Unas tres horas y media nos ha llevado recorrer los 14 kilómetros que separan Palas de Rei de Melide, en la que es nuestra tercera jornada en este trazado del Camino de Santiago que empezamos en su día en Sarria (aproximadamente el kilómetro 100, lo necesario para obtener la credencial peregrina) hasta la catedral.
Y es que si no tienes vacaciones o días para realizar el camino de una vez puedes ir haciendo etapas como nosotros, fin de semana a fin de semana, y así disfrutar a tope de cada momento y poder tener tiempo para visitar otras cosas o vivir experiencias en torno a este itinerario jacobeo.
Ya os habíamos contado por aquí cómo fue nuestra experiencia en etapas anteriores, de Sarria a Portomarín y de Portomarín a Palas de Rei. Así que, ya culminado el año Xacobeo, porque las cosas van como van, decidimos aprovechar un festivo para retomar la ruta y caminar desde donde lo habíamos dejado, en Palas de Rei, hasta Melide.
El concello de Palas de Rei tiene en su territorio dos vertientes del camino de Santiago, el primitivo, más al norte, y el Francés, dado que ambos confluyen en Melide.
Por aquí os habíamos contado algunos secretillos de Palas de Rei por si os animáis a hacer turismo como nosotros, porque vais saboreando esta vía de peregrinación milenaria. Es el caso del Castillo del Pambre, edificación militar mejor conservada de Galicia y en tierras de A Ulloa, lugares de gran belleza como Vilar de Donas, que si tenéis suerte podréis ver por dentro para descubrir también sus pinturas murales, pero también lugares para vivir experiencias de ecogastronomía como Arqueixal.
Salimos de Palas de Rei bordeando el ayuntamiento, por la travesía Peregrino, y en menos de una hora, en la que serpenteamos en torno a la carretera nacional 547, estamos en la iglesia románica de San Xiao do Camiño. Para ello caminamos a la sombra de los primeros bosques, lo que se agradece en un día tan caluroso.
Esta iglesia medieval es del siglo XII y conserva un vano interesante en el testero, con taqueado jaqués y capiteles con volutas. Además es un privilegio encontrarla abierta, para poder sellar la credencial y a cambio visitar su interior y dar una aportación para el sostenimiento de un patrimonio que en buena medida mantienen los vecinos.
Seguimos caminando entre prados y vegetación autóctona, hasta cruzar el río Pambre y llegar a Ponte Campaña, una de las estampas más bonitas de la etapa y alcanzar la iglesia de Leboreiro. Lo mejor de hacer el camino en agosto es poder ver abiertas muchos de los templos medievales que hay en su transcurso.
Santa María de Leboreiro es una iglesia ya en territorio de Melide, provincia de A Coruña. Conserva elementos románicos y góticos, y esconde una talla del siglo XIV, así como pinturas murales del siglo XVI.
Por A Casanova y atravesando el Rego do Vilar, nos vamos aproximando a Melide, en un final llano que aún nos dejará alguna elevación en Porto de Bois. Esta etapa es bastante llana, en torno a 80 metros será lo que tengamos que bajar o subir, lo cual la hace bastante llevadera.
Todo el entorno del río Furelos, donde si nos desviamos un kilómetro podremos darnos un chapuzón pues hay playa fluvial y piscinas con parque infantil, es lo que nos llevará a las puertas del pueblo. Así que tras seguir la vía del mismo nombre, pasando por merenderos y alguna que otra pulpería, entramos en la localidad por la capilla de San Roque.
Si aún llegáis con ganas, debéis saber que Melide tiene feria todos los domingos y el comercio abre, así que suele estar bastante concurrido y si no vais con tiempo os resultará complicado comer. En la zona peatonal hay algunos restaurantes frecuentados más por locales que por visitantes o peregrinos con buena oferta gastronómica.
Booking.comPor otro lado, tenéis un buen montón de recomendaciones sobre qué ver en Melide en nuestro blog, y si hacéis turismo en coche por la zona podéis seguir la ruta del Ulla Tambre Mandeo que hicimos y os contamos por aquí.