En la presente guía nos centramos en la ciudad de Ávila con niños. Esta ciudad es una de las 15 que cuentan con la declaración de Patrimonio de la Humanidad en España. Forma parte de esta red desde 1985, cuando la UNESCO reconoció formalmente sus valores universales excepcionales que deben ser conservados y transmitidos como legado para las generaciones venideras.
La candidatura se basaba en aportar un testimonio único de una civilización desaparecida. Pero también rendía reconocimiento a su muralla, que la ha conservado como ciudad fortificada íntegramente y acogiendo en su interior numerosos monumentos también en buen estado de conservación.
Desde esta web promovemos la cultura y la defensa de nuestro patrimonio, y así queremos transmitirlo a nuestros hijos. Por lo que nos parece interesante ofreceros una guía para una escapada a Ávila para que podáis visitarla en familia.
Ávila es la capital de la provincia del mismo nombre, y forma parte de Castilla y León. Administrativamente limita con Madrid al este, con Segovia y Valladolid al norte, con Salamanca y Cáceres al oeste, y con Toledo al Sur.
Geográficamente se ubica entre el Sistema Central y la llanura. Es la capital de provincia más elevada de España, a un total de 1.131 metros sobre el nivel del mar.
Es una ciudad relativamente pequeña, en un municipio de 231 km2 y cuenta con una población en su capital de unos 57.744 habitantes, según el censo de 2019.
Está bien comunicada por carretera con Madrid, a través de la A6 y luego tomando la AP-51. Así como con otras ciudades como Plasencia (Extremadura), Salamanca (por la A-50), Tordesillas o Toledo. Y está situada a 115 kilómetros de la capital de España y a 121 de la capital autonómica que es Valladolid.
Para llegar en avión habría que hacerlo a través del aeropuerto de Madrid-Barajas. Y respecto a las comunicaciones en tren, se puede llegar desde la capital a través de la red de ferrocarril haciendo un trayecto directo de entre hora y media a dos horas, en función de las frecuencias. También cuenta con estación de autobuses con viajes a diferentes destinos y horarios.
Esta capital española está amurallada en su totalidad, al igual que la ciudad de Lugo, pero sus murallas medievales tienen una longitud de 2.516 metros, sumando 2.500 almenas, 87 cubos o torreones y 9 puertas. Sus muros miden 3 metros de grosor y unos 12 metros de altura.
Rodea el casco antiguo de la localidad, y está declarada Patrimonio de la Humanidad conjuntamente con su casco antiguo y las iglesias ubicadas extramuros. Se considera el conjunto amurallado medieval mejor conservado de España y probablemente de Europa.
Buena parte de estas murallas se pueden recorrer por su parte superior accediendo por diferentes puntos como son la Casa de las Carnicerías, el Arco del Carmen, la puerta del Puente y la puerta del Alcázar. El trayecto es de pago y se puede hacer en horario continuo de 10 a 18 h en invierno y hasta las 20 horas. El martes a mediodía se puede hacer visita gratuita. En la web de la muralla podéis informaros.
Además de ser el símbolo de la ciudad, también están declaradas Monumento Nacional y, la parte antigua, Conjunto Histórico-Artístico. No solo la parte que está dentro de las murallas es Patrimonio de la Humanidad, sino también las iglesias de San Vicente, San Pedro, San Andrés y San Segundo, y posteriormente San José, Santo Tomás, San Martín, Santa María de la Cabeza y San Nicolás.
Además de este ingente patrimonio defensivo y religioso arriba mencionado, que constituyen las visitas más importantes de Ávila, encontramos también diferentes puntos de interés a nivel histórico y artístico.
Monumentos funerarios neolíticos como el Dolmen de Prado de las Cruces, los restos romanos de la plaza del Mercado, o las antiguas tenerías del Arrabal de San Segundo, dedicadas al curtido de cuero de manera artesanal, son parte de las visitas obligadas.
Y otro de sus exponentes patrimoniales es la Catedral de San Salvador, un templo construido entre el siglo XII y el XV, adosado a la muralla, y en la que encontramos transición del estilo románico al gótico, considerándose en la actualidad la primera catedral gótica de España.
Castilla y León conserva en su legado cultural una férrea tradición cristiana, y en esta localidad surge la figura de Teresa de Jesús, canonizada en 1622 y proclamada doctora de la iglesia católica. Mujer de gran carácter según sus biógrafos, Teresa de Jesús reformó la Orden de las Carmelitas Descalzas, fundó numerosos conventos y adquirió gran relevancia como mística y escritora.
Su legado permite a muchas personas interesadas en su figura y obra realizar una ruta teresiana por diferentes localidades donde vivió la santa. Empezando por su convento e iglesia, levantados sobre el solar de su casa natal, y donde se ubica el Museo Teresiano, precisamente en la cripta. Podemos seguir por el Centro de Interpretación de la Mística, un museo único diseñado para transmitir su legado a nivel espiritual y cultural.
En la iglesia de San Juan, cerca de la Calle Caballeros, fue bautizada la santa y se conserva la pila. Saliendo de la ciudad, cruzamos el puente de Adaja en dirección a Salamanca, y podemos ver el humilladero de los Cuatro Postes, donde Teresa y su hermano tuvieron vivencias de niños.
El monasterio de la Encarnación fue donde más tiempo vivió. Está fuera de las murallas de la ciudad y allí tuvo por maestro y director espiritual a San Juan de la Cruz. Otro punto de interés es el convento de San José o de las Madres. Y por último el Palomar de Teresa en Gotarrendura, el convento de Duruelo y el pueblo de Becedas.
En el siglo VIII la ciudad fue ocupada por los árabes y permaneció bajo dominio musulmán hasta el siglo XI, cuando Alfonso VI ordena repoblar esta y otras ciudades castellanas. Las murallas primitivas fueron reconstruidas durante esta etapa medieval y se han conservado hasta nuestros días.
En este caldo de cultivo y en su época de esplendor, la comunidad judía dejó también su huella cultural en la ciudad, y hoy podemos recorrer lugares como el barrio judío. Los interiores de la basílica de San Vicente o San Pedro, conservan vestigios de estas comunidades, pero también zonas como la calle de los Reyes Católicos, antiguos puntos de comercio regentados por judíos, o los emplazamientos de antiguas sinagogas como la de Belforad, donde hoy está la capilla de Nuestra Señora de las Nieves.
Booking.comEl Juradero, la calle Vallespín, la calle de los Zapateros, la puerta de la Malaventura y el área en que fueron confinados en el siglo XV, la calle del Pocillo o el entorno de la calle Telares, entre otros muchos lugares donde rastrear el legado de esta población. También merecen atención especial la Posada de la Estrella o el cementerio judío, en los terrenos del actual monasterio de la Encarnación.
Las Tenerías de San Segundo, fueron un entorno de actividad artesanal donde muchos judíos desarrollaban su trabajo. Está en la margen del río Adaja y alberga un Centro de Interpretación de la Naturaleza de la Ciudad.
La ciudad de Ávila está integrada en la Red de Juderías y suele organizar actividades y rutas relacionadas con este legado cultural.
Y si por algo más destaca Ávila, su casco antiguo prácticamente peatonal, con restricciones al tráfico rodado, es por sus palacios. Hasta 15 de ellos podemos rastrear en una ruta tranquila por la ciudad que podemos hacer caminando.
Es el caso del Palacio Real de Santo Tomás; la Casa de Blasco Núñez de Vela, que tuvo uso como Real Fábrica de Textiles; el Palacio Caprotti, un espacio que alberga la obra de este pintor; el Palacio de los Mújica, sede de la Diputación de Ávila; la casa de los Dávila, un palacio gótico y fortificado; el Palacio de los Velada, transformado en hotel; el Antiguo Palacio Episcopal; el Palacio de los Águila; el de los Verdugo, el Bracamonte o la Casa de las Carnicerías, entre otros.
Son solo algunos de los edificios renacentistas que se levantaron en la ciudad en su época de mayor esplendor.
Aunque ya hemos ido mencionando algunos como la Catedral (que alberga el Museo catedralicio) o el Centro de Interpretación de la Mística, Ávila acoge también otros lugares que visitar de gran interés. Es el caso del Centro de Interpretación del Mundo Vettón, un espacio ubicado en las caballerizas del Palacio de los Mújica y donde podemos conocer la cultura de un pueblo que habitó la zona antes de la llegada de los romanos.
El Museo de Arte Oriental, otro de los puntos de interés, o el Museo de Ciencias Naturales, con ejemplares de los cinco continentes, completan nuestra ruta. Podríamos seguir por el Museo Provincial de Ávila, con arqueología, bellas artes y etnología. O el Museo del Ejército, situado en el Palacio de Polentinos.
Por Ávila pasa el Camino del Sureste, una ruta jacobea que une el Mediterráneo con Alicante, Murcia y Valencia, y llega hasta Santiago. En total son unos 1.100 km y está marcado con las características señales amarillas.
Está documentado desde el siglo XVI y pasa por diferentes rincones de la ciudad en un trazado de sureste a noroeste. Es el caso de la ermita de la Virgen de las Aguas, el Monasterio de Santo Tomás, la iglesia de Santiago, la puerta del Rastro o la plaza del Mercado Chico, entre otros puntos.
La festividad local es Santa Teresa, que se celebra el 15 de octubre, y San Segundo, el 2 de mayo. La primera hace referencia a la Santa anteriormente comentada, y el patrono de la ciudad lo es por haber predicado su fe por tierras abuelenses, y porque sus restos reposan aquí siendo lugar de peregrinación para muchos.
Además esta ciudad cuenta con una Semana Santa declarada de interés turístico internacional. Se celebra en el marco incomparable del casco histórico, y su tradición sobrepasa los 500 años con confradías centenarias involucradas en el desarrollo de estos actos religiosos.
En noviembre se desarrolla la Muestra Nacional de Teatro, que mezcla representaciones modernas y clásicas. Y en septiembre se desarrolla en la ciudad la muestra CIR&CO, de carácter autonómico, que reúne a compañías de relevancia en la ciudad. A mediados de julio se celebran las fiestas estivales, con cine, música folk, deporte, conciertos y espectáculos diversos. Y también podríamos destacar el concurso Ávila en Tapas, que tiene lugar a finales de junio.
Otro de los aspectos por los que destaca Ávila es por su gastronomía. Las judías del barco y el chuletón de ternera -indicación geográfica protegida- conforman dos elementos típicos de la ciudad. Pero también otras legumbres de las riberas del Tormes, el garbanzo de La Moraña, o el cabrito, cordero o cochinillo asado. En el capítulo de embutidos el hornazo, un pan relleno de chorizo, tocino, lomo y huevo, es también una especialidad local.
El tapeo es deporte nacional al igual que en otras ciudades españolas, así que en los bares del centro encontraréis pinchos con cada consumición, como callos, mollejas, tortilla o empanada. Las sopas castellanas, los asados, o los guisos, incluyendo algunos pescados como las truchas fritas o el bacalao, completan una oferta gastronómica que es también emblema de la ciudad.
El postre o plato dulce por excelencia son las Yemas de Santa Teresa. Podréis encontrarlas en alguna de las pastelerías típicas de la ciudad, pero también los melocotones de Burgohondo, la manzana reineta del Barco de Ávila, la cereza del Valle del Tiétar o el higo de Poyales. Y otros elementos para adictos a la sobremesa como mantecados, jesuitas, empiñonados, perrunillas o torrijas.
Booking.comA los platos típicos y su sabor, se une la tradición de tantos establecimientos de hostelería que se asientan en edificios históricos y con mucho encanto. Es el caso del Molino de la Losa, un local junto al río Adeje y fuera de las murallas de la ciudad, el restaurante Siglo XII o la Taberna de los Verdugo.
Los productos típicos de la ciudad que podemos encontrar en tiendas de suvenires pasan por elementos de artesanía como el cuero o las joyas de filigrana. También se pueden comprar productos gastronómicos como la sidra o la cerveza artesanal.
El ayuntamiento de Ávila abarca cuatro zonas consideradas Red Natura 2000, y tres son además zona ZEPA, de especial protección a las aves. Algunos de estos lugares son Encinares de la Sierra, una reserva de aves como el águila imperial y el águila real. Los encinares de los ríos Adaja y Voltoya, que se interna un poco en territorio segoviano y donde también habitan águilas.
El campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos es otra zona declarada ZEPA, compartida con Segovia, y que abarca el embalse de Serones. Cigüeñas, aguiluchos o halcones viven en este territorio que merece la pena conocer en una visita pausada por la provincia, así como tambien las riberas del río Adaja.
La Sierra de Gredos es otro espacio natural protegido que podemos ver en la provincia. Un paisaje modelado por la acción de un glaciar que conforma lagunas, gargantas, riscos, etc. El puerto de Casillas y el Valle de Iruelas, el pinar de Hoyocasero, el valle del Tiétar o las sierra de la Panamera y Serrota son territorios igualmente salvajes de los que podemos buscar información para una ruta de turismo de naturaleza.
Un lugar muy vinculado a esta tierra y que dista unos 7 kilómetros de la capital es la ermita de Nuestra Señora de Sonsoles. Está en el valle Amblés y hunde sus raíces en el siglo XV, construido sobre un templo anterior que se remodeló dada la devoción suscitada en todos sus contornos.
Este santuario incluye lo que fue un antiguo hospital, la sacristía y museo de exvotos u ofrendas que la gente deja para agradecer o testimoniar milagros, y el camarín de la Virgen. Además existe una zona de merendero en su entorno para acoger las visitas, que se pueden llevar a cabo entre las 8 de la mañana y las 21 horas, hasta las 19 h para ver la ermita. Se celebran actos religiosos todos los domingos y festivos en varias horas, y también a las 18 h en días laborables.
Viajar a Ávila en coche desde Madrid nos puede proporcionar una experiencia completa. Además de ver la ciudad y sus alrededores, podemos trazar una ruta que nos lleve, atravesando la sierra de Guadarrama, con temperaturas más suaves en verano y nieve en invierno, hasta la increíble ciudad de Ávila, rodeada íntegramente por murallas medievales. En la imagen veis la foto del mapa que saca la guía Michelín, una buena opción para buscar carreteras con encanto y personalizar las rutas.
Trincheras y cicatrices de la guerra civil española, un espacio natural protegido como Parque Nacional, y sobre todo pueblos de carretera eminentemente tranquilos con la desviación del tráfico a la autovía A6. Estos y otros elementos podemos encontrar de camino en una ruta de turismo slow.
La distancia total es de algo más de una hora, pero si además de usar la A6 para los primeros kilómetros, nos desviamos a la altura de Guadarrama para tomar la antigua nacional VI, descubriremos pueblos y rincones en los que seguramente hace muchos años que no paramos.
Por la zona encontraremos numerosas sendas señalizadas tanto por el tema de la transhumancia, el traslado de ganado de un lugar a otro, como por las cicatrices de la guerra civil que aquí quedaron en forma de trincheras, bases de ametralladoras o puestos de mando.
El Alto del León marca el punto en el que pasamos de la provincia y Comunidad Autónoma de Madrid a Castilla y León, concretamente a la provincia de Segovia. Desde el entorno de este punto, podremos ver ante nosotros buena parte del parque natural.
Viajando en coche desde Madrid, si os apartáis de la nacional VI en Villacastín y tomáis la nacional 110 hacia Ávila, evitaréis el peaje y descubriréis un paisaje muy rural y salvaje, pasando por poblaciones como Aldeavieja, Mediana, Berrocalejo o Vicolozano.
Recorriendo la muralla de Ávila con niños
De Madrid a la ciudad medieval