Ahora que a todos se nos ha pasado un poco la fiebre de llevar a los niños a la nieve es buen momento para recorrer tranquilamente O Cebreiro, esta zona también está espléndida en primavera.
La aldea de O Cebreiro está en la carretera que va de Pedrafita a Sarria. Si vienes por la A6 hay que dejarla en Pedrafita do Cebreiro, kilómetro 432, y desde el centro del pueblo ya está señalizado, por la LU-633.
Al llegar a O Cebreiro lo primero que impresiona son las vistas, no son fáciles de describir con palabras, una sucesión de valles y montañas en los que uno se pierde, y casi en estado salvaje. Es la Red Ancares-Caurel, integrada en Red Natura 2000 como Espacio de Interés Comunitario.
Más de 100.000 hectáreas con una altitud media de 900 metros, la mayor reserva verde de Galicia. La página de Turgalicia hace referencia a lugares como Aciñeiral de Cruzul (Becerreá), el Souto de Agüeira (As Nogais), la Devesa de Rogueira (Seoane do Courel) o el Bosque de Cabana Vella (Cervantes), pero la zona constituye un lugar casi infinito para explorar.
El coche debe quedarse aparcado fuera de la aldea porque hay que recorrerla a pie y no es precisamente accesible debido a lo toscos que son los adoquines del suelo. Realmente no es el sitio mejor para ir con carritos ni niños muy pequeños, pero a partir de 3 años podrán caminarlo bien ya que es pequeña y se visita enseguida. A los peques les llamarán la atención los numerosos peregrinos que llegan o parten de allí realizando el Camino de Santiago.
Hay apenas 4 ó 5 sitios donde comer, nosotros elegimos Casa Carolo. En toda esta zona puedes disfrutar de la gastronomía más auténtica, lugares de menú recitado oralmente y, eso sí, todo muy bueno y abundante. Justo al lado de este restaurante que también tiene habitaciones están los dos únicos columpios que encontramos en todo el pueblo.
Lo más llamativo para los niños son las pallozas que a pesar de estar en horario de apertura no conseguimos visitar, por cierto; la antigua iglesia donde cuenta la leyenda que se convirtió el vino en sangre y el pan en carne, ante la duda del párroco que en plena nevada vio llegar a un feligrés a la misa.
El milagro conocido como el Santo Grial de O Cebreiro tuvo muchísima repercusión en la Edad Media, tanta, que los peregrinos alemanes la llevaron a su tierra y Wagner la incluyó en su obra Parsifal, vinculada al Camino de Santiago.
También podrás encontrar tiendas con productos típicos, souvernirs y recuerdos para los niños (Grialia), supermercado, taxi y varios alojamientos.
Bajando la calle principal del pueblo puedes ascender a un área recreativa que tiene una vista increíble y donde hay mesas para comer. En la carretera que baja a Pedrafita, nada más abandonar O Cebreiro, también hay otra área amplia, con barbacoas, multitud de mesas, y dos columpios.
Tomando de nuevo la autovía dirección Lugo pronto encontramos Becerreá. Aquí el equipamiento infantil es algo más variado ya que cuenta con un parque amplio en la parte más baja del pueblo, se ve al llegar desde la carretera, también incluye equipamiento biosaludable para mayores, y otro parque infantil más pequeño junto al Ayuntamiento.