Hubo tiempos en que la protección y la vigilancia de ciertos territorios fueron una prioridad. Cruzadas medievales, luchas de poder, anexiones y, por supuesto, raíces romanas en todo el territorio. En Carcassonne con niños hablamos de nuestra experiencia en esta visita, dónde aparcar, alojarse o comer en la zona.
La historia de uno de los puntos turísticos más relevantes del sur de Francia es apasionante. Hoy recorremos la ciudad con niños para contarte nuestra experiencia en este rincón predominante del País Cátaro, del que ya hablamos hace algunos días.
La cité de Carcassonne hunde sus raíces en los últimos siglos antes de Cristo. Para los romanos este importante bastión defensivo no pasó desapercibido y la incoporaron a sus conquistas. En el siglo IV había ya un pequeño castillo. Visigodos, sarracenos y un poderoso condado y una cruzada orquestada por el Papa Inocencio allá por el siglo XIII. Las luchas y saqueos se sucedieron hasta dejar este rincón en el olvido. Pero en el siglo XIX la ciudadela fue restaurada por el arquitecto Eugène Viollet-Le-Duc.
Carcassonne es una comuna francesa de cerca de 48.000 habitantes. Un enclave muy comercial y turístico que suele estar lleno de vida. Antiguos hoteles y estrechas calles muy comerciales salpicadas de casas con mucha historia. El Canal du Midi (antiguo Canal Real de Languedoc) atraviesa el centro neurálgico de la ciudad ocupado por la denominada Bastida de San Luis. Se trata de la «ciudad nueva», de origen medieval y también amurallada aunque solo en parte.
Esta red de canales comunican el Atlántico con el Mediterráneo, su importancia histórica vinculada a la navegación y las mercancías se ha quedado hoy plasmada en el trasiego de barcos que recorren esta zona de Francia por vía fluvial. El río Aude riega también la ciudad y la separa de la ciudadela, a la que se accede por el Puente Viejo (s.XIV). En todo el casco urbano encontrarás hoteles y restaurantes donde alojarte o comer. A nosotros nos gustó mucho la Brasserie Les Platanes, muy cerca de la puerta de los Jacobinos (s.XVIII).
A este punto de Occitania puedes llegar en tren, avión, barco, autocaravana o coche. Los turistas acceden por todas las vías y en la ciudad lo saben, y explotan este turismo que es buena fuente de riqueza para la zona. Además del carácter comercial de esta zona, donde encontrarás supermercados, perfumerías, y tiendas de moda, encontrarás bonitos rincones.
Para aparcar debes tener en cuenta que casi todo lo que rodea la zona más céntrica de la ciudad es de pago. Para acceder a la Bastida de San Luis nosotros dejamos el coche en torno a la Plaza del General De Gaulle. En esta zona hay parking subterráneo y también aparcamiento en superficie. Es estacionamiento regulado, es decir, debes poner un ticket que puedes sacar en las máquinas. Está pintado de azul y no resulta excesivamente caro. Esta opción de estacionamiento la tienes en todo el perímetro del núcleo comercial de Carcasona.
Si lo que quieres es visitar la ciudadela medieval, que es diferente a la zona de la que estábamos hablando, puedes caminar algo más de un kilómetro y cruzar el puente o bien dirigirte en coche a los parkings de superficie que encontrarás en la parte este de la cité, junto a la puerta de Narbona. También es de pago, aquí abonarías la factura al retirar el coche, y el precio es algo más elevado. La primera media hora es gratuita y a partir de ahí va subiendo hasta los 16 euros que cuesta aparcar unas 12 horas.
Esta ciudadela medieval emplazada al otro lado del río Aude y separada del centro por el Puente Viejo está construida sobre un promontorio. La subida es bastante dura y una vez allí, puedes recorrerla a pie con la única incomodidad de los irregulares adoquines, pero es más llana. Esta fortaleza impresiona, con sus 3 km de murallas que puedes recorrer por unos 9 euros (los niños también pagan) y sus vistas panorámicas sobre el casco urbano.
La Basilica de Saint-Nazaire (s.XI-XIV), el pozo grande y el pequeño, únicos puntos de abastecimiento de agua en la antigüedad, las dos puertas de Narbona y Aude, las lizas y la muralla exterior (s.XIII), el teatro y sus divertidos museos todos de pago como La Casa Encantada, el taller del libro, la antigua escuela, el museo de la caballería o el museo de la inquisición.
Además de esta oferta cultural y de ocio, la ciudadela está plagada de pequeñas tiendas de suvenírs, restaurantes, anticuarios, cafés y todo tipo de locales de lo más diverso. Si no te quieres parar demasiado puedes recorrerla en un par de horas. La verdad es que impresiona el estado de conservación de este recinto histórico que es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Pilar Salas
septiembre 18, 2017Hola, me gustaría ir con los peques ( 5 y 10 años ) en el puente de Diciembre, algún consejo – recomendación sobre el alojamiento? Gracias.!!
Carmen Delia Díaz
septiembre 18, 2017Hola Pilar, Gracias por tu comentario. Nosotros no nos alojamos en Carcassonne, aunque allí hay muchos hoteles y un camping pues es una ciudad muy turística, sino en Ornaisons en un apartamento rural, a unos 45 km, nos sirvió de base para recorrer el país cátaro. Puedes leerlo aquí: https://www.escapalandia.com/ruta-coche-pais-cataro/ porque te recomiendo que no te dejes las ciudades de alrededor, tan bonitas como Carcassonne.
Pilar Salas
septiembre 19, 2017Muchas gracias Carmen. Ahora estaba mirando el Auberge Gekko, y miraré algo más. ¡¡Gracias!!