Ya sabemos que en Galicia hay un buen número de castros por todos los rincones de la costa o el interior. Hoy os hablamos de uno que no es precisamente el más destacado por su tamaño ni está totalmente excavado pero sí se encuentra en un tramo de costa privilegiado, en la parroquia de Vilaselán.
En A Mariña Lucense, en Ribadeo, mirando al famoso faro de Illa Pancha, encontramos un yacimiento que se cree que fue levantado en torno al siglo II a. de C. y se conoce como el Castro das Grobas. Muy cerca, un pequeño santuario acoge historias curiosas y es un lugar venerado por muchas personas de la zona.
Booking.comCuando era niña recuerdo visitar este lugar y también oír contar que aquí se encontró la Diadema de Ribadeo, un accesorio usado para ceñir la ropa o el cabello, y que tiene grabadas escenas de doma de caballos. Es de oro y se conservan tres fragmentos, que al parecer están en el Museo Arqueológico de Madrid, en el Instituto Valencia de Don Juan y en el Museo Saint Germain-en-Laye de París.
Pero realmente hemos podido leer diferentes teorías sobre dónde fue encontrada esta diadema. Algunos historiadores creen que pudo encontrarse en este Castro das Grobas, sin embargo, en el catálogo del Museo Arqueológico Nacional se indica que la pieza procede de Moñes, en Llanes (Asturias), y en su ficha podéis leer que incluso se pensó que procedía de Los Oscos, también en Asturias.
Uno de los paseos más agradables que podéis hacer desde Ribadeo es precisamente la senda litoral hasta Rinlo. Unos 6-7 km tomando la carretera que sale desde Vilaselán, camino de Illa Pancha, a la izquierda y señalizada como Praia de As Catedrais. Y es que por esta carreterita también se llega a la playa más famosa de A Mariña Lucense.
Pues bien, para llegar al castro hay que caminar unos 600 metros por esta carretera, que apenas tiene tráfico, y desviarnos por un campo al ver la señal del castro. Y a unos 200 metros más está la zona bajo la cual está el poblado prerromano fortificado. Sus restos están bajo tierra pues solo se ha excavado parcialmente. En cualquier caso, la vista desde su parte más alta es imponente hacia el faro de Illa Pancha, y la pequeña playa de Rocas Blancas.
Si continuamos la carretera hacia Rinlo pasaremos por rincones de costa maravillosos, en plena naturaleza pues apenas hay edificaciones en esta franja costera, con algunas pequeñas calas o zonas rocosas. Es un paseo que se puede hacer desde Ribadeo caminando o en bicicleta por una senda asfaltada en su gran parte.
Otro de los secretos mejor guardados de esta zona es el santuario de Vilaselán. Por fuera no tiene gran interés, pero suscita muchísima devoción en la zona, y su interior está lleno de antiguos tesoros, no tanto por su valor material sino por los milagros que narran.
Exvotos y objetos de cera que muchos fieles traen, o cuadros de antiguas travesías marítimas y maquetas de barcos, precisamente porque esta virgen se considera protectora de la gente del mar. Pero también podemos ver aquí la antigua talla encontrada en el mar, “la santa” con la que los vecinos se bendicen recitando una antigua oración, o un libro en el que los fieles escriben peticiones, favores o agradecimientos.
Uno de ellos, el más detallado que podemos encontrar expuesto en esta iglesia de Vilaselán, cuenta que en 1775 salía del río de Londres para España el “paquivot” (paquebote) llamado Purísima Concepción, comandado por Josef Reguera, vecino de Figueras.
Al llegar frente a la isla de Wik (quizá isla de Wight) el barco se vio sumido en una borrasca. Al perder toda esperanza, se encomendaron a la Virgen de Villaselán, prometiendo visitar el templo y dar limosna. La embarcación logró regresar a la ría sin daño.
Si os da el hambre de excursión por la zona, hay una zona de merendero en la Illa Pancha, sobre la playa de Rocas Blancas, donde os comentábamos que hay una pequeña cala más aprovechable en marea baja. La playa mira al penedo de A Insua, también en la parroquia de Vilaselán.
Hay un parque infantil en la misma carretera que une Ribadeo con el faro, junto al parque etnográfico conocido como El Cargadero que puedes leer en el paseo que va hasta el Faro.
