Ya hace algunos años, cuando hicimos el Camiño Norte entre Ribadeo y Lourenzá, os contamos algunas claves y rincones que ver en la ruta. Pero hay algo que no pudimos visitar en aquella ocasión y que recientemente está siendo puesto en valor por vecinos de la comarca. ¿Sabes cuál es el secreto mejor guardado del Santuario de las Virtudes de Arante?
No hace mucho, visitando un importante enclave en el concello de Barreiros del que pronto os hablaremos, nos topamos con un estudioso de la zona, sobre todo en la parte histórica y artística, llamado Emilio Piñeiroa Lozano. Oriundo de Celeiro de Mariñaos, su trayectoria vital y profesional está vinculada a Foz y Ribadeo en el ámbito de la enseñanza.
Ahora se dedica a investigar y dar a conocer el importante patrimonio de esta zona de A Mariña Lucense, participando en visitas con algunos grupos y a través de publicaciones y divulgación de puntos como las huellas prehistóricas y el megalitismo, los palomares y antiguos molinos de viento, el Camiño Norte y este lugar del que os hablamos hoy el Santuario de las Virtudes, porque precisamente tuvimos la oportunidad de visitar este lugar con él para conocer muchas de sus peculiaridades.
Durante años se consideró este edificio una iglesia común, vinculada eso sí al Camino de Santiago y a un acontecimiento histórico de primer orden, como es la derrota de los franceses el 25 de enero de 1809 en las inmediaciones del puente de Arante. El aspecto exterior de la iglesia no da muchas pistas del valor histórico de su interior.
Hay constancia del santuario desde el siglo XVI, a través de donativos, ofrendas y celebraciones. Es de una sola planta y conserva un retablo central que alberga una talla de Nuestra Señora de las Virtudes, sobre ella un Cristo Crucificado del siglo XVIII y a los lados de la iglesia dos retablos más pequeños datados en los siglos XVI y XVII. Así se detalla en la publicación Nosa Señora das Virtudes, de Emilio Piñeiroa, editado por la Xunta de Galicia.
Pero la joya de la corona son las pinturas murales, descubiertas en los años 70 cuando el párroco José Ferreiro vio caer un trozo de cal y descubrirse el rostro de una de las figuras que hoy se conservan a la derecha del altar. En el año 2000 la Consellería de Cultura subvencionó la recuperación de estas pinturas que están conservadas tal cual, sin retocar, de hecho hay algunos fragmentos perdidos.
Las escenas góticas, algunas de ellas con rasgos de transición al renacimiento, están datadas en el siglo XVI en los casos en que se desconoce la fecha exacta, según diferentes expertos, y recogen escenas de la vida de Jesús como la matanza de los inocentes o la huida a Egipto. Similar escena se puede ver restaurada en la Catedral de Mondoñedo, en los laterales de su nave central.
Precisamente el experto también de la zona de A Mariña, Roberto Reigosa, nos apunta sobre el tema que son «arcaizantes en su técnica gótica», datables en la primera mitad del XVI, haciendo referencia a todo este gótico mural de A Mariña. Sobre la autoría de las pinturas nos indica que toda esta expresión pictórica de la época en la comarca podría atribuirse a Juan Llombart, que está constatado que se encargó de las pinturas de Cadramón y Consistorio Viejo de Mondoñedo.
A ambos lados del altar, en el propio arco, se pueden ver decoraciones vegetales y la figura de dos dragones y una imagen de un noble rico frente a la de un esqueleto disparando una flecha. En la parte izquierda de la nave central hay una pintura fechada en 1516 y encargada por Pedro Pardo de Aguiar, Señor del Coto de Samarugo. Se trata de escenas de la vida de la Virgen.
Pero la más interesante, al menos a juicio propio, es un exvoto pictórico relatando un milagro obtenido por esta advocación, la Virgen titular del Santuario. Siempre me han apasionado esos cuadros, figuras de cera, fotos o cartas que los fieles dejan en los templos de peregrinación. Recuerdo de niña ver muchos de ellos en la iglesia de Villaselán, en Ribadeo, pero también en el Santuario de la Virxe da Barca de Muxía, Pastoriza en A Coruña, y otros rincones de Galicia.
En esta ocasión se trata de un capitán de Infantería, Domingo de Carranza e Aguiar, lo cual confiere más credibilidad a la historia, que fue un marino español documentado históricamente y que sirvió para el rey Felipe II en la Armada según recoge la citada publicación de Piñeiroa. Su barco se ve sorprendido por una tempestad, reflejada pictóricamente en tres imágenes: la salida del puerto, el barco con el mástil roto y numerosos daños, y la llegada a un puerto gallego sano y salvo.
La historia transcurre en los últimos años del siglo XVI y es pintada en estos muros en 1606 como cumplimiento a la promesa adquirida al salvar su vida y acompañada de un vestido para la talla de la Virgen, una lámpara de plata y una arroba de aceite para iluminar la capilla.
Durante el mes de agosto, los domingos, después de la misa que se celebra a las 11 horas, se podrán recorrer los retablos y pinturas murales de este lugar de la mano del investigador y divulgador Emilio Piñeiroa.
Si os interesa verlo no dejés de acercaros, son de carácter gratuito y podéis aprovechar para saciar vuestra curiosidad sobre el tema porque además de conocer la historia de las pinturas, el santuario, o el antiguo hospital de peregrinos, os podréis empapar de diferentes interpretaciones sobre las mismas.
Booking.com
Para llegar a Arante solo hay que seguir las señales desde la glorieta de entrada a Ribadeo, la del barco, frente al instituto, y tomando a mano derecha hacia Santa Cruz. El tramo coincide bastante con el Camiño Norte en su etapa de Ribadeo a Lourenzá y está a 10 kilómetros de la capital municipal.