y organizado para disfrutarlo a tope, y así no perderos sus rincones más singulares. En la blogosfera turística encontraréis agencias que ofrecen viajes organizados a Hungría con todos estos elementos y valor añadido.
Después de esta perpectiva se impone viajar por la Budapest más medieval fotografiándote en el Puente de las Cadenas, o subiendo en el funicular para ver el desfile del cambio de guardia ante el Palacio Real, recorriendo el Bastión de los Pescadores del que luego puedes bajar a pie.
Por la tarde puedes pasear por la ribera del Danubio ya en el lado de Pest, pasando junto a la estatua de la princesita o conociendo la historia local junto a los zapatos en la ribera del Danubio, un monumento en recuerdo de los judíos asesinados durante la ocupación nazi.
Precisamente sobre la historia contemporánea de este país, puedes empaparte en museos como Terror Háza, la Casa del Terror, ubicado en la Avenida Andrássy y un lugar fundamental en tu escapada a Hungría. El edificio fue el antiguo cuartel general nazi y, posteriormente, emplazamiento soviético, hasta fechas relativamente recientes.
A nivel histórico también es muy interesante el Hospital in the Rock, un espacio preparado como búnker núclear y que había sido sanatorio de la Cruz Roja durante la II Guerra Mundial.
Cenar en alguno de los barcos restaurantes, en el café del mítico hotel New York o tomar una copa en un bar ruina de los que se popularizaron hace ya algunos años puede ser un buen plan tras un día de recorridos turísticos.
La riqueza cultural de este río y todas las orillas que riega abarca música, cultura, arte y diferentes lenguas. Recorrer Europa a través de este canal fluvial es una auténtica experiencia que podemos vivir en una escapada a Hungría de varios días.
Algunos operadores turísticos, como los viajes organizados Exoticca, son una buena opción si queréis complementar un destino con otras excursiones y visitas guiadas a lugares de interés, desplazamientos, un buen seguro de viaje, etc.
El complemento perfecto a unos días en Budapest es una excursión a la curva del Danubio, visitando pueblos más pequeños en la ribera del río como Szentendre, Visegrad o Esztergom.