En el área metropolitana de A Coruña está el concello de Cambre, desde una de las orillas de la ría del Burgo hacia el interior. Esta zona cuenta con excelentes parques infantiles, entornos naturales de gran valor, restos romanos, museos, rutas de senderismo y, su emblema, la iglesia románica de Santa María de Cambre, uno de los templos más representativos del románico rural gallego. Hoy nos vamos de ruta por Cambre con niños.
A unos 16 km de A Coruña está la localidad de Cambre, de 23.000 habitantes, en el concello se conservan buenos ejemplos de villas de principios de siglo, pazos, un puente (el de El Burgo) y una iglesia (Sta. María do Temple) de inspiración templaria y varios parques infantiles muy interesantes si viajas con niños pequeños.
Parque de la Iglesia y museoLa Iglesia puede verse en el centro de Cambre, frente al Ayuntamiento y el Campo da feira. Formó parte de un monasterio fundado en el siglo IX. Tal y como hoy la conocemos se edificó en el siglo XII. Es de planta en forma de cruz latina, pero lo verdaderamente llamativo -al menos para mí y en una iglesia tan pequeña- es la girola con sus cinco capillas absidales.
La fachada principal, muy bien conservada, presenta un arco decorado con motivos vegetales, formas geométricas y personajes bíblicos. Está rematada en rosetón y campanario, suele estar abierta y a los niños les puede gustar la visita cultural pues pueden corretear y descubrir todos sus recovecos. El acceso es gratuito.
Enfrente mismo de la fachada de la iglesia, cruzando la carretera, hay un edificio de planta baja que alberga el centro de interpretación del yacimiento romano de cambre. Es muy plástico para los niños, porque se ven los restos de una auténtica villa romana excavada en 2001. La parte que se conserva son las termas privadas: el baño y las letrinas, así como restos de su bellísima decoración a base de peces, pulpos y vieiras. Se ve enseguida y el acceso es igualmente gratuito.
Justo detrás de la iglesia hay un parque amplio con zona infantil, espacios verdes y un auditorio. En los bajos del edificio colindante se ubica una cafetería con terraza que está pegada parque infantil.
Una de las márgenes de la ría del Burgo pertenece a Cambre y está habilitada como zona de paseo -para caminar o andar en bicicleta- contando además con un parque infantil muy llamativo, equipado con un gran barco pirata y del que ya hemos hablado aquí en anteriores ocasiones, pues está en el número seis de nuestro ranking de mejores parques gallegos.
El pantano de Cecebre se construyó en el año 1975 para preservar y aprovechar las aguas del río Mero. Está considerado Lugar de interés comunitario (LIC) y alberga gran cantidad de especies animales y vegetales.
La ruta desde la ría del Burgo hasta el pantano de Cecebre es de unos 20 kilómetros que se pueden hacer en bicicleta o caminando. Los primeros kilómetros son de paseo marítimo o arcén junto a la carretera separado por un quitamiedos. Luego, a partir del hotel A Marisqueira, se inicia una senda que discurre junto al río hasta el pantano de Cecebre.
Nosotros hicimos 2 kilómetros, desde este punto, cruzando por el puente de madera y regresando por la orilla de enfrente, donde también hay paseo. Este tramo está pavimentado pero tristemente abandonado, al menos en su zona inicial donde la maleza se ha ido comiendo el camino y hay algunos vertederos improvisados. Lo bueno es que no hay peligro para ir en bicicleta con los niños puesto que solo se comparte espacio con los peatones. Más info.
En el espacio del Río Mero antes comentado se pueden ver antiguos molinos como el de Galiñeiros (Cecebre), Da Veiga y Peirao (Brives), Telleiras (Ponte Noceiro), A Barcala, etc. También es de gran interés Villa Concepción, un edificio de finales del XIX con una gran finca y que hoy se ha convertido en «Casa de la Cultura».
La fraga de Cecebre, un espacio natural al que fue comiendo terreno la urbanización y la industrialización, fue inmortalizada por el escritor gallego Wenceslao Fernández Flórez en su obra «El Bosque Animado». En sus páginas cobran vida los animales que habitan la fraga y se respira un aire mágico que puede interesar a los más pequeños.
Esa fraga se puede recorrer y también hacer una parada en la Casa Museo de este autor, Villa Florentina (Apeadeiro, 14 – Cecebre), que se puede visitar los fines de semana y llamará la atención a pequeños y mayores. Puedes consultar nuestro post sobre esta ruta del bosque animado con niños aquí.
El Río Govia
