Uno de estos espacios perfectos para un día en familia en plena naturaleza y que tanto nos gusta contaros, que además está vinculado a un lugar de culto con gran trayectoria en la zona. Hablamos del área recreativa de Cadeiras, en el concello de Sober.
No dejéis de acercaros alguna jornada a este singular lugar, en vuestro recorrido por la Ribeira Sacra, o bien si vivís por la zona y queréis pasar un día al aire libre.
Sin duda el concello de Sober cuenta con algunos de los más espectaculares miradores sobre el Cañón del Río Sil, y este es uno de ellos. A más de 600 metros de altitud se encuentra este santuario, que a pocos metros tiene uno de los miradores más bellos de la comarca.
Hay una zona de aparcamiento junto al Santuario, y se puede ir caminando pues el mirador apenas dista unos 20-30 metros, donde también hay espacio para un par de coches.
El mirador consiste en una plataforma a modo de balcón, con varios bancos de descanso ubicados en las rocas cercanas, paneles de señalización del entorno y también un mapa de interpretación con algunos de los puntos de la zona señalados.
Como vemos en el mapa a nuestros pies, justo enfrente podemos ver los balcones de Madrid, un mirador también conocido como Os Torgás ubicado en el concello de Parada de Sil.
En las inmediaciones del santuario de Cadeiras tenemos también una cafetería y un buen número de mesas de merendero y barbacoas. Junto a ellas, bajo la arboleda, hay un pequeño espacio infantil con columpios y un balancín.
Si preferís llevar un balón o juguetes y que echen unas carreras, el lugar es muy espacioso y hay zona de césped de sobra para que los más pequeños jueguen. También hay varios grifos de agua.
Pero sin duda entre las cosas más interesantes está la historia del lugar. Aquí en el área recreativa de Cadeiras hay una roca donde la gente deposita ofrendas florales o velas y exvotos. Son formas de pedir favores, y es que este lugar tiene fama por sus milagros.
El santuario de Nosa Señora dos Milagros de Cadeiras es un templo del siglo XVIII al parecer inacabado, y que conserva pinturas murales en el interior, y los planos del edificio grabados en el suelo, según cuenta La Voz de Galicia.
Además, está rodeado por una serie de pendellos, espacios bajo techumbre de construcción popular, que dan cobijo para las actividades propias de la romería, que en este lugar se celebra en los primeros días de septiembre.
A muy poca distancia encontramos el templo románico de San Vicente de Pinol, del siglo XII y rodeado de un cementerio. En su fachada cuenta con una estrella de David, y en el interior se están recuperando pinturas murales del siglo XV.