La casa museo Wenceslao Fernández Flórez
A unos 15 kilómetros de A Coruña se encuentra la casa museo Wenceslao Fernández Flórez, en la finca de verano que ocupó la familia hasta el fallecimiento del escritor.
No solo recuerdos personales sino su extensa biblioteca, apuntes y objetos personales, y hasta cada uno de los artículos que el periodista publicó se recogen en este centro dedicado a la memoria del periodista.
Visitar un espacio como este tiene un gran interés cultural, social puesto que se puede ver una casa de veraneo de los años 40, obra por cierto del arquitecto Antonio Tenreiro, con buena parte de mobiliario original.
La casa museo Wenceslao Fernández Flórez es sede de la fundación que conserva el legado del escritor y un centro cultural de referencia en esta zona del concello de Cambre.
La vida de Wenceslao Fernández Flórez
Nació en A Coruña en febrero de 1885, en la casa que la familia habitaba en el número 18 de la calle Torreiro, donde podemos ver una placa conmemorativa. Su padre era profesor en el colegio Dequidt, donde también él estudió unos años. Gracias a la magnífica biblioteca que había en su casa el joven se inicia pronto en el hábito de la lectura y gusto por la literatura.
Cuando Wenceslao tenía 15 años su padre fallece, lo que explica la gran devoción que tuvo con su madre toda la vida y su pronta irrupción en el periodismo. Y es que el escritor, que tenía además cinco hermanos nacidos después del matrimonio de sus padres, ya que él fue hijo natural, se vio abocado a dejar sus estudios y empezar a trabajar.
Sus comienzos fueron el periódico La Mañana, con 16 años recién cumplidos, encargado de sucesos y haciendo periodismo de calle. Con 18 años accede a la dirección del Diario Ferrolano, y en esta etapa nace su único hijo de su relación con una modista coruñesa, si bien mantienen relación toda la vida nunca llegarán a formalizar su matrimonio y el niño llevó los apellidos de su madre.
En 1914, Fernández Flórez entiende que Madrid es su mejor opción para prosperar profesionalmente y se marcha a la capital donde trabaja en varios medios y obtiene su gran oportunidad en ABC, al suceder a un compañero que hacía las crónicas parlamentarias, género en el que el coruñés obtiene un éxito inmediato. Su relación laboral con este medio durará 48 años y durante buena parte de su ejercicio periodístico sufrirá los vaivenes de la política, campo en el que se manifestó en diferentes posiciones y tendencias, la censura, las críticas, etc.
Respecto a la literatura, sus inicios tempranos fueron con la poesía, pero pronto comenzó su labor como novelista, y se integró ya en Madrid en la tertulia de Ramón del Valle Inclán. En 1917 publicó Volvoreta, que le valió el Premio Bellas Artes, y posteriormente obtuvo el Premio Nacional de Literatura con El Secuestro de Barba Azul. Después vendrán otras muchas publicaciones exitosas, relatos cortos, cuentos, crónicas de viajes y estancias en diferentes comunidades y países del entorno.
La guerra civil le sorprende en Madrid, donde se ve obligado a esconderse y huir, refugiándose en la embajada Argentina, luego en la Holandesa, con la que está a punto de poder exiliarse desde el puerto de Valencia, pero finalmente acaba escapando desde Barcelona por la frontera de La Junquera. Entre Portugal y Cecebre transcurren los años siguientes. Tras la guerra, aplaude el triunfo nacional, pero acaba por sentirse coartado en su libertad de expresión, lo que le lleva a dejar de lado la crónica política en la que había alcanzado grandes éxitos y se centra en la crónica taurina y futbolística así como en los guiones cinematográficos.
En 1943 publica El Bosque Animado, su novela favorita. En 1950 A Coruña le nombra hijo predilecto, y Cambre descubre un monolito con su imagen en Cecebre, donde se localiza su novela más famosa. Tras el fallecimiento de su madre, con 99 años, muere en Madrid el escritor tras un tiempo encamado y enfermo, y fue enterrado en el cementerio de San Amaro en 1964.
Residencia y refugio en Cecebre
La familia de Wenceslao pasaba la temporada estival en la zona, primero en una casa alquilada y posteriormente, en los años 40, en la que ya es su casa y hoy sede de la fundación que lleva su nombre.
En ella se atesora la biblioteca particular del escritor, ejemplares de muchas publicaciones en las que colaboró, correspondencia, fotografías, documentos personales, objetos, mobiliario, y un sinfín de reseñas y apuntes del escritor.
A poca distancia encontramos ese espacio que él retrata en El Bosque Animado, la fraga de Cecebre. Un reducto natural cada vez más amenazado por la civilización que aún conserva una ruta con el nombre de la novela y algunas sendas de paseo en plena naturaleza.
Visitar la casa del escritor
Además de las actividades culturales y divulgativas que allí se celebran, la casa cuenta con un espacio en el cobertizo dedicado a exposiciones temporales vinculadas al folclore, música u otras expresiones del entorno municipal. Actualmente podemos ver una muestra de instrumentos de sonido y memoria musical de la zona, además de fotografías familiares del escritor.
Para visitar la fundación Wenceslao y su casa museo hay que concertar previamente cita por correo (fundawenceslaoff@gmail.com o en el teléfono 679 369 905. El horario de visitas es de 12 a 14 y de 17 a 20 horas.
Villa Florentina, la casa museo Wenceslao Fernández Flórez también posee un campo de croquet que está abierto los domingos por la tarde para el uso de los vecinos y en temporada de verano.
Por
Carmen Delia Díaz
, 4 de septiembre de 2024
Carmen Delia Díaz
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Carmen Delia Díaz
Filóloga, periodista y guía turística oficial de Galicia, especializada en comunicación empresarial, recursos turísticos y turismo familiar y cultural