Uno de los rincones más fascinantes de Galicia es sin duda este extremo noroeste, marcado por paisajes fluviales de interior, playas salvajes y espectaculares miradores. Seguro que os quedan cosas por conocer, así que os queremos contar nuestra ruta por la Costa da Morte en Familia. De la mano de Costa da Morte Asociación Turística, cuya actividad podéis seguir en la web Visita Costa da Morte, hemos recorrido concellos como Mazaricos, Carnota, Cee, Dumbría y Vimianzo.
Lo que nos resultó más interesante de este recorrido, es poder trazar nuestros propios caminos en parajes naturales, salpicados de rocas de sugerentes formas. O ver caer la tarde en pueblos atlánticos rodeados de altas cumbres, entre antiguos molinos que nos hablan de un territorio singular. Pero sobre todo poder vivirlo con nuestros hijos, pues el turismo educa, y si recorren esta tierra desde pequeños sin duda la respetarán y amarán de mayores.
Los preparativos de una ruta son fundamentales para motivar a los más pequeños, sobre todo lo que verán en días sucesivos. Quizá el primer punto es aclarar la denominación Costa Da Morte. Sin duda ya sabréis que el nombre viene de los naufragios documentados en los últimos siglos en estas costas, caracterizadas por sus corrientes y altos acantilados.
Lo segundo que hay que saber es que Costa Da Morte es un territorio de contrastes, donde encontramos algunas de las playas más bellas y salvajes de Galicia, así como un buen número de faros visitables y fotografiables. Pueblos de costa con mucho encanto, buena gastronomía y una serie de recursos turísticos que pasan por la etnografía, la cultura, la artesanía, el patrimonio o la naturaleza son algunas de sus opciones.
Este concello recibe al turista en la parte más interior de esta costa, donde diferentes arroyos forman cascadas (fervenzas) de gran belleza. Fírvado, Santa Locaia, Noveira, Vioxo-Chacín o Gosolfre son los topónimos que esconden algunos de estos saltos de agua en un concello donde estos cursos son fundamentales para la sostenibilidad del territorio.
Estas cinco rutas están señalizadas y se pueden consultar en la web municipal. Además de antiguas leyendas sobre algunos de sus rincones podemos disfrutarlas con equipamientos como bancos, puentes, miradores y hasta un divertido columpio sobre sus aguas.
Nosotros hicimos con niños habituados ya a caminar tres de ellas, todas requieren buenas condiciones de movilidad y cierta precaución, usando calzado adecuado y llevando agua, ropa de abrigo y recomendamos que siempre una cámara de fotos. Es el caso de Fírvado, Vioxo-Chacín y Santa Locaia, tres rutas cortas y con no demasiada dificultad.
Del interior a pocos kilómetros del mar, un buen descanso en vuestra ruta de las fervenzas es acabarla en el Mirador do Enxilde, paisaje de pastos y campos verdes que miran al Monte Pindo con el embalse en primer término. Aquí encontramos un área de merendero y un panel indicativo de este rincón también conocido como Mirador de Fray Martín Sarmiendo, pues fue el descanso de este erudito en su Diario de Viaje a Galicia allá por el 1745.
Precisamente en las aguas de otro embalse, el de A Fervenza, encontramos buenas opciones para las actividades de turismo activo que realizan empresas como Naturmaz. Este parque de aventuras es perfecto para peques con ganas de movimiento pues aquí encuentran actividades náuticas, escalada, circuito de altura, escalada o tiro con arco, entre otras.
Al caer la tarde podemos replegarnos en su parque infantil o alojarnos y buscar opciones gastronómicas en Pino do Val o A Picota, poblaciones destacadas y con todos los servicios del concello de Mazaricos.
Aquí encontramos hospedaje también para peregrinos que hacen el camino de Santiago (Camiño de Fisterra- Muxía), como el hotel Casa Jurjo, que cuenta con buenas habitaciones familiares.
Por cierto que en este concello encontramos un genuino paso de vaca, en lugar del tradicional de cebra, y es que este animal tiene mucho que ver con el desarrollo de este territorio.
Este recorrido fascinante ya en tierras de Vimianzo es etapa obligada si recorréis Costa da Morte en familia. Los más pequeños disfrutarán de lo lindo con un paseo señalizado y sencillo por el elenco de gigantes de piedra dormidos que pueblan estos bosques.
El cíclope, la osa, el caracol o la tortuga. Un total de 6,5 kilómetros de recorrido circular que nos lleva desde el simpático parque infantil junto al panel del inicio de la misma por toda esta fauna pétrea.
Por los Penedos da Cachucha, además de estas moles de roca, encontramos unas vistas increíbles sobre todo el entorno. Los paneles al pie de cada una de las figuras nos ayudan a identificarlas y a buscar nuestra fotografía en los diferentes puntos de la ruta.
Este patrimonio único conservado en el espacio de Muíños e Batáns do Mosquetín, en el concello de Vimianzo, tiene su historia vinculada al aprovechamiento del agua para moler cereal, pero también para compactar tejidos como mantas mucho antes de que otra maquinaria pudiera darles este tratamiento.
Un museo al aire libre que podemos visitar todo el año, y recorrer en visita guiada en los meses de verano, para entender bien la historia de estas infraestructuras hidráulicas a orillas del río do Porto y que funcionaron hasta mediados del siglo XX.
Si os quedáis por Vimianzo, se come de maravilla en el restaurante Pastoriza, y podéis encontrar un parque infantil para que esos peques echen unas carreras detrás del ayuntamiento.
El icono de Vimianzo es su castillo medieval, maravillosamente conservado, y lleno de vida gracias a los artesanos que en él trabajan y a las actividades turísticas y culturales que allí se realizan. Así que en vuestra ruta por Costa da Morte en Familia no olvidéis dejar un rato para visitarlo, en horario de mañana y tarde, también abierto los fines de semana.
Alfareros, sopladores de cristal, artesanos del cuero o telares para tejer, buena muestra de actividades tradicionales en la comarca que esos peques deben conocer, pues es también una muestra de saber hacer del territorio a lo largo de los siglos.
Difícil de abarcar a nuestros pies desde el mirador de Louredo, esta es una buena perspectiva antes de aproximarse a la costa por la carretera bajando hacia la playa de Carnota. En él encontramos, además de estas vistas panorámicas del entorno, una zona de merendero y un bosque de árboles muertos decorados con motivos de color por Nando Lestón.
Si pasáis unos días por Costa da Morte en familia es indispensable un paseo por el arenal más extenso de Galicia, aquí en Carnota. Unos 7 kilómetros de longitud pasando por Boca da Ría, con rocas y pozas en la marea baja, además de chiriguito y área recreativa con parque infantil, las dunas y el Rego da Larada atravesando su parte central, o su extremo sur dando paso ya al territorio de la ría de Muros e Noia.
Si hay algo que disfrutamos especialmente en este viaje, fue la quietud del entorno de O Pindo al caer la tarde, cuando el sol tiñe de naranja el paisaje.
Los turistas que visitan Ézaro, en Dumbría, para ver su célebre cascada, van abandonando la zona y nos queda la foto del ocaso para disfrutar de este paraje. Cruzando el puente sobre el río Xallas, vemos la tranquila población de O Pindo, donde hicimos noche a pie de playa, la Pensión As Areas.
El mirador de Ézaro, un pequeño paraíso que dio nombre al río Xallas en este territorio, conforma el entorno de una cascada que desemboca directamente al mar.
Os recomendamos un paseo por su litoral a pie para descubrir cada rincón de esta costa fascinante, muy turística en algunas semanas de verano, pero tranquilísima el resto del año.
En el Centro de Interpretación ubicado en el entorno de la misma, parada obligada si visitais Costa da Morte en familia, encontramos panelizadas algunas curiosidades como el por qué de los dos nombres de este río. Cómo se formó este paraje o mucha información de las rutas de senderismo señalizadas en el entorno, de entre 4 y 7 km aunque con cierta pendiente, son algunos de los contenidos del museo.
También podemos preguntar por las actividades y rutas, porque muchos de los trayectos son guiados y se pueden hacer en familia inscribiéndose previamente.
Además de la playa de Carnota, por el litoral de Ézaro, O Pindo y Cee encontramos pequeñas playas a pie de pueblo o en rincones de costa más escondidos que merecen la pena. Es el caso de Lires, o el extenso arenal de Gures, al que se accede por un bosque terminado en unas escaleras. Encontramos un merendero y mirador en uno de sus extremos, así como otros rincones litorales de piedras y arena, como el de Leiriña.
Pero en Cee podemos también degustar propuestas gastronómicas tradicionales y diversas en un ambiente moderno, es el caso del Restaurante La Marina, perfecto para familias, y donde además cuentan con menús sin gluten.
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Costa da Morte con niños en Escapalandia