Lugo es un tesoro turístico del que suele destacarse la muralla romana, su catedral o sus interesantes fiestas, como el San Froilán. Pero en esta ocasión queremos centrarnos en el Parque Fluvial del Miño, en la parte extramuros, declarada en el año 2002 reserva de la biosfera.
Se accede por la antigua nacional VI, aunque también se puede llegar a pie desde el centro, pues no llega a un paseo de un kilómetro desde la catedral. Es una amplia zona verde a orillas del río Miño en la que hay sendas para caminar con una distancia superior a los seis kilómetros.
Con niños es interesante tomando como punto de partida el puente romano, que es peatonal, hasta la zona del palacio de congresos y ferias. En este punto hay un parque infantil cubierto con una carpa, lo cual es interesantísimo tanto para los días de lluvia como para los días de sol. Además de columpios tiene tubos para gatear, estructuras para trepar, toboganes, pasarelas, etc. Alrededor también hay mesas para comer y mucho espacio verde donde jugar a la pelota o tomar el sol.
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Parque infantil cubierto en Lugo |
De aquí al balneario hay un paseo interesante de otro medio kilómetro, aproximadamente, por lo que los niños pueden hacerlo sin problema y además es todo accesible. Una vez en el hotel balneario, podemos visitar las ruinas de las termas romanas, construidas en pizarra y ubicadas debajo del edificio del hotel, que también cuenta con una larga trayectoria histórica.
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Termas romanas de Lugo, bajo el balneario |
La visita a las termas es gratuita y accesible, aunque hay que tener ojo con los muy pequeños porque las barandillas son «minimalistas», de solo un alambre a un metro de altura. Se ven enseguida porque solo son dos salas -vestuario y baños calientes- pero están rehabilitando otro espacio anexo. Es interesante explicar a los peques para qué usaban aquellas construcciones los romanos su cultura en torno al uso y aprovechamiento del agua.
Por toda la zona hay lugares excelentes donde comer pues Lugo es una ciudad con grandes cualidades gastronómicas. A nosotros nos gustó una brasería que hay cerca del río, pues además de contar con tronas y cambiador en el baño fueron muy amables con los niños.