Este post podría llamarse también La ciudad de las bicicletas. Si es la primera vez que viajas a Holanda seguro que esto es lo primero que te llama la atención: los enormes aparcamientos con miles de bicicletas en diferentes puntos de la ciudad. Y es que Amsterdam, es una ciudad muy llana donde la gente en un gran porcentaje se desplaza en este medio de transporte. En Holanda con niños: Amsterdam nos centramos en las zonas infantiles de esta ciudad y también otras muchas curiosidades de la zona.
El ambiente multicultural, la tranquilidad de la gente, los mercados de flores, las velas encendidas y la poca iluminación en los restaurantes, sus canales, su arquitectura y su filosofía de vida. Rasgos de una ciudad que hay que visitar al menos una vez en la vida.
Es uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. Es fácil llegar desde la estación central, bien comunicada con el aeropuerto de Schipol. En esta plaza confluyen muchas calles y por eso está llena de gente día y noche. Los holandeses se mezclan con los turistas, y abarrotan los restaurantes, coffeshop y puestos callejeros que se ubican en la zona.
No dejes de tomar algo en el Café Americain, construido en 1882 con un diseño vanguardista y que constituye una joya del Art Nouveau. Dicen las guías de viajes que aquí celebró su banquete de bodas la célebre Mata Hari. Está lleno de turistas, pero también algunos amsterdameses que quieren tomar un café tranquilo, en sus características bandejitas con un vaso de agua y un bombón.
Los dos puntos culturales obligados de la ciudad son el Rijksmuseum y el Museo Van Gogh. El primero es uno de los más más grandes del mundo, y en el se pueden ver obras de los principales pintores holandeses del siglo XVII como Rembrandt, Jan Vermeer o Salomon Ruisdael, entre otras muchas cosas como la cerámica de Delft.
El Museo Van Gogh es más moderno pero es recomendable pues cuenta con 200 cuadros y más de 500 dibujos de este genial pintor, que por cierto murió sin haber vendido un solo cuadro. Pero como Amsterdam es una ciudad de constrastes hay otros muchos museos curiosos que debes ver como el Stenderlijk, con obras de Picasso y Mondrian, el Museo del Té y el Café o el Spaarapottenmuseum o museo de las huchas.
La Cervecería Heineken ya no funciona como fábrica pero se puede visitar y es un punto de interés turístico importante, así como la Casa Museo de Ana Frank, donde esta niña judía vivió y escribió su famoso diario.
También hay en la ciudad museos dedicados a la Biblia, la Tortura, la Escritura, la Resistencia, los Tranvías Eléctricos o el Max Euwe, dedicado al ex-campeón del mundo de ajedrez.
Si hay algo que les gusta a los habitantes de la ciudad de los canales son las flores. Verás flores en las ventanas, en los restaurantes, en los puestos y mercadillos a donde cada sábado o domingo se acercan familias a comprar ramos de flores, semillas o plantas. Todos los turistas van a hacerse fotos al Mercado de las Flores, en las barcazas de Koninsplein, donde puedes comprar semillas y bulbos de tulipán, la planta típica del país.
Al este de la ciudad, en Waterloplein o el Mercado de las Pulgas, se instala un rastro donde puedes ver objetos de artesanía, ropa de segunda mano y algunas antigüedades.
Un buen plan para hacer en Amsterdam es pasear en bici o tranvía y poder recorrer hasta el último rincón de la ciudad. Los turistas suelen pararse en la plaza Dam, origen de la ciudad con la colocación del primer dique en el siglo XII y donde se ubican el Palacio Real, el Monumento Nacional y la Iglesia Nueva.
El barrio judío y sus alrededores, es también un paseo agradable, donde encontrarás la Casa Palacio de los Tripp, la Casa de las Indias Orientales y la casa de Rembrandt, así como el Museo histórico de los judíos y la sinagoga portuguesa.
Impresiona conocer Beginjnhof, en la zona del Spui, donde se puede ver la casa más antigua de la ciudad y la única todavía de madera. Está en una manzana de casas con un patio interior y a la que solo se puede acceder por dos puertas. Un oasis de tranquilidad en el medio de Amsterdam, que ya de por sí es una ciudad tranquila.
El barrio rojo, al este del Dam es también un punto de encuentro de quienes buscan fotos de cada rincón de la ciudad. De noche verás este Red Light District repleto de luces rojas y siempre rodeado de turistas y curiosos.
Lo primero que debes mirar si vas con niños a esta ciudad es que, o buscas un hotel con ascensor o si te alojas en el centro histórico muchos de los edificios son de poca extensión, y cuentan con estrechas escaleras de caracol por las que no cabe un carrito. Por lo demás, es una ciudad muy accesible, en la que verás muchos niños y familias, por lo que puedes ir a cualquier sitio con ellos, con la única precaución si son muy pequeños de los canales y el carril bici.
La capital holandesa tiene unos 30 parques de los cuales el más conocido es el Vondelpark. En él encontrarás además de amplias zonas verdes varias cafeterías junto a parques infantiles. El Westerpark, Amstelpark o Rembrandtpark tienen zonas infantiles e incluso un minizoo con animales.
Si el tiempo se pone feo siempre puedes acercarte al Museo de la Ciencia (NEMO), muy enfocado a niños. A ellos les encantará ver la réplica del velero llamado como la ciudad en el que pueden entrar y ver cómo es la vida a bordo. Abre los fines de semana y los menores de cuatro años entran gratis.
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