Fantasía, ficción, recuerdos y numerosos aprendizajes pueden formar parte también de un viaje. Primero lo soñamos, después lo planificamos y más tarde lo vivimos como una aventura que perdure en nuestra visión del mundo por muchísimo tiempo. Viajar con niños no es igual que hacerlo en la madurez, y recorrer Londres no es lo mismo que pasear por cualquier otro destino. No en vano la capital de Reino Unido es una de las ciudades más cinematográficas del mundo. Espías, reyes o simpáticos coches de dibujos animados, han recorrido sus calles para descubrirnos rincones que también podemos rastrear en una escapada a Londres con niños pequeños.
El reto en nuestra primera vez en la ciudad británica con ellos era sin duda que fueran conscientes de que no se trataba de un viaje cualquiera, sino una escapada que realmente queríamos que recordaran. Así que los meses previos fueron de mucho trabajo, practicando también el idioma a través de algunas frases y expresiones sencillas. La magia de Harry Potter y su estación de acceso al colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, el encanto de Portobello Road en La Bruja Novata o la emoción de las carreras de Rayo McQueen, hicieron el resto.
Seguro que todos podéis recordar desde pequeños aquella melodía que cantaba David Tomlinson en la película de Disney La Bruja Novata. “Portobello Road, Portobello Road, donde se compra y se vende hasta el sol”. Los protagonistas del film buscaban en este rincón de la ciudad de Londres la parte que les faltaba de un viejo libro de hechizos. Lo cierto es que este mercadillo de antigüedades puede visitarse los sábados y se encuentra en una zona colorida, llena de vida y ambientación callejera.
El hogar de la Reina de Inglaterra es otra de las visitas obligadas, y si viajamos a Londres con niños pequeños no podemos dejar de lado la experiencia que nos proporciona la película Cars 2. El protagonista nos deja unas bonitas escenas de Londres, que nos sirven de guía para visitar emplazamientos reales como Buckingham Palace, al que además podemos acceder en algunos momentos del año a través de un tour guiado.
El juguete por excelencia en la capital de Reino Unido es el osito teddy, que tiene su propia película. También este personaje soñaba con conocer Londres, así que viajó desde los bosques de Perú al barrio de Paddington. La estación de tren está en Westminster y es una de las localizaciones de esta comedia británica.
El Museo Británico puede ser caldo de cultivo para estimular la fantasía de los más pequeños. Algunos de sus personajes cobran vida en la popular película Una noche en el museo. El secreto del faraón. La mayor colección de antigüedades del mundo está en este edificio ubicado en Great Rusell Street.
Uno de los alicientes de Londres con niños pequeños es la posibilidad de viajar en medios de transporte público como los populares autobuses rojos de dos pisos (sentaos arriba y delante, ya veréis), en metro o en trenes de cercanías. La estación de King’s Cross es visitada por muchos fans de Harry Potter por ser la puerta de acceso al expreso de Hogwarts.