Un lugar sorprendente y que, aunque en verano está repleto de visitantes, el resto del año podrás disfrutar en tranquilidad. Esta playa está mar adentro pero, a través de sus cuevas el mar llega a bañarla. Os hablamos de una rareza entre los arenales españoles como es Gulpiyuri, declarada monumento natural.
Lo primero que seguramente te preguntas es cómo llegar, porque aunque está muy cerca de la Autovía A8 el acceso no es sencillo. Si abandonas esta vía en la salida 306 verás una senda de arena a un lado, en la carretera de circunvalación. Ojo porque algunos navegadores pierden el hilo y te marean por carreteras por la zona.
Siguiendo el camino veremos algún tramo más ancho donde dejar el coche. Lo ideal es aparcar y seguir caminando. La senda se estrecha y se bifurca. Si tomamos a la derecha vamos directos al arenal.
Ya estábamos acostumbrados a playas asturianas llenas de cuevas, rocas singulares, piedras en lugar de arena, arena negra, y pozas de agua natural. De muchas os hemos ido hablando por aquí. Pero esta se lleva la palma pues, estando a cien metros del mar, Gulpiyuri tiene agua salada.
Todo el entorno está declarado zona de importancia comunitaria (LIC) y ZEPA, zona de especial protección de aves, aún así, al menos en verano, el turismo de masas hace que esté bastante descuidada y es una pena.
Gulpiyuri es un arenal redondo y bastante amplio en la marea baja, de composición cuarzosa, y a la que llega el mar por una pequeña grieta en la roca. En pleamar, es una preciosa piscina marina en medio del campo, a unos cien metros del acantilado rocoso.
Aunque en la zona hay un chiringuito algo distante de la playa, en las inmediaciones de este paraje no hay nada más que naturaleza. Así que si vas con niños lleva todo lo necesario.
Puedes bañarte o jugar en la arena, y pasear hasta el acantilado subiendo una pequeña elevación en donde viven algunos caballos en semilibertad. El acantilado entre la playa de San Antolín y la de la Huelga, es bastante elevado y rocoso, a mar abierto.
Booking.comEsta bellísima playa está en el concejo de Llanes. Realmente, por los comentarios en internet sobre Gulpiyuri me doy cuenta de que hay gente que no ha entendido nada. No es una playa para ir a tomar el sol y bañarse, es un monumento natural.
Un espacio litoral para recorrer a pie, cámara de fotos en mano, y disfrutarla y enseñarla a nuestros hijos. Desde luego que, si hace calor y el día se presta, podemos darnos un chapuzón. Pero Gulpiyuri es un arenal salvaje y, aunque yo la visité en verano y rebosante de coches y gente, debe ser fantástica en otoño, en primavera o en invierno, con la soledad que nos da la posibilidad de escapar de la temporada turística.